LA REFORMA DE LA SEGURIDAD SOCIAL MEXICANA. I/V 

Análisis, testimonios y comentarios
In memoriam de Don Eduardo Alonso Escárcega RIP 

Zedillo realizó lo que Salinas quería pero no se atrevió:
La reforma privatizadora de la seguridad social mexicana.

La táctica del "albazo legislativo" no es una práctica extraña a los gobernantes de EUA y Canadá, sin embargo en México las condiciones son mucho más favorables para la antidemocracia y la imposición, sobre todo si se considera que no existe la institución constitucional del referéndum, ni el desarrollo de una práctica política de verdadera consulta a la ciudadanía y mucho menos de verdaderos representantes, es de recordarse que la mayoría artificial de diputados y senadores del partido gobernante (el PRI ha tenido la mayoría en las dos cámaras durante más de 60 años continuos) representan al presidente en turno y no a la ciudadanía, eso es un hecho irrefutable.  

Los diputados y senadores mexicanos han aprobado siempre las iniciativas legislativas del presidente de la república, no ha habido un solo ejemplo en el que el congreso haya rechazado alguna de las propuestas del ejecutivo. Esta vez no podría ser diferente, en efecto, en unos cuantos días de discusión, las dos cámaras recibieron y aprobaron la iniciativa de reforma a la seguridad social, un proyecto que Salinas de Gortari acariciaba, pero que no se atrevió o no quiso realizar, tal vez engolosinado por la jugosa venta de Teléfonos de México y de cientos de empresas e instituciones sociales que entregó a bajos precios a sus amigos y prestanombres.  

En diciembre de 1991 Salinas de Gortari consumó la modificación del artículo 27 constitucional, dejando las puertas abiertas a la "modernización" del campo y a la entrada de más especuladores que verdaderos agroinversionistas. Entonces enfrentó una fuerte oposición de las organizaciones campesinas, que reclamaban el respeto al orden constitucional pactado en el Constituyente de 1917, voces que como literalmente dijo "no escucho ni hoyó" aun después de la insurrección armada en Chiapas. Desde entonces Salinas y su equipo habían dejado ver sus intenciones de privatizar la seguridad social, pero tal vez en esta ocasión, la vigorosa oposición del Movimiento Unificador Nacional de Jubilados y Pensionados (MUNJP) logró que el ejecutivo federal pospusiera la iniciativa para un mejor momento.  

Zedillo continuó con mayor decisión la iniciativa privatizadora de la seguridad social, su proyecto de Ley del Seguro Social fue aprobado por los diputados de su partido, a las tres de la mañana del viernes 8 de diciembre de 1995, el siguiente martes 12 la ley sería aprobada por los senadores sin gran dificultad. Los representantes del PAN apoyaron la iniciativa presidencial haciendo unidad con la Iniciativa Privada (IP) que ambicionaba desde hace mucho, manejar a su manera la seguridad social y los cuantiosos fondos de ahorro de los trabajadores. Ante la impopularidad del proyecto, los diputados del PAN se lavaron las manos y en un cambio de táctica, en su mayoría votaron en contra del proyecto priísta, no por estar en contra del contenido de la nueva ley, sino por "que no se daba el tiempo necesario" para un estudio legislativo adecuado de la iniciativa, a pesar de ello, 18 diputados del PAN votaron por el si, 19 de abstuvieron y 54 en contra. De los 300 diputados del PRI, 289 presentes en la sala votaron a favor del proyecto del ejecutivo. La oposición conformada por los 66 diputados del PRD, 10 del PT y 6 Independientes, votaron en contra, sin presentar una propuesta de reforma alternativa.  

La necesidad de la apertura para el diálogo y la legislación democrática. 
Para empezar urge el establecimiento de un estado de derecho y de un clima de respeto a los derechos humanos. 

 En 1992 la represión me obligó a buscar refugió en Canadá, por cierto que los dos policías que intentaron desaparecerme el 24 de enero de ese año, se encuentran en completa libertad y en funciones como agentes judiciales en el Estado de Morelos, todo indica que el grupo parapoliciaco de investigaciones políticas de Morelos, ha tomado nuevo aire de impunidad ahora bajo la protección del actual gobernador Jorge Carrillo Olea. No es nada cómodo en mi caso, el riesgo continúa ya que ese grupo podría reincidir en mi contra con la finalidad de terminar su trabajo criminal. Como mi caso, cientos de otros se acumulan en los juzgados, procuradurías yen la Comisión Nacional de Derechos Numanos (CNDH), en espera de una respuesta que no llega. La impunidad es completa e incluso promovida desde el Estado.  

Es normal que al inicio del sexenio el presidente en turno realice algunas acciones espectaculares que le permitan mejorar su imagen internacional. Es de recordar como Salinas de Gortari encarceló a los líderes del sindicato petrolero, a pudientes funcionarios policiacos del régimen anterior e incluso de cabezas importantes del narcotráfico, sobre todo aquellos que estaban distantes de su familia y grupo político. Hoy Zedillo hace lo propio, le aplicó la ley a Raúl Salinas de Gortari y a Mario Ruiz Massieu por su supuesta participación en el casos de los asesinatos de Donaldo Colosio y Francisco Ruiz Massieu, así como por sus relaciones con grupos de narcotraficantes. Sin embargo la gente se pregunta ¿es que los funcionarios que hoy realizan les pesquisas, no se les descubrirá mañana que también cometieron los mismos delito que hoy persiguen?, el circulo vicioso de la corrupción parece no terminar, la descomposición del sistema es general.  

Detrás de las acciones espectaculares no hay una verdadera voluntad para corregir las irregularidades, la incertitud, ni de regresar a un Estado de derecho mas o menos aceptable. Cientos y cientos de casos de violaciones a los derechos humanos no han sido atendidos, mucho menos resueltos, la razón es simple y contundente, detrás de una gran violación hay siempre un gran funcionario, por dar algunos ejemplos: detrás de la masacre de Aguas Blancas, Guerrero, se encuentra la presunta responsabilidad del actual Gobernador de ese Estado, Rubén Figueroa Alcocer; detrás de la masacre de Xoxocotla y de la serie de asesinatos de la región zapatista de Amilcingo, se encuentra implicado el exgobernador de Morelos y actual embajador de México en Ecuador, Antonio Rivapalacio López, así podríamos alargar interminablemente la lista de casos de violaciones a los derechos humanos en los que se encuentran implicados altos funcionarios del actual gobierno de Zedillo. No nos extrañaría que los nuevos privatizadores de hoy serán los Salinas de mañana, enriquecidos de la venta de nuestras instituciones, perseguidos después por la sombra de la indignación popular.  

El ejecutivo federal continúa ejerciendo las viejas prácticas antidemocráticas del presidencialismo mexicano: la legislación al vapor, la imposición legislativa de la mayoría mecánica, la concertación cupular. Es difícil pensar que Zedillo crea o acepte que Fidel Velázquez represente a los trabajadores de México y que un proyecto legislativo que porte la firma del dirigente eterno de la CTM, sea un proyecto aceptado por las masas obreras. O el poder le cayó de sorpresa o el equipo de trabajo de Zedillo es incapaz de redirigir el país por el buen camino, ¿quién pudo decirle que la privatización de la seguridad social sería una alternativa fiable y correcta?, ¿cuándo y en qué país la privatización de la seguridad social aportó el bienestar para las mayorías?. Es cierto que el neoliberalismo es la moda mundial, nacido entre los sectores académicos conservadores y derechistas de los EUA, hoy ellos mismos comienzan a cuestionar los resultados desastrosos a nivel mundial, ya ni en Chile, caballito de batalla del éxito neoliberal, la gente cree a pie juntillas en las bondades del modelo privatizador, al menos los cientos de chilenos desempleados que han comenzado ha emigrar en masa a Canadá podrían constatarlo. 

 Tal parece que la administración de Zedillo quiere ir más lejos que la de Salinas en la privatización de la riqueza y en la socialización de la miseria, su proyecto de gobierno representa la continuidad del neoliberalismo económico que quiere transformar el país en una verdadera cárcel del mercado y de la plusvalía. Ya casi nada es de todos y todo es de unos cuantos, a nivel mundial la ola neoliberal golpea los logros sociales del sindicalismo, de la socialdemocracia e incluso del solidarismo cristiano. En Chile, Ecuador, Argentina, Canadá, e incluso en Francia, los pocos que tienen mucho no están satisfechos, lo quieren todo.  

Por diferentes medios y formas, la sociedad civil pedía una tregua legislativa, quería que el Presidente Zedillo detuviera esa iniciativa que por sus alcances golpeará una vez más el corazón de la historia de lucha y de logros sociales del pueblo mexicano, se le pedía que regresara a la sensatez constitucional de la economía mixta y de la búsqueda permanente del equilibrio entre los intereses colectivos y los individuales. La gente quería una tregua para la reflexión tranquila y serena. Con Eduardo Alonso estabamos seguros de que había y hay mejores alternativas que la privatización y que con un poco de apertura y de buena fe de las partes, se podría encontrar una solución que unificara a la mayoría de los mexicanos. Todo fue inútil.  

La nueva Ley del Seguro Social dejó sin solución los grandes y viejos problemas: cobertura, costos, humanización, calidad y eficiencia de los servicios  

La nueva Ley del Seguro Social deja sin solución los grandes problemas de la seguridad social. Tal parece que el proyecto fue impuesto por el ejecutivo federal, más para quitarse una responsabilidad de encima, que por resolver los problemas de fondo de la institución. De manera resumida, la ley aprobada presenta las siguientes debilidades:  

1. No resuelve el problema de la calidad y eficiencia de los servicios. No hay tampoco ninguna mejora sustancial en el campo de los servicios médicos. Se intenta en todo caso, de introducir todo un servicio computarizado para el manejo de los expedientes clínicos, sin embargo, eso obedece mucho más al interés de disminuir costos en sueldos de personal que en mejorar la rapidez y calidad del servicio para los derechohabientes.  

2. Los servicios médicos continuarán siendo eminentemente curativos. Se abandona la idea de desarrollar un modelo verdaderamente integral en el que el médico familiar funcione como agente promotor de salud y que cumpla la importante función de prevención antes que el de la curación.  

3. La nueva ley impulsa el individualismo y el egoísmo por encima de los sentimientos de solidaridad y de humanismo social. La ley aprobada someterá a los trabajadores entre si, a un ambiente de competencia en el ahorro, el mismo correrá serios riesgos de generar un sistema de seguridad social estratificador, en donde los derechohabientes serán clasificados por niveles de ingresos y ahorro, un sistema peligrosamente discriminatorio que desarrollará diferentes calidades de servicios para seres humanos de primera, segunda y tercera clase.  

4. La nueva Ley del IMSS eliminó el artículo 8 de la anterior, en el que el Estado se obligaba a otorgar las prestaciones sociales. En ese sentido, la seguridad social abandona el régimen de solidaridad social y generacional surgido de la Revolución Mexicana. En adelante las prestaciones sociales desaparecerán, el IMSS dejará en manos privadas sus teatros, campos deportivos, estadios, centros vacacionales y de seguridad social que estarán al alcance únicamente de quienes puedan pagar sus servicios, en otras palabras, las grandes mayorías de trabajadores de bajos ingresos se verán excluidos de esos servicios.  

5. La nueva ley deja sin solución el problema del déficit histórico de las finanzas del Seguro de Enfermedad y Maternidad del IMSS.  

6. La nueva ley deja sin solución el problema de las bajas pensiones y no plantea ninguna alternativa de restitución de los cuantiosos recursos sustraídos de los fondos del Seguro de Invalidez, Vejez, Cesantía y Muerte (SIVCM).  

La Ley "Zedillo" del IMSS entraña graves violaciones a los principios consagrados en la Constitución Mexicana además de contradecir la Declaración Universal de Derechos Humanos. 
Posibilidad de una demanda internacional contra el gobierno de Zedillo. 

 La nueva Ley del Seguro Social es claramente violatoria de los principios consagrados en los artículos 4° y 123° de la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, particularmente en lo referente a l concepto de igualdad entre los ciudadanos y al derecho de la seguridad social. En el mismo sentido la ley "Zedillo" contradice los artículos 1, 22 y 23 de la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDH) de 1948. El artículo 1 de la DUDH establece claramente que: "Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos y los otros. Por su parte el artículo 22 de la DUDH no deja espacio a falsas interpretaciones: "Toda persona, como miembro de la sociedad tiene derecho a la seguridad social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad."  

Con frecuencia las pequeñas leyes olvidan los principios establecidos en las grandes leyes fundamentales, tal es el caso de la Ley del IMSS, tal como fue aprobada mantendrá el monto de las pensiones por debajo de las necesidades de subsistencia y peor aún, abandona la intención de lograr un día la cobertura universal y la protección contra el desempleo, principios caramente establecidos en el artículo 23 de la DUDH: "Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo.(...) Toda persona que trabaja tiene derecho a una remuneración equitativa y satisfactoria, que le asegure, así como a su familia, una existencia confortable a la dignidad humana y que será completada, en caso necesario, por cualquiera otros medios de protección social."  

El gobierno mexicano, en tanto que signatario de la DUDH, podría hacerse acreedor de una demanda en las instancias internacionales, particularmente en la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, sin suda que los trabajadores en retiro al interior del MUNJP considerarán esa posibilidad, al igual que los trabajadores sindicalizados del IMSS y de otras organizaciones sindicales que han sido directamente afectados en sus derechos. Por otra parte, el sistema jurídico mexicano contempla la figura del "Derecho de Amparo" contra los actos de la autoridad, una de las mejores herencias progresistas de la historia legislativa del país, por cierto, el "Derecho de Amparo" es uno de los aspectos más violado por el gobierno mexicano. De cualquier manera es otro de los recursos que podrían servir a los jubilados y trabajadores en la defensa de sus derechos y garantías.  

La nueva Ley del IMSS entrará en vigor hasta 1997, mientras tanto, los jubilados, pensionados, trabajadores y derechohabientes del IMSS podrían discutir y presentar una propuesta de reforma a la Ley del IMSS, un nuevo proyecto que traiga la armonía constitucional y la compatibilidad del sistema de seguridad social, con los principios de la DUDH. En ese sentido bien vale la pena de reiniciar un debate creativo que comience a establecer las líneas generales de un nuevo proyecto concensado de la seguridad social para México.  

México perdió a Don Eduardo Alonso, el mictlán ganó una estrella... 
Siglas y abreviaturas empleadas en los textos 
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