Política y Derechos Humanos
Politique et droits de la personne
Politics and Human Rights
Tlahui-Politic No. 1, I/1996 


EL CASO LUIS DONALDO COLOSIO. II/II 

Mario Rojas Alba

 Al igual que Montes, Chapa Bezanilla en el mutismo

 Mario Rojas Alba. Montreal, Qc. Canadá, a 10 de enero de 1996. II/II. Al igual que Montes, Chapa Bezanilla pasa por una etapa de mutismo después de haber avanzado de manera importante en el esclarecimiento del asesinato de Colosio. Es evidente que de alguna manera era Salinas el que contenía a Montes, pero ¿quien detiene ahora a Chapa Bezanilla?, en todo caso quien le obliga a callar no puede ser su jefe inmediato, el procurador panista Antonio Lozano Gracia, ya que este ha dado muestras de lealtad incondicional al presidente y al PRI-gobierno.

Por acuerdo del presidente Ernesto Zedillo, el 16 de diciembre de 1994, el procurador Antonio Lozano Gracia, presentó al nuevo fiscal de la Subprocuraduría Especial Juan Pablo Chapa Bezanilla. Desde entonces dirige un equipo de trabajo de: 63 investigadores y 45 agentes de la Policía Judicial Federal (PJF). El coordinador de las investigaciones del caso Colosio es Arturo Germán Rangel. En una primer etapa, Chapa Bezanilla envió a prisión a Raúl Salinas y a Othón Cortés Vázquez, como probables coautores, intelectual y material, respectivamente, de las muertes de José Francisco Ruiz Massieu y Luis Donaldo Colosio [13].

 Sin embargo, después de un año de trabajo, no hay nuevas luces y el silencio sospechoso ha tomado por asalto las oficinas de la fiscalía espacial. El fiscal especial ya no avanza en sus pesquisas, además de sufrir numerosos fracasos en las actuaciones del caso Colosio. Falta acreditar -por ejemplo- la cabal responsabilidad de Othón Cortés Vázquez, para sostener la hipótesis del "complot", y continuar la fase procesal del procedimiento, conjuntamente con las investigaciones para encontrar a los autores intelectuales del crimen. El fiscal ha descartado también las recientes versiones periodísticas en el sentido de que el "verdadero" asesino de Luis Donaldo Colosio fue Antonio C. Martínez Estrada, mejor conocido como "el otro Aburto" [14].

 La Fiscalía Especial tratar de probar la coautoría material del homicido por parte de Othón Cortés Vázquez. Se señala que María Belem Mackliz Romero, Jorge Romero Romero y Jorge Amaral Muñoz identificaron plenamente a Cortés Vázquez. Romero Romero se observó cuando Othón Cortés Vázquez acercó el arma a una distancia muy próxima al costado izquierdo del candidato. Amaral Muñoz afirma haber observado cuando se produjo el disparo en el costado izquierdo del candidato, reconociendo a Cortés Vázquez como la persona que efectuó el disparo. Mackliz Romero dice que vio a Cortés Vázquez con el arma de fuego en la mano, del lado izquierdo de Colosio, cuando éste ya había caído [15]. Sin embargo, la fiscalía no ha profundizado en los testimonios.

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Críticas de los legisladores federales

 Por primera vez, legisladores tanto del partido gobernante como de la oposición han unidos sus voces críticas en torno a la investigación y proceso del caso Colosio. A 21 meses del homicidio de Colosio, "la investigación, lejos de aclararse, se ha tornado confusa y difícil", y ello exige "mayor diligencia, entrega y eficacia", no estamos "ni conformes ni satisfechos" con la labor de la Procuraduría General de la República (PGR), declaró Sergio Angel Guerrero Mier, presidente de la Comisión de la Cámara de Senadores para el seguimiento al homicidio Luis Donaldo Colosio [16].

 El senador priísta Guerrero Mier continúa, "Nos preocupa, independientemente del tiempo que ha pasado, el que las pesquisas lleven efectivamente a la identificación de la autoría intelectual, y no vemos en este momento elementos objetivos en la investigación, ni ministerialmente hablando, que nos conduzcan a pensar que hay presunciones siquiera en torno de esto" [17]. En relación a la versión periodística que habla de que un agente de la PGR conocido como El Guamúchil es el presunto autor material del crimen de Colosio, el senador sostiene que se trata, "hasta donde dispongo de información, de una especulación, pero que de todos modos debería investigar el Ministerio Público Federal para satisfacción de la opinión pública" [18].

 En presidente de la comisión legislativa se inconformó de que algunos testigos presenciales no han sido llamados a declarar; al igual que algunos miembros del equipo de seguridad del candidato priísta. Tampoco se han cumplido algunos careos, como el del general Domiro García Reyes con Othón Cortés ya que el primero y otros miembros del equipo de seguridad de Colosio, en su momento afirmaron que no conocían anteriormente a Othón Cortés, "cuando hay otras evidencias y presunciones originadas por otros testigos, fotografías y videos que dan la evidencia de una relación muy estrecha de Othón con miembros del Estado Mayor Presidencial" [19].

 Los legisladores del PRD y PAN que participan en la comisión de seguimiento externaron también sus críticas, en muchos sentidos similares a las del senador Guerrero Mier. Por otra parte a pesar de considerarlo aventurado, dejaron entrever la posibilidad de demandar que la fiscalía especial cite a declarar al expresidente Carlos Salinas sobre el caso Colosio, les resulta a todas luces increíble que Carlos Salinas haya sido ajeno o que desconociera las acciones ilegales de su hermano Raúl Salinas.

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Hipótesis y elucubraciones en voz alta

 La salida de la Corriente Democrática del PRI y la insurrección electoral del electorado en 1988 dividió a la "familia revolucionaria" en el poder durante más de setenta años. En mayor o menor medida, la división y toma de posiciones tuvo sus expresiones en casi todos los sectores de la sociedad mexicana incluyendo la clase empresarial, la iglesia, el ejército, los sindicatos, las organizaciones campesinas, los grupos de narcotraficantes y por supuesto las organizaciones políticas.

La mayor parte de la población votó por Cuauhtémoc Cárdenas del FDN, al interior del PRI y de las instituciones del gobierno, numerosas familias de la clase gobernante apoyaron discretamente a la oposición, la mayoría sin necesidad de salirse del PRI de manera formal. Salinas que todo lo observaba se guardó la venganza para aplicarla una vez que fuera impuesto en la silla presidencial.

El conflicto entre familias pudientes, grupos de empresarios y mafias de narcotraficantes pudo haber comenzado al inicio del sexenio salinista, particularmente cuando Carlos Salinas rompió la regla de oro respetada anteriormente por todos los presidentes, el principio de la lealtad y de la intocabilidad de las familias del los expresidentes. En aquel entonces Salinas encarceló al tío político del expresidente Luis Echeverría, poniéndose en conflicto con las familias Zuno y Echeverría, además se enfrentó a los dirigentes petroleros Joaquín Hernández y Salvador Barragán Camacho, personas y familias todas que pagaron caro el no haberlo apoyado en su campaña como candidato del PRI a la presidencia de la República. Esas mismas familias habían manifestado cierta simpatía e incluso algunos de sus miembros habían participado en la campaña electoral de 1988 a favor del cardenismo y del FDN, como por ejemplo, uno de los hijos de Echeverría había participado como candidato a senador por Morelos en representación del Partido Mexicano Socialista, uno de los partidos que formaba parte del FDN.

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 En cuanto al combate de los diferentes grupos de narcotraficantes Salinas aplicó una política selectiva, es curioso notar que durante su sexenio Salinas golpeó fuertemente el narcotráfico de cocaína, mariguana y opiáceos en los estados de Chihuahua, Jalisco, Sinaloa y Michoacán y atacó débilmente los estados de Tamaulipas, Veracruz y Nuevo León, principales lugares de operación del Cartel del Golfo [20] ¿fue esto el resultado del azar o se protegió encubiertamente las acciones de ese grupo?.

Etremezclados y en contradicción, los casos de los asesinato de Luis Donaldo Colosio y Francisco Ruiz Massieu se encuentran la familia de los Salinas, los Ruiz Massieu, los Hank, los Pichardo, los Zuno y los Echeverría, por sólo mencionar algunas. A nivel de grupos empresariales ligados al PRI se encuentra el Grupo Monterrey y el Grupo Atlacomulco, en el fondo del escenario se escurren subterráneas las sombras de los diferentes grupos de narcotraficantes. En esta hipótesis el asesinato de Colosio como el de Ruiz Massieu, pudieran tener explicación en un conflicto de intereses económicos y políticos entre el grupo Atlacomulco y el de Monterrey, entre dinosaurios y tecnócratas, entre narcos del Golfo y del Suroccidente, todo sin que haya una delimitación clara que separe a los miembros de uno y otro bando. Tal vez en una primera etapa las dos familias tendrían el respaldo del Grupo Monterrey y del Cartel del Golfo, una vez que Zedillo tomó las riendas del país, el grupo Atlacomulco inició la ofensiva contras las familias Salinas y Ruiz Massieu, ya sin ningún el apoyo del grupo Monterrey que se alineó finalmente con el actual ejecutivo.

Dado el control casi absoluto de los medios de información por parte del partido en el poder, el pueblo mexicano ha desarrollado un sexto sentido para darse sus propias explicaciones de los acontecimientos. Hoy en las calles, en las casas y en los centros de trabajo, se puede afirmar que la gente a formado su consenso y su opinión casi unánime: "Colosio fue asesinado por el gobierno y su propio partido".

 En base a las pruebas y testimonios recabados hasta hoy, la participación intelectual de Raúl Salinas en el asesinato de Colosio sigue siendo una mera especulación, es cierto que se han encontrado todo un cúmulo de pruebas que demuestran su vida ligada a diversas actividades ilegales, es cierto también que su hermano Carlos Salinas no podría ser ajeno a los negocios sucios de su hermano, sin embargo, tengo la impresión de se trata de un ajuste de cuentas entre los dos principales grupos de poder al interior del PRI-gobierno y que se pretende conducir las investigaciones con la finalidad de inculpar a Raúl Salinas de Gortari y con el, afectar al poderoso grupo económico que tenía vínculos con el hermano del expresidente.

No hay crimen sin móviles. En los casos de Colosio y Ruiz Massieu la fiscalía no ha logrado demostrar la naturaleza de estos ni siquiera ha presentado alguna hipótesis coherente al respecto. ¿Qué interés podría haber tenido Raúl Salinas para planear el asesinato de Colosio?, ¿Por qué el mismo Raúl Salinas, protegido por Mario Ruiz Massieu, habrían de inducir el asesinato de Francisco Ruiz Massieu, exconcuño y hermano respectivamente de los dos?. Siguiendo la lógica de los móviles me atrevo a plantear las siguientes hipótesis:

1. Carlos Salinas al aplicar la ley con parcialidad, golpeó a los grupos políticos, económicos y de narcotraficantes contrarios a sus intereses personales, al mismo tiempo que protegería a todos aquellos que se plegaban a sus designio. Su hermano Raúl Salinas podría haber sido el canal de comunicación para la realización de negocios sucios y para su relación el narcotráfico. En este sentido Carlos Salinas estaría al corriente de las actividades ilícitas de su hermano.

2. Raúl Salinas podría haber participado en la autoría intelectual del asesinato de Colosio. El móvil podría ser el de proteger los intereses económicos de las familias Salinas y Ruiz Massieu, ligadas en cierta medida a los del Cartel del Golfo y del Sur.

3. El asesinato de Colosio pudo haber sido planificado sin el conocimiento de Carlos Salinas, el que al descubrir la participación de su hermano y miembros de su equipo de gobierno, decidió protegerlos bloqueando la investigación del caso.

4. El asesinato de Francisco Ruiz Massieu podría ser un ajuste de cuentas, la venganza de los grupos políticos, económicos y de narcotraficantes afectados por la política parcial del salinismo. En este caso el grupo Atlacomulco podría estar implicado al igual que varios miembros del actual gobierno.

5. El proceso del caso Ruiz Massieu ha sido conducido y manipulado por la actual administración, con la finalidad de fabricar la responsabilidad intelectual de Raúl Salinas. El gobierno actual intentaría lavar su imagen culpabilizando a Raúl Salinas de la autoría intelectual de los asesinatos de Luis Donaldo Colosio y Francisco Ruiz Massieu.

¿Quién sacará las castañas del fuego?, hasta el momento no se nota quien pueda hacerlo sin quemarse la mano, los intereses que hay detrás son demasiado grandes y peligrosos. Hasta el momento todo parece indicar que al igual que los numerosos asesinatos cometidos en los procesos electorales mexicanos, el caso de Colosio podría sumarse a esa la larga lista de impunidad.
 


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