Tlahui-Medic. No. 20, II/2005


Los Encantos de Totolapan
Totol en el agua


Ing. Aída Heras Medina
Investigadora - docente del CBTA No. 35, Extensión Atlautla, Edo. Méx.
Coordinadora del Diplomado en Educación Ambiental de la DGETA - SEP
Módulo de Cultura del Agua
Profesora y coolaboradora especial de los Diplomados de Tlahui-Educa
Ex-Vicepresidenta del IMMTTAC

Contenido

I. Presentación
II. Toponímia
III. Reseña histórica
IV. Ubicación geográfica
V. Población
VI. Los encantos de Totolapan

  • Nepopualco iba a ser México
  • Leyendas del aljibe
  • Aparición del Cristo
  • El encanto del cerro de Santa Bárbara
  • Celebración del tres de mayo
  • La cruz del cerro de Santa Bárbara
  • Petición del temporal



I. PRESENTACIÓN

Siguiendo el ciclo de cuaresma que se lleva a cabo en los altos del estado de Morelos, registramos algunas investigaciones de campo para el proyecto de Cosmovisión Nahua, en Culturas Populares - SEP, en el año de 1990. Uno de los trabajos que en ese momento llamó la atención fue la Etnomonografía de Tlanepantla, Mor., que fue publicada en el periódico "Regional del Sur", el 24 de septiembre del mismo año. Sin embargo el trabajo que se realizó en Totolapan quedó por alguna razón en archivo muerto, y hoy lo desempolvamos para estructurarlo e integrarlo como material didáctico para el módulo de Cultura del agua del Diplomado en Educación Ambiental de la DGETA dirigido a profesores de Educación básica, con el propósito de orientar la comprensión de las relaciones que establece la comunidad en torno al agua y así reconocer la importancia de los factores socioculturales en el origen de la problemática ambiental desde una realidad local.

Tal vez sea necesario explicar cómo llegué a Totolapan, dos años atrás (1988) en el carnaval de Tepoztlán. En esos momentos de euforia, durante el famosos baile de chinelos y concurso de comparsas entre los barrios, la aglomeración empezó a asfixiarnos a mi amiga y a mi, cuando de repente un brazo fuerte nos jaló al centro de la banda de músicos, quienes estaban protegidos por los organizadores. No saben cuánto agradecimos esa ayuda, pues a punto estábamos del desmayo. Un rato más tarde los músicos hicieron un receso y fue cuando pudimos conversar con el Sr. Eleazar Ramírez, quien nos ayudó a salir sanas y salvas de este incidente. Como siempre, la cordialidad de una mano campesina, una cara marcada por los rayos del sol nos dio la confianza de continuar la conversación; así supimos que la banda de música era del pueblo de Totolapan. Durante la conversación con orgullo don Eleazar habló de su pueblo. La curiosidad empezó cada vez más a invadirnos y le preguntamos cómo había aprendido a tocar la trompeta. El nos dijo: "En mi pueblo no se estudia como aquí, allá todos sabemos tocar, hasta los perros aúllan al son de la música".

Quién iba decir que dos años después esta referencia nos iba a permitir recabar esta información, aunque es importante aclarar que se registraron mas sólo tomamos para este trabajo, las leyendas y costumbres relacionadas con el agua.

II. TOPONÍMIA

Totolapan, cuyas raíces etimológicas viene de totoltli, "ave", atl "agua", y pan, "sobre o encima". Tal vez refiriéndose a las palmípedas (aves con pata palmeadas, necesarias para nadar) que venían a invernar a los jagüeyes ubicados al oriente de la comunidad.


Glifo de Totolapan


III. RESEÑA HISTÓRICA

Enciclopedia de los municipios de México, Secretaría de Gobernación.
Centro Nacional de Desarrollo Municipal.
Sistema Nacional de Información Municipal, agosto de 2001, México,
D. F. ISBN 970 628589 X (Tomo 6: Gro., Mor. y N. L.), 1-15p.

Pueblo de origen Chichimeca, dominado por los Xochimilcas y posteriormente terminaron tributando para Moctezuma por el año de 1510. Durante la invasión española Gonzalo de Sandoval bajo el mando de Cortés tomó el pueblo en 1521. En 1536 Totolapan fue concedido al Sr. Diego Olguín, tierra que mas tarde formo parte del marquesado de Oaxaca. En 1934 se establecieron los Agustinos y el fraile Jorge Ávila funda el convento dedicado a San Guillermo. Hoy este monumento forma parte del patrimonio cultural del Estado de Morelos, reconocido por la UNESCO en 1994 por su calidad arquitectónica del siglo XVI bajo el registro de "los primeros monasterios de las faldas del Popocatepetl".

IV. UBICACIÓN GEOGRÁFICA

El municipio de Totolapan se encuentra en la parte norte del estado de Morelos, se ubica geográficamente entre los paralelos 18° 58´ de latitud norte y los 98° 55´ de longitud oeste, a una altura de 1,901 msnm. Tiene una superficie de 67.798 km2, colinda al norte con el Estado de México, al sur con los municipios de Tlayacapan y Atlatlahucan, al oeste con Tlanepantla. Región ubicada en los altos de Morelos, formando parte del corredor ecológico Chichinautzin.


Totolapan, Norte de Morelos, México




V. POBLACIÓN

De acuerdo a datos del INEGI del 2000 su población se encuentra entre los 9000 habitantes y su principal actividad es la agricultura.

VI. LOS ENCANTOS DE TOTOLAPAN

Narración del Sr. Cándido Velasco, capitán de danza azteca concheros, mayo de 1990

En el pueblo de Totolapan, nombre náhuatl que significa "totol en el agua", llaman a las leyendas "los encantos". Se trata de narraciones de los poderes que tenían algunas personas de desaparecer algunas cosas; en el tiempo de Cuahutémoc dicen que desaparecían los cerros, los castillos, que los cambiaban de un lugar a otro.
Del significado de Totolapan "Se supone que estamos rodeados de encantos, principalmente dice que aquí es de agua y se dice que el agua está encantada, ¿Por qué?, ¡Por que no la encuentran!, la buscan, rascan, cavan pozos y no la encuentran. Algunos ancianos dicen que cuando eran niños y andaban jugando la oían correr, cerquita, debajo del suelo, la oían correr como río".
El agua escaseó cuando hicieron depósitos para almacenar el agua de lluvia. Y se encantó el agua de Totolapan, aunque nadie sabe la fecha exacta de esto.

Nepopualco iba a ser México

Narración del Sr. Eleazar Ramírez, trompetista de la banda de música del pueblo que dirige el maestro Baldomero, quinto viernes de cuaresma, 1990.

Según una leyenda, "Totol en agua" nace en Nepopualco, un pueblo de Totolapan, "allá arribita, donde hace muchos años el águila andaba rondando y se sentó ahí, pero unos bueyeritos la espantaron y se fue más arriba donde después los aztecas la encontraron para formar México, por eso nosotros decimos que México iba a ser aquí, pero pasó eso, y quedó la ciudad de los aztecas más al norte".

Leyendas del aljibe

Narración de los Sres. Francisco Pineda, Sotero López y Cándido Pineda, en el Aljibe el día tres de mayo de 1990.

Algunos ancianos afirman que desde el siglo XVII los de Iztapalapa se llevaron al Cristo aparecido porque padecían de la peste bubónica.
"Al señor aparecido lo robaron los de Iztapalapa, le tenían fe y se lo llevaron en el tiempo de la revolución; los de Totolapan lo buscaron y lo encontraron en aquel pueblo. Un día apareció una carta a un lado del Cristo que decía: señores no soy de este pueblo, llévenme a Totolapan. Cada mañana aparecía la carta. Lo trajeron por tierra y antes de llegar a Totolapan ya no aguantaban la sed y un sacerdote se hincó y escuchó una voz: acérquense aquí, ¡Hay agua! . Era una ruedita de agua, todos tomaron y no se acabó. Le dieron agua a toda la gente que venía. Por eso celebramos en este lugar el día de la cruz, donde la mayoría del pueblo viene a comer, convivir y rezar al lugar para darle agua al sediento. Hace mucho tiempo un hacendado quiso llevarse el agua para el riego, o llevarse el agua a Totolapan, pero cuando quiso hacer negocio con ella se fue el agua. Hace como quince años todavía se veía el agua hasta arriba, pero hace diez el pocito de abajo solo está húmedo".

Otra versión de la leyenda del aljibe

Narración Del Sr. Cándido Velasco, capitán de danza azteca concheros, mayo de 1990

"El aljibe fue cuando el Cristo estaba en Iztapalapa y mucha gente pensaba que era de allá. Este señor es de acá, aquí está pero llegó un día en que le amaneció una carta en los pies, estaba escrita en latín, decía -¡Quiero que me lleven a mi pueblo, mi pueblo es Totolapan, Morelos!, y al otro día volvió a amanecer la carta, porque los de Iztapalapa creyeron que alguien vino a ponerla. Hasta el tercer aviso. ¡Quiero que me lleven, yo soy de allá, yo soy de Totolapan!, y entonces dijeron: "yo creo que sí es de allá y se organizaron para venirlo a dejar, vamos a dejarlo, y se organizaron y se vinieron, entonces no había transporte, no había carretera, no había nada y se vinieron andando por tierra, en ese tiempo, en tiempo de secas y aquí cual agua, todo bien seco, y por ahí por el camino, más arriba, menos hay agua, entonces ellos venían bien sedientos, ya no aguantaban y ahí hicieron un descanso, ahí por donde está el aljibe. Ahí pasaba la barranca, hicieron un descanso ahí por un lado, ya no aguantaban y decían ya estamos cerquita, un descanso, pues que llegamos, ya no aguantamos y como siempre unos aguantan más que otros, y que se desmayan de sed, y en eso decían hay que buscar agua y no hay nada y ahí sentados estaban en ese pensamiento cabizbajos, y ahí descansando que no había agua y nomás oyeron una voz que les decía: vayan a aquella peña, debajo de aquellas peñas hay agua y aquellos oyeron y no se les ocurrió buscar al que les había dicho eso, y ellos se dejaron ir a ver, si deveras era cierto, y ¡ahí estaba el agua! Pero ellos ya habían buscado antes por ahí, todo eso y no había nada. Después de saciar su sed preguntaron, ¿Quién fue el que nos dijo que aquí había agua?, que se empiezan a preguntar ahí entre ellos, no nadie, entonces quién, entonces fue el Cristo el que dijo y ya desde ahí tomaron una fe bien grande, alcanzaron a traer al Cristo y así lo dejaron acá, ahora allá ellos tienen su Cristito de ellos porque cada año vienen a la feria vienen por tierra, vienen andando, ya tomaron su tradición de siempre venir por allá, llegan andando por eso vienen en esa festividad, pero es por eso desde ahí traen la tradición".

Aparición del Cristo

Narración Del Sr. Cándido Velasco, capitán de danza azteca concheros, mayo de 1990

"Es muy largo de contar, y francamente uno no sabe la fecha de que hayan aparecido el agua, el agua tiene más tiempo que la festividad de la cruz, el agua cuando la apareció el Cristo, ¡El Cristo ya va para cinco siglos!, ya lleva algo de añitos, ya se están acabando los viejitos que dilataron hartos años, decían que ya mucho más antes estaba el agua y no se sabe francamente la fecha, lo que sí se sabe es cómo la apareció, porque el Cristo estaba en Iztapalapa, se lo habían llevado, el Cristo se apareció el quinto viernes por eso le dicen el señor aparecido. Ese día es el mero día de la feria, cuando él apareció; y fue porque un padre hacía penitencia porque la gente estaba un poco incrédula, no creía muy bien y él trataba de meter otra vez la religión y él quería que sucediera algún milagro para que la gente volviera a creer, y dicen que él hacía penitencia, ponía vidrios, brasas y espinas ahí en la calzada y ahí caminaba descalzo aquel padre haciendo penitencia. Cierto día cuando vieron que llegó uno ofreciendo un Cristo y dijo: yo vengo a ofrecerles un Cristo y habló con el sacristán y le dijo: sé que quieren un Cristo y yo se los vengo a vender. Entonces como aquél sabía que el padre quería algo, que corre a verlo arriba, siempre han vivido arriba, mire que vienen a vender un Cristo; bajaron inmediatamente a la carrera a verlo y cuando llegaron ya nomás estaba el puro Cristo con una carta a sus pies, ya no estaba, ya se había ido el vendedor y corrieron a buscar alrededor del pueblo y le preguntaron al sacristán: ¿lo conociste bien?, sí, sí lo conocí, fueron a buscarlo y ya no lo volvieron a ver. Y se regresaron a ver al Cristo y lo único que decía que le hieran su ciprés y él iba a ser de acá, y eso es todo, pero es que tenía la carta; no decía nada de que si lo iban a vender, y de ahí fue Aparecido, y ya nunca se volvió a saber de eso.

Y también han intentado robarlo, pero no se quiere ir, pero no se quiere ir. Una vez cuentan que se lo llevaron, eso es lo que le digo que lo leí en un libro que estaba ahí (en la iglesia), que en un tiempo se lo vinieron a robar al Cristo y encontraron aquella decepción, y desde entonces fueron sus más devotos del Cristo; con lo que les pasó nunca volvieron a robar nada, y cada año volvían con sus limosnas para el Cristo; porque ellos fueron los que contaron lo que les pasó y de ahí se escribió aquello; de hecho se lo robaron y no supo uno cómo, entonces desde que ellos vinieron y se lo sacaron, y vieron que no había gente, que lo sacan y que se van caminando un día y una noche, y otro día caminaron sin parar nada, no dormían, pues ellos pensaban: nos van a seguir, nos van a alcanzar; entonces se fueron y dijeron "así ni quien nos alcance, y caminaron dos días y una noche, y a la otra les venció el sueño. Cuando despertaron estaban acá en el atrio, no estaban en donde ellos decían, y después francamente hubo gente que los vio, y vieron lo que hicieron, vieron cuando sacaron el Cristo. La gente estaba lista para darles, pero los vieron que nunca salieron de la puerta del atrio, que nomás se pusieron a dar vueltas; pues ellos pensaron que ya habían llegado a su destino porque caminaron todo el día y toda la noche hasta que se cansaron y se durmieron, y cuando ellos se despertaron y ya volvieron a la realidad, ¡estaban aquí! , en el atrio. Pidieron perdón, ellos sentían esto y fueron bien devotos.


Festividad del quinto viernes de cuaresma



Adorno del altar interior


El dibujo del adorno del altar en el interior de la iglesia, conocido como el Resplandor del señor, registrado el quinto viernes de cuaresma. Los escalones sirven para que la gente se suba a ver al Sr. Aparecido, que es colocado en el centro de la cruz naranja hecha de papel brillante del tamaño del altar principal de la iglesia.

Por respeto a la ceremonia no se sacaron fotografías: Los peregrinos forman una fila del lado izquierdo, donde los mayordomos pasan a entregarles un ramo de flores que ellos usan para tocar el cuerpo del Santo Patrón. Las flores se las llevan a su casa y las guardan porque están benditas, ellos dicen que en caso de temblor las queman con incienso.


Danzantes concheros


Grupos de tradición de concheros en correspondencia, danzan en el atrio de la iglesia principal para el Sr. Aparecido.

Otra versión de la Aparición del cristo

Narraciones de las Sras. Ángela Hernández Linares y Taide Hernández Linares en el atrio de la iglesia, mayo de 1990

El padre Agustino no tenía Cristo y quería comprar uno; una vez llego un viejito a ofrecer un Cristo, y el sacristán le avisó al padre, cuando salieron ya no estaba el señor, por lo que recogieron el Cristo para no dejarlo afuera, mientras regresaba el señor, pero éste ya no regresó y consideraron que el anciano era un ángel; y bautizaron al santo con el nombre del Señor Aparecido.

En una ocasión el padre llevó el santo a la ciudad de México, a la iglesia de San Pablo (al centro de la ciudad). Pero la gente del pueblo fue a pedirlo porque su iglesia se había quedado sin santo. Fue un grupo de gente a traerlo y al regreso ya no tenían agua, y mandaron a uno de ellos por el agua al pueblo mientras los demás bajaban con el Santo, pero de pronto empezó a brotar un chorrito de agua y desde entonces el aljibe tiene una cruz que la visten el tres de mayo y la llevan a la iglesia a oír misa, para pedir el buen temporal y el 18 de octubre con misa y comida todo el pueblo se va al aljibe a agradecer el temporal.

El encanto del cerro de Santa Bárbara

Narración Del Sr. Cándido Velasco, capitán de danza azteca concheros, mayo de 1990

"Cuentan que adentro, en el centro del cerro está la virgen, ¡y eso es un encanto!, porque no la vemos, y tiene su entrada y no la vemos, solamente son gente privilegiada que llegan a verlo; más antes, en aquel tiempo en el que mandaban los hacendados, la gente de poder; hubo aquí un señor de Tepetlixpa que tenia un rebaño de borregos y era muy malo; a sus bueyeros que tenía, si perdían borregos los castigaba feo, y hasta le tenían miedo.

Cierta vez que andaba uno con el rebaño, andaba caminando por ahí, por las faldas del cerro, y cuando se dio cuenta ya le faltaban borregos, y pues se espantó y se puso a buscarlas, y dijo por aquí van, vio donde se apartaron y se fue, se fue siguiéndolas. Y él platicó todo esto y nadie ha vuelto a ver, él lo platicó y es lo único que se sabe, y se le cree por lo que sucedió.

Entonces él se fue siguiendo los borregos y vio una entrada, como cueva en el cerro y se metió porque ahí se veía que habían entrado; se metió, y dice que llegó donde había uno como parquecito y un jagüeycito, en la orilla había flores, había pasto, y dice que él vio que era una casa, y era una señora que estaba ahí sentada, pero era la Virgen de Santa Bárbara, ¡la vio!, y vio que ahí andaban comiendo sus borregos que había perdido, y entonces él dijo ¡hijole! como platico esto, nadie me lo va a creer, entonces que se va a la carrera, cortó unas rosas, las corto rápido y se las echó a su morral, como antes se usaban morrales, lo andaban traindo torcido en su ropita que sacaban de los magueycitos; y ahí arreo rápido sus borregas para fuera, y dijo, no se vaya a enojar la señora, y que se va".


Cerro de Santa Bárbara, Totolapan

Vista del cerro de Santa Bárbara, foto tomada del mercado de Totolapan

Y cuentan que en esos encantos no se debe voltear nunca para atrás, porque si voltea ya no sale del encanto; y dice que a él le decían, que le gritaban: a donde vas, regresa, ven, mira aquí te vamos a dar esto; y él dice, no, me van a regañar porque corté las flores y por las borregas que se metieron, no volteó aunque le llamaban, que se sale, y no volteo para nada; y que se va con su patrón y dice que llegando a allá andaba bien espantado y que le dice a su patrón, ya no hallaba las borregas, pero ¡ya las encontré! y fíjese que hay una entrada en el cerro y me metí y hay esto, y le platicó lo del jardincito, y todo lo que vio; y le dijo no te creo, tu estas loco; y dijo, no, mire traje una prueba, mire que ahorita es tiempo de secas y no hay flores, no hay nada, sí, es cierto, mire yo me corte unas flores que hay ahí, para que vieran, ¡para que vea que sí es cierto!. A ver, enséñamelas, él abre su morral para enseñarle, pero al ver que brillaba, era puro oro, se tapó luego, luego y le dice no, déjame ver, no, no, ya me voy; y en eso aquél alcanzó a ver que había brillado, que le jala el morral, entonces dice; este trai oro, entonces éste se fue; lo persiguieron, pero ya no lo encontraron y aquel con la ambición, aquel hacendado, no, pos dijo ahí esta el tesoro, ahorita voy a buscar: que se viene a buscar y nunca encontró nada. Y así es, esto es a lo que nosotros llamamos encanto, que ha habido gente privilegiada que los ve, pero después no hay nada. Pero él no era de aquí, de Totolopan, no, bueno francamente no se sabía de donde era porque la gente venía y nunca le importaba a uno averiguar de donde venían, nomás porque venían a trabajar, pero eso era todo".

Celebración del tres de mayo
(Observaciones personales, registro de campo, mayo de 1990)

Los mayordomos van a traer la cruz en la víspera del día de la cruz, el tres de mayo, la adorna una señora, ella lleva 65 años haciendo este trabajo, ella lo vio en un sueño y vio un ramo de hierbas para curar el aire, un ramo de flores para curar el susto, más rojo que las flores rojas. Después de vestirla la llevan a la iglesia para que pase ahí la noche y al día siguiente oiga misa. Es la primera cruz que sale de la iglesia porque es la que está más lejos. A las doce del día los mayordomos van por ella y se la llevan caminando, la acompañan con cohetes, y los demás mayordomos llevan la comida y si hay más dinero la llevan con banda, la cosa se ponen en grande, dice la gente. A las cuatro de la tarde se regresan, pero antes de dar las gracias a los mayordomos por su participación dan lectura a la nueva lista de mayordomos que serán los responsables para el siguiente año. Posteriormente los mayordomos toman la cruz grande y la meten a la cueva del aljibe para que siempre haya agua y la colocan en su lugar, y la cruz chica la entregan al primer mayordomo del siguiente año para que la ponga en su altar.


Cruces del tres de mayo

En el croquis de las cruces que bajan el tres de mayo en Totolapan, Mor., pueden notarse: la Iglesia principal, el Jaguey, la Barranca, el Aljibe, y el Calvario


Celebración del Sr. Aparecido

Misa para la celebración del Sr. Aparecido el quinto viernes de cuaresma, en Totolapan, Mor.

La cruz del cerro de Santa Bárbara
(Observaciones personales, registro de campo, mayo de 1990)

Bajan la cruz el día dos de mayo, se viste en la casa del primer mayordomo, después la traen a la iglesia, ahí se quedan en la noche a cuidarla y el día tres le hacen su misa, pero en esta ocasión no estuvo el padre, sólo le hicieron su rosario. La cruz la sacaron de la iglesia a las cuatro de la tarde, es la segunda cruz que sale después de la del aljibe, al pasar por las calles la gente se va uniendo y todos suben al cerro, la peregrinación se acompaña por cohetes. Ya estando en el cerro los mayordomos colocan la cruz en la base, dan las gracias por el agua que viene y los mayordomos leen la nueva lista de los mayordomos entrantes. Después las esposas de los mayordomos reparten galletas, nieve y un pedacito de queso, los mayordomos reparten el agua de tamarindo con alcohol, después de un rato bajan para ir a acompañar a las otras cruces que están saliendo de la iglesia.
La primera cruz en salir es la de el aljibe, le sigue la de Santa Bárbara, después la del otro barrio, "la otra banda": La última en salir es la del jagüey viejo. Cuentan que esta es la cruz que cuida al pueblo, y tienen la intención de hacerle su capilla.


Protección de cruces



Petición del temporal
(Observaciones personales, registro de campo, may, junio de 1990)

Los mayordomos suben el 23 de mayo a adornar la cruz con el adorno que se usa en la fiesta principal del quinto viernes de cuaresma que le llaman como el resplandor. El día 24 de mayo, el sacerdote junto con los mayordomos bajan al señor aparecido a las seis de la mañana y lo llevan al cerro; siempre es el padre el que carga al Cristo. Ya en el cerro los mayordomos hacen una pequeña capilla de tela para colocar el Cristo. Posteriormente el padre oficia la misa haciendo la rogación del temporal; la mayoría del pueblo asiste a la misa, sobre todo los campesinos y sus familiares, algunas señoras traen ceras encendidas, vestidas con flores naturales de colores.


Cerro de Santa Bárbara con el "El Resplandor"


Croquis de cerro de Santa Bárbara con relación al pueblo, vestido con el adorno "El Resplandor" del Cristo Aparecido el quinto viernes de cuaresma.

Después de terminada la misa que fue acompañada con mariachis, los mayordomos dan un informe de la colaboración del pueblo y de pueblos vecinos para la festividad del quinto viernes.


Ubicación de la Cruz "El Resplandor"


Ubicación de la cruz (Resplandor) con la capilla que montan para colocar al Sr. Aparecido en la punta del cerro de Santa Bárbara.

Recorrido del Cristo Aparecido que el pueblo y sacerdote hacen en la petición de temporal, de la iglesia principal al cerro de Sta. Bárbara. Después de terminada la ceremonia regresan al Cristo a la iglesia.


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