Tlahui-Medic. No. 23, I/2007


Relatos y testimonios de Tlanepantla Kuatienku

Ing. Aída Heras Medina
Docente - investigador del CBTA No. 190 de Ocuituco, Morelos; y
Profesora y colaboradora especial de los Diplomados de Tlahui-Educa


CONTENIDO
I. PRESENTACIÓN
II. DESCRIPCIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO
III. ORIGEN DEL PUEBLO
3.1 Fue una mujer, la Virgen de la Candelaria, la que fundó el pueblo de Tlanepantla
3.2 Tlanepantla kuatienku, lugar que quedó en medio y a orilla del monte
3.3 El Cristo de la preciosa sangre, el que se renovó a sí mismo
3.4 La Virgen y el Cristo, transferencia del patronazgo
3.5 Fueron pueblitos que se juntaron, los cinco barrios que forman Tlanepantla
IV. MAYORDOMÍAS
V. LA REVOLUCIÓN
5.1 ¡El general Zapata vive! (versión popular)
5.2 Tlanepantla en la Revolución
5.3 El General Nazario González
5.4 El hambre en la Revolución
5.5 Pesares, recetas y enfermedades en la Revolución
5.6 Indumentaria de las mujeres de Tlanepantla
5.7 Hablantes de náhuatl
VI. LOS CERROS DE TLANEPANTLA
6.1 Las cruces
6.2 Hacienda de Mayorazgo, Tlascoltepec
6.3 La casa de Porfirio Díaz
6.4 Deforestación
6.5 Historia de los volcanes
VII. TIPO DE PROPIEDAD
7.1 Nombre de los solares
VIII. LOS CAMPOS DE TLANEPANTLA
8.1 Comuneros
IX. ACTIVIDADES
9.1Ocupación
9.2 Alimentación
9.3 Costumbres
9.4 Lengua náhuatl
 


I. PRESENTACIÓN

Obtener datos etnográficos no es sencillo para quienes no tenemos la formación en Antropología social, sin embargo el ser originaria de Morelos y crecer en un pueblo con costumbres similares, me permitió el acercamiento y con gusto presentamos este trabajo, producto de la voluntad de un grupo de personas originarias de Tlanepantla, estado de Morelos, quienes explicaron su realidad de acuerdo a lo que consideraron más importante.

Aún recuerdo mi llegada a Tlanepantla, era antes de medio día cuando bajé de mi bocho viejo de color rojo, fiel compañero de tantas travesías en las comunidades de Morelos. Tuve suerte de encontrar a la primera el mejor de los contactos para realizar este trabajo; se debió al gran apoyo de una persona que se encontraba barriendo por fuera de la presidencia municipal, yo atenta observaba sus movimientos desde el jardín donde me encontraba, dispuesta a iniciar mi trabajo de investigación sobre etnomografías de los pueblos de los altos de Morelos para Culturas Populares. Poco después del saludo entablamos una larga conversación con el personaje que por descuido no registré su nombre y durante el transcurso de la misma le comenté el propósito de mi visita. Aún recuerdo su sonrisa y me dijo: no te preocupes, muchacha, ve con el profesor Conrado, a él le gustan todas estas cosas.

Ya en casa del Profesor, expusimos la importancia del desarrollo de proyectos basados en la realidad de la comunidad y de su historia. Él dijo: "suena interesante y voy a comentarlo con un grupo de amigos con los que hemos hecho algunos proyectos productivos y algo de ecología".

Y gracias a la participación de Don Pedro Espíndola Torres, Gustavo Guzmán Mérida, el profesor Conrado Pacheco Rayón y Víctor Manuel Vidales Espíndola, se formó el equipo que inicialmente se dedicó a la tarea de identificar y hacer la selección de los informantes a fin de obtener los datos más significativos respecto al origen e historia de la comunidad.

El 19 de marzo de 1990 se realizó la primera entrevista a Doña Porfiria Figueroa Ortiz, mujer de 90 años de edad, quien describe el vestido, la lengua y los pesares que el paso de la Revolución dejó de herencia a Tlanepantla. Todo ello se logró gracias al apoyo de una gran amiga, Sofía Torres, que con orgullo nos presentó a su abuela en la comunidad de San José de Los Laureles (perteneciente al municipio de Tlayacapan), quien se encontraba en ese momento apoyando a la familia durante la festividad patronal del pueblo. No fue fácil iniciar la conversación, la señora estaba muy rejega y abiertamente me dijo: cuánto me vas a pagar porque de plano me quitan el tiempo y nada me dan. Sofía avergonzada por el comentario de su abuela insistió y le volvió a explicar la importancia del trabajo para el pueblo de Tlanepantla. Dijo nuevamente: "abuelita es mi amiga y es mi invitada yo le propuse venir". Poco después, con las manos en la masa para preparar los tamales para la fiesta, se dio la conversación.

La segunda reunión fue con Don Ricardo Balderas Álamos, Don Pedro Espíndola, Gustavo Guzmán y la Señora Leonides Mérida, madre de este último, de 110, 52, 25 y 64 años de edad respectivamente, misma que se llevó a efecto el 29 de junio de 1990, día de San Pedro y donde, luego de diez horas de trabajo en casa de Doña Leonides, se complementaron los seis mapas que componen la descripción e ilustración de la etnomonografía.

A su vez, las entonces niñas Silvia, Ma. del Rosario, Dolores y María de Lourdes Gómez Rojas de 4, 9, 7 y 14 años de edad respectivamente, además de Violeta Cruz Guzmán, realizaron con entusiasmo una maqueta en la que se muestran los edificios y sitios principales, así como las vías de comunicación con que cuenta la localidad. En esta misión de trabajo, el grupo se planteó la necesidad de incluir mayor información para complementar lo aquí realizado; proponiéndose el día domingo 5 de julio de 1990 una tercera reunión en casa de Don Rosendo Zavala, hombre de 91 años, considerado por la comunidad el depositario del conocimiento de la historia y origen del pueblo.

El día previsto se reunió el equipo antes mencionado, conformado por campesinos, excepto el odontólogo Arturo Espíndola, quien se sumó al grupo junto a Teofilo Pacheco y el profesor Conrado Pacheco, quienes hicieron la entrevista a Don Rosendo Zavala y a su vez corrigieron los mapas elaborados con anterioridad.


La participación de Adolfo Rubio Montiel e Hipólito Rubiales Huertas, de 90 y 94 años, en una reunión celebrada el día de Santiago Apóstol (25 de julio de 1990) se hizo necesario para reforzar los testimonios de los ancianos entrevistados (foto: El Sr. Pedro Espíndola entrevista a Don Adolfo Rubio).

Cada uno de los cinco barrios de Tlanepantla se representó en una maqueta que fue hecha por los niños Francisco Ramírez Velásquez, Elizabeth Rubio Medina, Areli Rodríguez Rubio e Iván Alí Pacheco Ramírez. También realizaron maquetas los alumnos de la Escuela Primaria "Sangre de Héroes" y "Otilio Montaño", bajo la supervisión de su profesor, Conrado Pacheco, durante el periodo escolar 1990 - 1991.

Si bien ya han pasado dieciséis años de estas memorias y recuerdos que compartieron los ancianos de Tlanepantla y muy posiblemente ya algunos de ellos ¡en gloria estén¡ Y las niñas y niños que participaron en esta experiencia con su creatividad plástica elaborando la maqueta de su pueblo, tendrán ahora sus propias vivencias a sus más de veinte años de edad, tal vez ya ni me recuerden, pero al leer las narraciones, observar los dibujos que describieron los habitantes de Tlanepantla, los lleven nuevamente a la importancia del compartir con los abuelos la historia de su pueblo, su propia versión.

Para retomar el escrito presente, se solicitó nuevamente el apoyo de algunas personas para refrescar la memoria, verificar algunos datos y nombres de las fotos de los ancianos que en aquel momento se tomaron, faltaron algunas como la de la señora Porfiria, pero gracias a su familia logramos que nos prestaran algunas fotografías de la abuelita, quien hoy en día es la anciana mayor de la comunidad, lúcida, reflexiva, quien llena de orgullo a su nieta Sofía que en los últimos años se ha tomado la tarea de grabarle su voz, de tomarle fotografías el día de su cumpleaños y nos compartió algunos anécdotas al respecto: El año pasado en septiembre, el día de su cumpleaños, le regalé su rebozo de Tenancingo, le gusto mucho, y pide se lo pongan todas las mañanas, ya lo heredó a una de mis tías porque no quiere que la entierren con su rebozo, dice: "está muy bonito y no quiero que se lo coman los gusanos". Por ser la anciana mayor o la niña linda más pequeña del pueblo con 106 años, requiere de cuidados especiales por lo que nuestras referencias se basaron en los comentarios familiares, febrero de 2006.

Se agradece al equipo que hizo posible esta investigación, así como a quienes de una u otra forma participaron indirectamente con el planteamiento de sus dudas y conocimientos sobre el pueblo, sin olvidar mencionar el apoyo del antropólogo Jesús Rodríguez en la estructuración del contenido para presentar ante ustedes los resultados en la primera etapa en 1990 y la reciente participación de la Lic. Victoria Rodríguez Irízar en la corrección de estilo en la presentación final del trabajo, ya que se tomó la decisión de presentar la versión completa de los relatos y testimonios que se obtuvieron durante el desarrollo de la investigación.

La corrección y traducción de los nombres náhuatl fueron hechas por el Profesor Tirso Clemente Jiménez, hablante de náhuatl de la comunidad de Tetelcingo, Morelos en agosto de 1990. Es importante comentar que parte de este trabajo fue publicado en el periódico El Regional del Sur, en el suplemento de Culturas Populares "El Cuexcomate" el 24 de septiembre de 1990, en Cuernavaca, Mor. bajo el titulo de Tlanepantla, lugar que quedó en medio. Y hoy, gracias a la oportunidad que nos brinda el Director de la revista electrónica Tlahui se retoma la publicación del artículo no sólo para el pueblo de Tlanepantla sino para toda aquella persona interesada en el desarrollo de su comunidad, porque quien conoce su historia, conoce sus raíces.

II. DESCRIPCIÓN DEL ÁREA DE ESTUDIO

La Comunidad de Tlanepantla fue fundada aproximadamente por los años 1680 y 1690. Fue habitada por tribus nahuatlacas y tlahuicas. Se localiza al noroeste del estado de Morelos a 98° 02' de longitud y a 19° de latitud con respecto al meridiano de Greenwich. Tiene una altura sobre el nivel del mar de 2,040 metros, su extensión territorial abarca los 124.092 km2. Al norte limita con el D. F. y Estado de México, al sur con el municipio de Tlayacapan, al oriente con el municipio de Totolapan y al poniente con el municipio de Tepoztlán (croquis 1). Actualmente se conforma de cuatro localidades: Tlanepantla como cabecera municipal, El Vigía, Felipe Neri y el Pedregal.

El clima que predomina es templado subhúmedo, con una temperatura promedio anual de 15° C, la precipitación media anual de 900 mm con un régimen de lluvias de mayo a septiembre, la vegetación que predomina es el bosque de pino encino, oyamel, fresno y cedros. La fauna característica está representada por: tlacuache, mapache, armadillo, ardilla, zorro, gato montés, coyote, conejo, víboras y tejones, entre otros.



Croquis 1. Ubicación geográfica del Municipio de Tlanepantla, estado de Morelos.


III. ORIGEN DEL PUEBLO

Tlanepantla significa en medio de las tierras: tlole = tierra; nepantla = centro o en medio, y kuatienku = a la orilla de los árboles, monte. La historia de su origen ha sido trasmitida de generación en generación por medio de la tradición oral, así como Don Rosendo lo cuenta también: "Yo francamente voy a platicar de acuerdo a las conversaciones de los antiguos, porque nosotros no lo vimos. Ya todo son pláticas. Ustedes vienen a preguntar, y así, pero yo nunca pregunté nada, nomás por curiosidad de las pláticas de los antiguos".

Según Don Rosendo, la información que a continuación detalla se ha perdido entre los actuales pobladores de Tlanepantla: "De la información del pueblo nadie de ustedes sabe, ni nadie del pueblo sabe nada, ni todos los que existen ahoy (sic) en el pueblo saben nada".


Y prosigue son Rosendo: "Anteriormente todo este campo, hasta el pueblo de Yautepec, pertenecía al Estado de México, y hacia el sur colindaba con Guerrero. Entonces, en esa época, estos lugares no existían, ni Tlanepantla, ni Totolapan, ni Atlatlahuacan. Pero hubo una ocasión que aquí en Tlanepantla campaban unos del pueblo de Temanacla, Estado de México, que traían su ganado. Esto era ranchería, no era pueblo. Y fue entonces cuando se formó el pueblo de aquí de Tlanepantla; fue por una imagen de la Virgen de la Candelaria; ella formó el pueblo, una mujer, la Virgen de la Candelaria".

3.1 Fue una mujer, la Virgen de la Candelaria, la que fundó el pueblo de Tlanepantla

Todo el territorio de ese rumbo, dice Don Rosendo, pertenecía al municipio de Tlayacapan. "¿Ustedes conocen la Calera de Isma Montiel? le pregunta al equipo que realiza la entrevista, quienes afirman, prosigue Don Rosendo: pues ahí se apareció la Virgen. Y como ese lugar pertenecía a Tlayacapan, entonces subieron los de ese pueblo a recoger a la Virgen, y los rancheros que campaban aquí bajaron curiosos a ver, no llevaban ambición de ninguna especie, nomás fueron a ver por qué la Virgen se había aparecido en ese lugar. Vinieron entonces unos ciudadanos de Tlayacapan a recoger la Virgen, pero cuál fue su sorpresa que la Virgen no se dejó cargar con ellos, no se dejó tocar. Al ver esto los rancheros se atrevieron a agarrar a la Virgen y cargarla ellos, y sí se dejó. Entonces ahí la traiban (sic) como si nada y se la volvían a dejar a los de Tlayacapan, pero nunca se dejaba cargar con ellos. Por fin éstos se fastidiaron y dejaron que los rancheros se trajeran a la Virgen, bueno pasó y los rancheros aquí la acomodaron en una chocita cualquiera, pos no era pueblo ni más nada, como estaba solito nomás ellos vivían".

"Estos pueblos que ven que están formulados son los cinco que son ahoy (sic), estaban distantes de este lugar. San Pedro estaba al oriente, y Bartolo más abajo, al poniente, y Santiago casi a la orilla del pueblo. Estaban divididos, pero después de todo, los hombres, al ver que la Virgen quiso quedarse aquí, en este lugar, hicieron una reunión entre los cinco pueblos. Nombraron sus representantes y vinieron para hacer un acuerdo entre todos. Y los representantes coincidieron en reconcentrarse aquí para formar un solo pueblo principal; los ciudadanos de esos pueblos también estuvieron de acuerdo y abandonaron los lugares donde vivían. Así, los cinco pueblos se vinieron pa´ca (sic) y cada quien agarró su lugar, como hasta la fecha existe: San Pedro, San Felipe, San Nicolás, San Bartolo y Santiago". Véase el mapa A, realizado por integrantes de la comunidad.

3.2 Tlanepantla kuatienku, lugar que quedó en medio y a orilla del monte

"Y ya cuando todo estaba organizado, todo estaba hecho", cuenta Don Rosendo que los integrantes del pueblo se preguntaron qué nombre le pondrían al lugar. "Comenzaron a idear, y uno de tantos dijo pongámosle como el lugar donde se ha formado, quedó en medio, pero lo dijo en su idioma, no como ahora que estamos hablando en español", señalo Don Rosendo. Y añadió: "El participante dijo entonces que qué les parecía que le pusieran el nombre de Tlanepantla que quiere decir con todos los pueblos alrededor, lugar que quedó en medio, así le pusieron Tlanepantla, lugar que quedó en medio. Entonces eso pasó y bueno, pero luego dijeron "¿y su apeido (sic), qué apeido le ponemos? Alguien respondió diciendo: cosa muy sencilla, estamos en la orilla del monte, pues que se le ponga Kuatienku, palabra náhuatl que en español quiere decir está a la orilla del monte, o sea el nombre completo del pueblo es Tlanepantla Kuatienku".

Don Rosendo cuenta que llegó a oídos del Gobierno Virreinal que este pueblo se estaba formando y por ello vino el Virrey y les concedió terrenos a todos los que estaban poblando ahí. "Y como ya eran un solo pueblo y no tenían vecinos, ni anexos, ni nada, el Virrey les dio la categoría de Municipio Libre y hasta ahora lo sigue siendo". "Las posesiones del pueblo de Tlanepantla, continúa, son como seiscientas y tantas hectáreas, después ya como municipio comenzaron a trabajar entre todos para construir el templo que ahora existe, y que venimos conservando los del pueblo".

"Así que comenzaron a trabajar. En esa época era muy pobre la gente y todos los trabajadores estaban ahí por orden del Clero, y les exigían a los indígenas trabajar sin ningún sueldo; al mediodía les dejaban para que fueran a sus casas a tomar alimentos. ¿Pero cuál alimento?, si no tenían, reflexiona, en vez de ir a sus casas se iban a las barrancas a buscar frutillas silvestres para alimentarse, y regresaban otra vez al mismo trabajo. Así construyeron ese templo que existe ahora. Luego, el Gobierno Federal y el Gobierno Eclesiástico ayudaron y ordenaron que se si hubiera formando el pueblo como corresponde hasta la fecha".

"Así se formó el pueblo de Tlanepantla, y precisa, pero ya les digo quien lo formó fue la Virgen de la Candelaria, porque anteriormente se hacía la feria el 2 de febrero, el día de la aparición de la Virgen. Esta feria la cambiaron los del Clero, el Obispo".



MAPA A. Ubicación de los pueblos que le dieron origen a Tlanepantla, Morelos.


3.3 El cristo de la preciosa sangre, el que se renovó a sí mismo

"Durante muchos años fue la Virgen de la Candelaria la Santa Patrona del pueblo, hasta que llegó la imagen de un Cristo, ese que ustedes ven ahora, pero ese Cristo se acabó y el sacerdote encargado de la parroquia lo quitó porque ya daba tristeza verlo, y entonces el cura lo acomodó en un cuartito para después exigir que las señoritas del pueblo fueran a la iglesia a cantar y a responder la misa en el coro. No una ni dos sino varias veces, de tantas que fueron, en una ocasión el 14 de noviembre de 1834, una señorita se fijó que el Cristo estaba bañado en sudor, pero esa señorita ocultó todo, a nadie de sus compañeras le platicó y esperó hasta que se bajaran del coro, y en vez de ir a su casa se acerco al sacerdote y en confesión le contó todo lo que había visto. El sacerdote dijo que le había tocado la suerte de ver que se estaba renovando el Cristo solo; pero que a nadie le dijera, que solamente ella y él lo sabrían, para que no lo molestara nadie. Pasó el tiempo, y en la noche del 15 de septiembre cayeron maravillas del cielo, y estas maravillas no caían en el suelo sino que quedaban en las cabezas de los humanos, esa fue señal que dio ese Cristo cuando se renovó aquí en su mismo templo. Y para amanecer el 16 de septiembre, el Cristo estaba ya nuevo, como hasta la fecha lo vemos. Y desde entonces se celebra la feria ese día, fue así que cambiaron la fecha del 2 de febrero al 15 de septiembre, el Arzobispo de México y el Obispo de Cuernavaca, en esos tiempos. Y así sé que cambiaron la fecha de la Candelaria por la de Pentecostés que hasta la fecha se lleva a cabo. La imagen que veneran el día de Pentecostés es el Arribo del Espíritu Santo, sólo que cambió las fechas por las lluvias, porque antes llovía mucho en Tlanepantla, no como ahora que ya no llueve. Esa fue la causa de que los Sacerdotes cambiaran la fecha de la fiesta del Pentecostés. Por motivo de las lluvias, porque los tiempos van cambiando, por la renovación de ese Cristo que nosotros veneramos. Se le puso el nombre de la "Preciosa Sangre de Cristo" al que ahora se venera en el pueblo de Tlanepantla. Así está escrito esto".

La amena plática de Don Rosendo se va llenando de preguntas y de intervenciones que sus entusiasmados oyentes van vertiendo sobre la jícara, recipiente de palabras y de recuerdos. Así otros abundan sobre la historia del Cristo de la Preciosa Sangre… su imagen: "Este Cristo tiene gotas así, como que se le están cayendo de sangre, por eso le han de haber puesto ese nombre".

Don Conrado: "Pero también dicen de la noche que cayeron las maravillas, que al día siguiente el rocío que podía verse no era, sino que era de gotitas de sangre pues estaban en las plantitas, y de ahí también se le quedó el nombre del "Cristo de la Preciosa Sangre", pues si llegaron esas señas tuvo que haber sido así, porque fue un milagro que ese Cristo se renovara solito. Se trajo de la Nopalera, porque ahí vivía ese Cristo que ahora tenemos, ahí en ese plancito, ahí junto al árbol de la flor de cabellito, allá es donde estuvo ese Cristo".

"La dueña del Cristo era una señora sola, no tenía a nadie y dijo: me voy a morir y onde (sic) andará rodando mi Cristo, mejor voy a dejarlo en la Iglesia. Y allí estuvo mucho tiempo y se acabó el Cristo y ya tenía mala presentación y entonces el sacerdote lo metió en ese cuartito que está enseguida del coro, ahí lo dejó. Tampoco lo dejó a la intemperie, ahí lo acomodó y ahí se renovó el Cristo el 14 de septiembre de 1834".

Gustavo, otro habitante de Tlanepantla, interviene también en la plática: "El lote que menciona Don Rosendo, la nopalera fue de una de las tías de mi mamá, que se llamaba Amelia Mena. El terreno se llamaba Tetemanco, y ese es sólo un pedazo, un plancito y ahí está ubicado un árbol que da una flor que se le llama de cabellito. Yo no encontraba explicación de por qué no lo tiraba mi madre. Y ahorita veo, ya sé por qué".

Continua Don Rosendo: "Tal vez los antiguos le platicaron a tu padre lo que había ocurrido, sí, porque se conservó ese árbol "flor de cabellito". Se cayó hace como cuatro años, aunque se conserva todavía en ese lugar el palo seco. La cruz donde se renovó no está acabada, porque la cruz que tiene el cristito ahora es nueva, y la otra, en que se renovó, está en el bautisterio; ahí entrando a la iglesia a mano izquierda, donde está un pianito de madera está la cruz original, es la que está puesta, y la imagen de nuestro Cristo está ahora en el altar. "Entonces a la Virgen de la Candelaria la mandaron hacia un lado, para que acomodaran el Cristo en su lugar; la Virgen es la misma pero está en otro lugar. Pero esa es otra historia, también de la tradición. Nosotros pensamos que están los santos con sus respectivos espíritus".

3.4 La Virgen y el Cristo, transferencia del patronazgo

Finalmente Don Rosendo se entusiasma y comienza a narrar esa otra historia que antes había mencionado: "Bueno, voy a platicar toda esa historia de la Virgen y el Cristo. En la serranía de Tepoztlán había un pastor criando su rebaño, era un chamaco y ya ven que cuando uno está chamaco todo le interesa, es muy curioso. Cerca de él pasaron una señora y un señor platicando, bajo el árbol se sentaron a descansar los dos, y la señora le dice: Mire usted, vamos ahí a mi casa, allí donde mira usted que me quieren muchos mis hijos. Me quieren harto, pero no es igual un gobierno de una mujer como un gobierno de un hombre, no es lo mismo y yo desearía que usted se quedará allá donde estoy. El pastor se acercó a oír, pero como no fue tan dejado pensó: Estos dos seres no son humanos, y entonces, lo que hace es sacar su sombrerito cerca de los seres que están hablando y se va corriendo a la carretera dejando su ganado. Llegó a Tepoztlán a dar aviso, rápidamente se reunieron y se fueron luego de ver dónde estaban esas dos personas: pero cuando llegaron ya no los encontraron, nomás esos seres pasaron a dejar la señal de un círculo de 10 metros alrededor de donde habían estado ellos. También alrededor estaban las rosas reina, pero bien tupidito de flores que había en esa época, pues fue en febrero, el primero, entonces se vinieron pa´ca, -como ven desde entonces en cualquier fiesta no faltan los chamacos- y ese día primero de febrero estaban arreglando la iglesia y todo. Arreglando porque al otro día iba a ser la fiesta de la Virgen de la Candelaria, entonces se subieron arriba al campanario, y ahí los chamacos andaban jugando y dicen que vieron a dos personas mayores asomarse por la ventanilla de la granada y oyeron que la señora le dijo al señor: "están apurados mis hijos, están arreglando porque mañana es el día de mi santo y piensan que estoy aquí en la iglesia, no saben que apenas vine". Y los chamacos seguían oyendo todo lo que hablaban, y entonces todo se lo platicaron al sacerdote y ya lo tomaron en cuenta, se quedó la Virgen y del Cristo que venía con ella nada se supo, hasta el 14 de septiembre cuando de renovó y se introdujo ese Cristo. Se considera que ganó la voluntad de la Virgen, y así se quedo, pero no fue todo febrero, marzo, abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre. Hasta los ocho meses que vino a darse a luz, él mismo, así es como apareció esa imagen. Nomás que fue quemada la iglesia por el Gobierno y se quemaron todos los archivos y ya sólo se conoce la historia por medio de personas antiguas".

3.5 Fueron pueblitos que se juntaron, los cinco barrios que forman Tlanepantla

Don Pedro es el que nos explica la división de Tlanepantla por barrios y cómo son éstos. "Los cinco barrios que son ahora, fueron pueblitos que se juntaron para formar Tlanepantla. Los barrios llevan los nombres de sus Santos Patrones".

"Acá, nuestra organización es por barrios, prosigue. Cada quien en su barrio coopera para la fiesta de su Santo patrono. La cooperación la recogen los mayordomos y los meseros, quienes son los responsables de la fiesta. Los que viven en su barrio, pero son originarios de otro, cooperan en el barrio que viven, pero participan más en cooperación y organización en el barrio de donde son originarios. Pero algunos, si tiene voluntad, cooperan en el barrio donde viven y si no, dicen: yo no soy de aquí, y no se les obliga".

"Dependiendo de la fecha de celebración del Santo Patrono de cada barrio se van haciendo las fiestas del pueblo, cuadro 1 (ver mapa B).

"La cuestión religiosa es del pueblo, pero las autoridades la organizan en sesiones para su administración", concluye Don Pedro, cuadro 2 (Ver mapa C).



Celebración del 29 de junio de 1990, Barrio de San Pedro.


Cuadro 1. Fiestas patronales celebradas en Tlanepantla, Morelos.
 

FECHA

SANTO PATRÓN Y FESTIVIDAD POR BARRIO

1° de mayo

Barrio de San Felipe

29 de junio

Barrio de San Pedro

25 de julio

Barrio de Santiago

24 de agosto

Barrio de San Bartola

10 de septiembre

Barrio de San Nicolás

15 de septiembre

Iglesia principal (Preciosa Sangre de Cristo). “En la iglesia principal se celebran dos fiestas al año, el día Pentecostés y el 15 de septiembre”.


Cuadro 2. Distribución de los Barrios por secciones divididas por el ayuntamiento para facilitar la administración.
 

SECCIÓN

BARRIO

1a Sección

Barrio de San Pedro

2 a  Sección

Barrio de San Felipe

3 a  Sección

Barrio de San Nicolás

4 a  Sección

Barrio de San Bartolo

5 a  Sección

Barrio del Apóstol Santiago


MAPA B. Ubicación y descripción de las fechas patronales que conforman los barrios de Tlanepantla, Mor.
Nota. Las letras sobre la torre se refieren a la orientación oriente - poniente de las iglesias.

Durante el desarrollo de la investigación se realizaron varios mapas que describen a la comunidad de Tlanepantla, gracias a la participación de Don Ricardo Balderas Álamos, Don Pedro Espíndola, Gustavo Guzmán y la Señora Leonides Mérida, se logró el propósito del trabajo. El entusiasmo de la plática atrajo la atención de las niñas de la familia, quienes se encontraban jugando con barras de plastilina, poco después nos dieron la sorpresa al elaborar una maqueta de la comunidad como parte de su juego e incorporándose al proyecto que estábamos tratando, ¡vaya sorpresa! Se unieron tres generaciones.

Las niñas participantes fueron: Silvia, Ma. del Rosario, Dolores y María de Lourdes Gómez Rojas y Violeta Cruz Guzmán.

MAPA C. Distribución de las secciones divididas por el Municipio del pueblo de Tlanepantla Mor.

Etnomonografía de Tlanepantla, Morelos: Elaboración de mapas que describen la comunidad de Tlanepantla, diseñados por la propia comunidad, grupo participante:

Prof. Conrado Pacheco Rayón
Don Pedro Espíndola Torres
Gustavo Guzmán Mérida
Víctor Manuel Vidales Espíndola


IV. MAYORDOMÍAS

Ya entrados en las narraciones de Don Rosendo, me atreví a preguntar acerca de las mayordomías para acentuar la organización que se da en cada barrio, quien comenta. "Los mayordomos son dos, uno al que nombran en cada barrio y otro que lo nombra el pueblo. El mayordomo principal que representa la parroquia, y que se encarga todo el año, lo nombra el pueblo". Y los mayordomos de los barrios, preguntan los participantes de esta investigación. "Cada barrio nombra su mayordomo también para su capilla, toman su voluntaria, pero deben ser del mismo barrio. En algunos barrios como el de San Pedro es diferente porque ellos tienen el reglamento de que no aceptan voluntarios, porque se forman desde el primer topilo, segundo merino, refiriéndose a la clasificación según los cargos por antigüedad. Eso ya se forma como mayor que le dicen, y a los dos años el merino. A los tres años mayordomo, y al voluntario no lo admiten porque ya está formada la lista por lo que tiene que comenzar desde el principio. Y es por eso que ya no se admiten voluntarios, ya no. Desde que se empieza a hacer el corral de toros para la festividad ya se sabe cuándo le va a tocar la mayordomía. Sí, así es en San Pedro. Sí pero en otros barrios se aceptan voluntarios. Pero los voluntarios son los de la cera, sí pero el cargo de primer mayordomo no se acepta al voluntario, ya tiene su nombramiento desde cuando. Este tipo de elección de los mayordomos viene desde cuando se formó el pueblo. Sí, desde esa época, sí, desde que ya venían a formar el pueblo, ya hacían sus mayordomías; se trae esa tradición desde los antiguos, desde más antes".

"Las obligaciones son desde que los nombran por mayoría de votos en los barrios. Debe ser una persona de confianza porque es el único responsable de lo que hay en la iglesia, de los ornamentos, imágenes y todo un año. Allí cuida diario, con los éstos que se les nombra meseros. Y se van cambiando cada ocho días, de los cinco barrios se van turnando".

"Los mayordomos deben de estar mañanas, tardes y noches. Y la feria la organiza todo lo que se trate de la iglesia, misas, flores, cohetes y música, todo. El pueblo paga esos gastos y para la comida todo lo costea la bolsa del mayordomo. Esa es una costumbre, tiene que dar mole, porque vienen muchas promesas de diferentes partes y con su promesa que traen llegan a la iglesia, y los invitan a comer. Y todos esos gastos los afronta el mayordomo y los segundos; esto netamente no sale de las limosnas. Pero también el pueblo se fija en personas que tengan solvencia económica, porque es duro afrontar ese gasto, cualquiera se nombra. Uno que no tiene nada, pues ¿con qué responde?"

"Y respecto de las visitas a los pueblitos, sus fiestas, ¿sabe usted por qué?", pregunta con entusiasmo Gustavo Guzmán. Don Pedro Espíndola interviene con algunas afirmaciones. "Yo recuerdo que usted organizaba las promesas de las peregrinaciones a Chalma, Don Rosendo".

"Continúa. Esa es una voluntad de creencias propias, tocante a nuestra religión. Pos' tiene uno un gusto de llevar una promesa, un estandarte, o cuando le tocó a su mamá, el quince (la festividad principal de septiembre), refiriéndose a uno de los integrantes del equipo que lo entrevista, me parece que en esa época compró un estandarte y pos' en esa ocasión ella me vino a invitar, y es que me gustaba el cuaderno de alabanza, entonces se llevó a su compañía de peregrinación. Si podía ir ese estandarte y lo llevaron con alabanza por todo el camino. Y allí se reunieron todos y ya se formó la peregrinación. Una formación bien grande, todos los de Tlanepantla se formaron, entraron a la iglesia, dieron limosna, se dio el estandarte y todos estuvieron ahí, y no es realmente un sacrificio, es un gusto que se tiene".

"Es la promesa a la feria de Tepalcingo, a Chalma, a San Juan de los Lagos, pregunta Don Pedro, así es, dice Don Rosendo. Se organiza una organización de todas partes y se lleva flores, algún ornamento, y se lleva y es como se dice, una peregrinación como nosotros aquí, en la feria, vienen los de San Francisco y train una promesa, viene los de San Andrés Ahuayuka, igualmente pasa cuando llegan sus fiestas de ellos. Aquí el mayordomo se ve obligado a corresponderle esa visita que se hace. Y ya también hacen una colecta aquí en el pueblo y es lo mismo, ya se lleva medio millón de pesos o un millón de pesos (refiriéndose al valor anterior de la moneda en México con tres ceros más al valor actual) van a dejarlo al lugar donde se va a corresponder con flores, cohetes, 'onde si no han ido a corresponder es a Santa María, San Sebastián, Santa Martha, que cada año vienen con promesas al pueblo. Confirma, solamente en Santa María como dos ocasiones nos tocó llevar la promesa".

V. LA REVOLUCIÓN

La plática fue tomando forma y finalmente dentro de los pasajes de la historia del pueblo de Tlanepantla se llegó al tema de la Revolución en la que Don Rosendo dice: "En cuestión de la Revolución es otra cosa, es otro tomo. Bueno les voy a platicar porque estos muchachos no se dan cuenta". Víctor Vidales interviene: "pues si, somos nuevos".

"Pues yo ya voy para 91 años y yo creo que yo ya viví muchas cosas, entonces cuando la Revolución se planteó, pues desbancaron a Porfirio Díaz, este señor estuvo 34 años de Presidente de la República, entonces vino Madero que iba a cambiar la situación del pueblo mexicano, siempre y cuando le ayudaran a desconocer a Porfirio Díaz. Entonces el pueblo de México sí se decidió y se hizo la guerra, la Revolución, y entonces el General Francisco Villa bajó aquí a Morelos a ponerse de acuerdo con el General Zapata, quien iba a pelear por aquí, por el sur y el General Villa por el norte. Y así fue, atacaron por los dos lados al gobierno. Y se retiró porque no quiso que corriera sangre entre los mismos mexicanos; entonces se fue porque no quiso hacer guerra y le reclamaran "El Agrarismo". Y todos se vinieron a hacer revolución, y desde entonces ya se siguió la guerra y fue en 1910 el 20 de noviembre se dio el grito de rebelión que duró casi ocho años, en 1918 ya se calmó tantito, no se calmaba bien, lo peor fue en 1919 cuándo bajó el General Guajardo, quien era general del Gobierno, 'entos trajo una promesa para el General Zapata, trajo 30 cañones, de 35 a 40 ametralladoras, 60 cajas de parque. Dizque para venir a dárselo de obsequio al General Zapata".

5.1 ¡El General Zapata vive!
(versión popular)

Don Rosendo prosigue junto con la participación de Don Adolfo Rubio con una versión popular en la que muchos revolucionarios del sur se aferran para decir "Zapata vive" y siempre vivirá en el recuerdo del pueblo mexicano. Dice Don Rosendo: "Entonces trajo ya esas promesas pero Guajardo escogió un lugar propio para traición del General Zapata, hasta ya en San Juan Chinamenca, le mandó una carta al General Zapata, entonces estaban tres generales en Cuautla, el General Zapata; el General Juan Capistrán, y estaba otro general, pero era árabe, no era de aquí de México. Estaban los tres generales entos´ (sic) recibieron el oficio de Guajardo, entos' los tres hablan y a ver que dice mi General, ¿va usted a ir?, pregunto uno de ellos a Zapata. Dice pues yo creo que sí, porque así como dice aquí en este oficio está favorable para nosotros, entos´ dice el General Capistrán, la verdad no, yo de mi parte no me conviene que usted vaya, dice mire: general, qué dice usted ¿voy en su lugar? Le dice el otro árabe no mi general, de ir es mejor que vaya él, y dice Capistrán, si voy en su lugar, pero me va a prestar todo su traje, todo su vestuario, todo su sombrero, todo me va a prestar, las polainas que train (sic), todo lo que se entiende y su caballo de usted, y entonces que dice, ¿voy yo general?"

"Se fue con 30 soldados. Nada más y llegaron a ese lugar "San Juan Chinameca" y ya estaba formada la valla para recibir al general, pero cual sería su sorpresa, que como iba con todo el vestuario del General, luego, luego lo atendieron, le descargaron y cayó el jinete, pero el caballo luego que vio que cayó el jinete, luego se lanzó para venirse acá hasta Cuautla, ahí donde dejó a su amo. Ahí vino a avisarle que su compadre se había muerto".

"Entonces le dice el General árabe, dice: Murió mi general Capistrán, que le dije, que tal si va, ya el compañero murió que piensa usted, voy a vengar la muerte de mi compadre dijo Zapata. Pues entonces le dice el árabe: "General, ya todos sus generales se asentaron, ya todos su generales se fueron a sus pueblos, ya todas sus tropas se repartieron, se fueron a sus casas, mire que ausión (sic, por opción) le queda".

"El árabe continúa. No mi general, sabe usted mejor que si quiere honrar su muerte, vámonos pá mi tierra". Y ya luego, luego se fueron para Arabia, se lo llevó su compadre y se fue el General Zapata. Y allí murió y está comprobado, porque quizás conocieron a Don Higinio Garza, a Don Silvestre Salas, ellos conocieron muy bien al General Zapata porque cantaban junto con Don Francisco Castillo. Son los que cantaban los corridos en esa época y lo conocían muy bien. Entonces fueron a ver a los corredores del palacio donde Zapata estaba tendido en su funeral y entonces les gritaban los Carrancistas. Al general le faltaba este dedo (señalando los dedos de la mano), porque le gustaba mucho la charreada, este dedo se lo voló la reata y este dedo lo tenía el muerto, estaba completo, completos los dedos, pues no era él y así fue la historia del General Zapata".

Concluye Don Adolfo. "Sí pero no se murió, se murió otro que se llamaba Juan Capistrán, se parecían, eran idénticos y luego con todo el traje y todo era el mismo".

5.2 Tlanepantla en la Revolución

Con entusiasmo, el profesor Conrado Pacheco pregunta: "¿Y el pueblo de Tlanepantla cómo participó en la Revolución?" La amena plática de Don Rosendo Zavala Ramos nos refiere: "Pues participó porque toda esa gente de la época de la Revolución, casi la mayoría se fue con el General Zapata, el General Zapata tuvo su cuartel aquí, donde está el palacio, en esa casita que es de Ángel Saavedra, allí estuvo su cuartel general. Aquí campaba siempre, aquí fue la cuna de todos los revolucionarios. Y entonces el general Zapata allí tenía su cuartel general y Valentín Reyes, Everardo González, Genoveva de la O., Mario Sánchez, y todos los generales revolucionarios tenían su cuartel allá en la casa de los Espíndola, que era la casa de Álvaro, allá acuartelaban todos sus generales. Y entonces tuvo una participación bien importante la comunidad en el Zapatismo, fue muy importante este pueblo en la Revolución; por el monte, porque estaba a orilla del monte".

5.3 El General Nazario González

Continúa. "Hubo un hombre que fue general, se llamó Nazario González, pero ese hombre era de importancia porque hasta el mismo gobierno le tenía miedo. Y él era de aquí de Tlanepantla, era del Barrio de San Nicolás, Nazario González, pero atacaba aunque con diez o quince soldados y tenía que triunfar, ¡Muy bueno era ése!, fue el General de mayor importancia de aquí de Tlanepantla, Nazario González. Hubieron varios coroneles, generales, pero no lo comparaban, era el único General más valiente de todos. Y fue traicionado en Tepalcingo, allí lo traicionaron, allí campó en una hacienda y se encerró con toda su gente, ¡cuál sería su sorpresa, que ya estaba el plan para él! En la noche la escolta del gobierno lo agarraron durmiendo, pos' sí, así fue, traicionado ese General Nazario González. Bueno, aquí fue casi el cuartel de todos los generales del sur".

El profesor Conrado reflexiona a los comentarios. "Fíjese, eso ha sido lo malo, porque de aquí de Tlanepantla casi nadie conoce esto, y es importante que Tlanepantla conozca algo de esto. Y luego nos preguntan ¿pues Tlanepantla qué historia tiene? Su religión, sobre su cultura y no sabemos nada, ni de sus principios de población, nadie sabe que tuvo un gran general en la época de la Revolución, el Zapatismo. Y siempre decimos "Tlanepantla no tiene nada". Y sí lo tiene, la cosa es de que no hemos investigado nada".

"Como ese íntimo amigo del General Zapata, prosigue Don Rosendo. Don Francisco Castillo, andaban juntos, bueno pues murió, cantaban juntos, se echaban sus canciones".

Una ocasión pasó por aquí el General Zapata, estuvo aquí un día y una noche y preguntó: ¿Qué razón me dan de Francisco Castillo? ¿Que vive? "Si mi General": Pues mándelo llamar", y lo mandaron traer; se presentó, que lo ve, que lo abraza y le dice: "Todavía estás vivo", responde "Todavía vivo, mi General". Y le dice: "Pos' ora te vas conmigo". Y sí, pero como fuera, pos' fue ora' cobardía de él, de ese señor. Se lo llevó Zapata, salieron de aquí, por el camino a Santo Domingo, ¿y saben a donde se iban?, "le pregunta al grupo durante la conversación, continúa: "¿ustedes saben dónde tenía su terreno el finado Santiago Espíndola? Allí en Atlapalco, allí iban y él iba muy triste. En'tos le dice el General:"Pancho, ven, pues según no te despediste de tu mujer, mejor regrésate, pos' iba triste no te despediste de tu mujer, mejor regrésate Pancho".

"Pos' si, ya otra vez que yo de mi vuelta ya te vas conmigo, pero te despides con tiempo, Panchito".

"Éste en lugar de decir. "No mi General, no me voy, este luego que le dijeron hoy no te vienes, que se regresa".

No pos' si. Son bonitas las cosas que se da uno cuenta, suspira Don Rosendo al recuerdo.

5.4 El hambre en la Revolución

Dentro de los temas de la conversación resaltaron los pesares de la Revolución y subsistir tenia su precio y Don Ricardo a sus 110 años nos comparte sus vivencias sobre el hambre que se padecía en la Revolución. "Había muchas cosas, había maíz, fríjol, cuando la Revolución, pero vino el gobierno y quemó todo, cada quien vio por donde irse, algunos se fueron por acá por el monte, nomás nos veíamos unos a otros y decían vamos a traer maicito, a atraer frijolito, llevábamos jarritos, que llevábamos para hacer las cosas (refiriéndose a los utensilios que se llevaron para preparar sus alimentos). Cuando ya había hambre, un hambre, pero "Dios Mío", ya nomás se entendía que vamos a comer; tejocote, ciruela verde, ahora guajitos, sus flores, y que nomás visión de quelite sin tortilla, espiga; Pos verán, fue suerte de que viviera yo: pos no me morí. Reflexiona y recuerda. De veras mi hermana se comía bien la espiga pero yo no, ni por más que quisiera, le digo déjeme usted morir. Mi padre nos contó que comían la espiga y el mexale era lo que le raspaban al maguey y eso se comía".

5.5 Pesares, recetas y enfermedades en la Revolución



Nanita Porfiria Figueroa

En otro momento de la investigación, en casa de la familia de mi amiga Sofía, su abuelita, Doña Porfiria Figueroa, comenta: "Después de que apareció la Revolución, se conocía esa enfermedad de fiebre tifo, sarampión, viruela. Antiguamente qué doctor para curarnos, ellos nos curaban para el sarampión. Dicen que para la viruela no tenía remedio. Era la brotación del sarampión. Nos echaban agua rosada, agua de sedativa. Nos untaban en todo el cuerpo y dentro de un rato se retiraban los granos. La fiebre no era tan difícil, les untaba no se qué cosa y luego les ponían confortativos aquí en la panza de pollo, de pichoncito (tocándose el abdomen), y se les quitaba el calor. Nada de pastillas, nada de cosas, nomás pura untura. Para el Tifo también les ponían, bueno no me crea, pero cortaban ramas de fresno y ónde estaba acostado el enfermo o enferma se les hace su casita de una rama de fresno.

Se tostaban las ramas, se hacían tostaditas, todo eso recogía el calor del enfermo y también les daban baños de pies y les ponían plantillas de manteca con café o manteca con carbonato y unas hojas que les decían lengua de vaca. Cuando había éstas o las hojas de higüerillo, entonces les echaban y les ponían la plantilla, y cuando ya no había esto, les ponían aceite rosado, rosa de castilla y canela y la tapaban y luego ya van a curar a la enferma, le ponen los panes, si aquí o acá, pies o panza. Y se aliviaron. De la fiebre puerperal o como se llama, de esa sí muchos murieron porque ya no quedaban bien, y dicen que de los que se aliviaron a los siete años ya no se alivian, les volvió la enfermedad".

5.6 Indumentaria de las mujeres de Tlanepantla

Sofía entusiasmada de las cosas que comenta su abuelita, le pregunta: ¿Y cómo se vestían antes, abuelita? Doña Porfiria contesta: "Nos vestíamos antes de "chincuete"[1], pero no como los de Tetelcingo, puro casimir, pero con casimir bueno, de acá media vara [2], no metro, entonces de aquí pa' bajo le ponía negro, refiriéndose a la falda, y le ponía por acá blanco, señalando la blusa. Entonces así lo agarraban las señoras, dobladito, bien dobladito, quedaba una tabla acá por detrás, y el otro lado también quedaba igual, y acá ya nomás amontonado (Doña Porfiria con sus manos doblaba una tela para indicar los pliegues de las faldas que usaban), tenían unos ceñidores bonitos de palomo, bonitos que usaban, no como los de ahora, entonces con eso se amarraban (fajas para sostener en la cintura las faldas), venía como cinturón; ¿verdad? Anchos, se amarraban con sus camisitas con sus mangas cortas, con sus batas, con sus figuras de lo que era antes (refiriéndose al bordado de las blusas en la parte superior), bordaban bonito con pajaritos, de conejitos; según lo que querían, eso es la bata, aquí todo y repulgada adentro y aquí encima de las camisas los "Quesquimeles" [3] que le dieron era de pico, así se doblaban y de cualquier color la tela y luego ya le cortaban su cuellito y llevaban cuatro picos y entonces se tapaban".

Doña Porfiria, Sofía y su hijo. Para hacer referencia a la foto que la familia presto. El cumpleaños de Doña Porfirio Figueroa. Sofía nos comenta, "Es tu santo y como Santo te festejaban", se lleva la Cuelga, que son los honores de la víspera del cumpleaños, se lleva el ramo de flores de la temporada, de las que se cultivan en casa (dalias, crisantemos, rosas, espuelas, botones, margaritas, siemprevivas, alcatraces y otras). Se hace la corona de granada cordelina (granada roja), son ramas flexibles o de espárrago, o también de laurel porque siempre están verdes, y se adornan con flores para coronarla. También se manda hacer un rosario, hecho de pan refinado, lo hacen en la panadería del pueblo, ellos ya saben, con figuritas de borrego, el rosario se cuelga como collar.

La familia se organiza para llevar la cuelga en la víspera del cumpleaños de la festejada. Previamente se adorna la puerta principal de la casa por fuera con tiras de papel crepé con ondulamientos por las orillas, como señal de festejo para notificar a la comunidad.

Entrega de la cuelga: A la festejada la sientan frente al altar de la familia y ahí le entregan la cuelga y los regalos, generalmente la festejada comparte su rosario de pan refinado con los familiares con una deliciosa taza de chocolate en agradecimiento al recordar el día de su nacimiento. Febrero, 2006.

5. 7 Hablantes de náhuatl

Sofía preocupada por recuperar las tradiciones de su pueblo, San José de los Laureles, Mpio. de Tlayacapan, ha estudiado por algún tiempo la lengua náhuatl y en más de una ocasión la acompañe a Tlayacapan, donde se había organizado un curso al respecto, por lo que le interesaba saber más sobre la historia y desarrollo de la lengua náhuatl entre los habitantes de la región. Su abuela le dice. "Todos antes hablaban mexicano aquí, por eso el pobrecito éste descanse en paz, nuestro fue como un padre de la Libertad", refiriéndose Doña Porfiria al General Zapata.

"Cuando llevaba sus soldados nunca los oían hablar castellano, todos mexicano, cuando de repente los correteaban los Carrancistas y les decía: "paréense indios piojosos". Porque sí había razón, con su ropita blanca, que estaba sucia, con tierra, ¿ellos dónde iban a agarrar agua para bañarse?"

"Ellos peleaban por la Libertad y Carranza no, porque los procuraba otro Estado, nomás que no quería perder este estado de Morelos, no quería que viniera todavía como ahora que es ciudad. Pero cuando vino la línea de esos animales digo yo: dio comienzo, esos fueron brutos vaya animales, no se compadecen de ninguno, mataban, pobre gente sin deber nada, porque dizque era zapatista, pero era porque era zapatista, quería barrer como si fuera una escoba, quería perder el Estado, animales, marranos, burros, caballos, bueyes, perros, vaya, mataba todo, agarraba todo, no dejaron ningún animal, ahora maíz, ¡uh!, sacaba todo, cuanta semilla encontraba a la calle la tiraban, no la comían. Porque ellos traiban su comestible. Desde ónde les mandaba venía por tren ropa, arma, parque: los protegían desde allá, de donde eran ellos. Y aquí que pobrecitos no tenían ropita, ahora sí que de veras desde que se la ponían hasta que se les mataba. Y todos hablábamos mexicano, y se empezó hablar español hasta después de la revolución, y los primeros en hablar fue su gente, la gente del General Zapata, después de que se iba cimentando ya que fue el triunfo ya se iba cimentando, ya entonces todos comenzaron a hablar castellano; como ahora el español".

"¿Se les hacía difícil, Doña Porfirio?, pregunté. Continúa: "Cómo no se me iba a ser difícil, si su aguelito de ésta, refiriéndose a Sofía, se levanto en las armas como de dieciséis años, (habla de su esposo), cuando lo vino alcanzar la Revolución y andaba también en armas con ellas y después él se enseñó en español: me regañaba porque yo no podía hablar, decía unas cosas al revés, no me enojaba, pero a veces lo pasaba yo a dejar; ¡le decía! No me molestes, hablaré como me de la gana. Lo decía pero no lo decía bien, yo misma no me comprendía.

Las preguntas durante la entrevista continuaron. ¿Pero ahora es más difícil para la gente aprender a hablar el mexicano Doña Porfiria? Si porque ya no escuchamos, a mi nieta Sofía le digo en mexicano las cosas para que se acostumbre para hablar.

"Los muchachos que veo de mi tierra los veo como pachuchos, bueno donde quiera, yo nomás en mi tierra. Te pasan como animales detrás de ti y ya pasan sin saludar ni nada. Se hacen muy grandes, muy orgullosos y antes no era así, antes dicen ellos que somos gente antigua, pues será. Porque antes se decía: ¡buenos días!, ¡buenas tardes! Por eso no se van acostumbrar ustedes. Porque en la mañana se decía en mexicano. Keni mi tlatuiltike. Y como a la una (medio día): Keni mi semiluitilti. Y en la noche: Keni timoyoultilke. Y cuando se acaba todo el día: Astais. Eran cuatro, por eso te digo que es por demás que se estén molestando, porque no se van acostumbrar. No la van a seguir y ahora además no se saludan y ya. Antes era más trabajoso y antes pasar delante de su tía con permiso: Michpancingo. Es que quiere decir con permiso, tu mamá, tu papá, tenías que irle a saludarle a su cama, todavía no se levantaba, tenías que irle a besarle la mano, tenías que avisarle, desde chiquitos nos enseñaban el padre nuestro y a rezar el "bendito" en mexicano, y ahora ya se me olvido hija, ya tiene muchos años, ya no me acuerdo. Como le dije a tu hermana, refiriéndose a su nieta Sofía: bien dice el dicho, ya de viejo, ya no pica; así yo no me acuerdo de algunas cosas, porque antes era diario, ahora ya ni a mis hijos les enseño eso".

VI. LOS CERROS DE TLANEPANTLA

Al hablar de los espacios naturales que conforman la comunidad de Tlanepantla, el monte es el lugar donde los habitantes de la localidad pasan gran parte de su vida, bosque de pino-encino, característico de un clima templado subhúmedo.

El equipo participante vierte su interés en la orografía, para delimitar a la comunidad y el abastecimiento de agua que el monte les proporciona, por lo que se decide en hacer una ilustración descriptiva de los cerros que cobijan la población de Tlanepantla, Mapa D.

Don Ricardo nos comparte la siguiente información: "Amakuitlapilko era de Tlayacapan, lo compraron porque ahí hay agua y poder así acarrear el agua. Los anteriores presidentes municipales compraron la fracción de tierra donde manaba el agua. La fracción estaba en el municipio de Tlayacapan, actualmente "ahoy" es pequeña propiedad de aquí del municipio".

"Al Lameal, lo nombraron por el agüita, ahí está un pocito donde se deposita el agua que sale del cerro", Gustavo confirma la versión y anexa: "Esa agua es para uso doméstico, la usábamos, la traíamos y hoy actualmente algunas personas la usan, pero en bestia la traen, claro en su mayoría nada más para el ganado, porque nosotros para uso doméstico, la poquita que llega es de la potable".

Don Ricardo continúa."El Ometusko no pertenece a Tlanepantla, el agua sí, pero está entre los dos de Santo Domingo, entonces estaba "orita" ya no hay, estuvo porque hay agua, pero más primero sí estaba; este es el límite con Tepoztlán, o sea que el terrero pertenece al pueblo de Amatlán y a Santo Domingo Okotitlan, pero son pertenecientes al municipio de Tepoztlán. Entonces el agua del cerro del Ometusko es perteneciente aquí, del valle también corre línea de Otlayuka, ahí "ansina".

Él señor va indicando las ilustraciones del mapa que el equipo está realizando y para comprender los limites del municipio de Tlanepantla. "Pos' si es por el nombre de los cerros, el Ometusko pertenece al municipio de Tepoztlán, Otlayuka a Tsankilo, de Tsankilo a Okutenkale a la Quinta, Chalchuka es más adentro, pero como va la línea divisoria es la Quinta y a los puntos y linderos siguen pero ya para 'allá no hay cerros; entonces más al norte sería el de la Quinta, ¿por qué no ubicas aquí al pueblo? y luego lo que es el municipio, lo que rodea, los lugares del municipio y ahí van ubicando los cerros, ahí si porque la quinta no es cerro, es pedregal, no".

La participación de Don Pedro es para confirmar lo dicho. "Sí es cerro la Quinta. EL famoso patio es un llano, es un zacatal, ese es el límite".

Alguien más interviene. "Otlayuka es el cerro que seguiría, sigue el cerro Tsonquilo, luego Okutekale, el último es la Quinta".

Sí es necesario poner el otro cerro, Ololika, aparte del plan, del que se usa para el ganado, ese sí es cerro también, Son los cerros más cercanos, puros cerros.

Mapa D. Ubicación y descripción de los cerros que rodean al pueblo de Tlanepantla, Morelos.
 

Cuadro 3. Los cerros de Tlanepantla y su traducción al español por el Prof. Tirso Clemente, hablante de náhuatl de la comunidad de Tetelcingo, Mor.
 

NOMBRE DEL CERRO

TRADUCCIÓN AL ESPAÑOL

Amakuitlapilco

Lugar donde los amates dan forma de una cola

Omieyale (Lameal)

Lugar donde nace el agua

Kuatsin

El señor árbol

Ometuchku

Lugar de dos conejos

Otlayuca

Donde hay barrancas

Oulolka (Oleica)

Amontonados

Tsankilo

 

Okotenkatl

Región de ocotes

Ye kak

Su guarache

Tlolkustepietl (Tlascotepec)

Cerro de la tierra amarilla


6.1 Las cruces

Dentro del tema de los linderos nos adentramos en algunas tradiciones que se realizan el día de la Santa Cruz, para ser exactos la celebración del tres de mayo, por lo que preguntamos: "¿Y de estos cerros a cuál le ponen cruz, señalando el mapa?"

Don Rosendo se anticipa y comenta: "Solamente el Lameal (Omieyale) tiene cruz. Si pero no sé si fue un gusto, un motivo. Supuestamente se comenta que fue un gusto de que todos los que tienen terreno por ahí cerca del cerro, pararon la cruz, pero nada más y la visitan el tres de mayo".

"También en la subida de la carretera hay cruces, refiriéndose a la carretera federal que da acceso al poblado de Tlanepantla, esa es otra creencia, la del puente de ahí de la carretera, rumbo a Tlayacapan, hay una cruz, pues esa cruz hay creencias que ahí hay demonio y entonces para ahuyentarlo pusieron esa cruz. Ahora hay otra cruz que está más arriba a la orilla de la carretera, en la curva, con el motivo de que ahí había volcaduras de carros y pues todos pensamos que ahí está el demonio y para evitar eso, pusieron una cruz, y esta cruz la inventó mi esposa la difunta, colectó dinero en el pueblo para comprar la cruz e instalarla ahí. Y ese fue el motivo porque a veces se enciman los coches. Sí, había muchos accidentes y al sistema del agua potable como está cerca de ahí le pusieron como "la curva del diablo". Y como ahí tiene cerca sus terrenos el "Chirules" también la conocen como a curva de los "chirules".

La conversación y los comentarios de Don Rosendo se refieren ahora al calvario: "Hay uno, no en las cruces del monte en Tesontlatalca, no esa cruz, parece que la pusieron los de San Lorenzo, esa cruz se la pusieron a los de Tesontlatlaca. Parece que la pusieron porque ahí mataron a unos en la Revolución, ahí los fusilaron y todos los que fusilaron fueron de San Lorenzo y cada año vienen el tres de mayo, vienen a festejar. "No ves que siempre hay un difunto o un motivo o un milagro que sea para la cruz, y eso hay que saberlo".

"Ahora la mayor, otra cruz que es como monumento, que en las trancas mató a su compadre Don Everardo, esa cruz no estaba anteriormente, pero en la Revolución allí campaba y ahí vivía el General Everardo, ahí tenía su madriguera, casi ahí vivía. Entonces un día pos' no sé qué le hizo su compadre. Era su compadre de pila y ahí lo fusiló y lo puso en ese lugar como lindero porque esa frase ven vienen de Tlascoltepec por las Trancas que lo nombraron, no tenía ese nombre. Entonces de ahí de las trancas que le dicen ellos y daba de Tulapa para abajo Cuapacho hasta ahí toda una fracción se quería agarrar este Everardo por garbo".

"¿Everardo de dónde era?, preguntamos: "De Juchi que puso como lindero a su compadre, y dicen que ahí colindaba Juchitepec (población que pertenece al Estado de México) con Tlanepantla, pero Tlanepantla nunca colindaba con Juchitepec, Tlanepantla colindaba con Mayorazgo, por eso perdieron el juicio".

6.2 Hacienda Mayorazgo, Tlascoltepec

Con la información que Don Rosendo va vertiendo en la plática, entramos en algunos detalles que se refieren a la Hacienda Mayorazgo. "¿Cómo lo conocen los demás pueblos?"

"Milpa Alta lo reconoce por las cruces y Tlanepatla por Tlascoltepec y ahora que vendió la viuda de Mayorazgo, ese Mayorazgo lo conocía con el nombre de las trancas".

"Mayorazgo es una hacienda. Entonces el hacendado de esa hacienda no se, no supe su nombre pero el apellido es Mayorazgo. Pero el lugar son terrenos también del Mayorazgo. Era perteneciente al hacendado, ahora ya no porque la viuda lo vendió a los de Juchitepec, vendió a la Secretaría de Educación Pública, lo que ahora es el CICYTEC, nosotros ahora colindamos con el CICYTEC".

6.3 La casa de Porfirio Díaz

Gustavo: "Yo tengo entendido que ahí pasando la Quinta había vías, que eran para trasportar madera. Bueno a esto que también por ahí cerca de las vías del tren, había un templo o no se, sería o si era un templo o algún barrio que anteriormente estaba. Y una personas decía que ahí tenía su casa Porfirio Díaz, desde donde fuera la Quinta".

Don Pedro Espíndola: "¡Ah! Eso de las vías que dices eso existía y hasta la fecha está visible, por cierto que muchos bajaron rieles para sus casas".

Conrado Pacheco: "¿Y los paredones que existían en Tenecuilco fueron de la casa de Porfirio Díaz?" Don Rosendo interviene: 'Onde vivía Francisco Reyes, pos' ese lugar ahí campaban todos los trabajadores ahí. Pero los paredones ya estaban, no se quien los puso, yo no sé, pero ya son muy antiguos, como los de Otlayuca.

6. 4 Deforestación

La conversación torna la atención a las vías del tren y Don Rosendo comenta: "Lo de las vías fueron en la época cuando estaban trabajando la empresa americana, los que abrieron los de las vías y todo es Otlayuka. También están los paredones. Sí porque esas vías pasaban enfrente de Chalchuca, ahí pasaba esa vía".

El equipo presta atención en la empresa americana y Conrado Pacheco interviene: "¿A qué se dedicaba la empresa?", Don Pedro Espíndola contesta: "Era una empresa que estaba talando el monte, pidió madera al pueblo, ¡ah! Pero fue en la época de Porfirio Díaz".

"¿Oigan, y todos esos planes que existían ya pelones, sin árboles, fue por causa de la talacación de esa empresa? ¿Y todo estaba copado de árboles?, pregunta el profesor Conrado.

Don Rosendo continúa: "Sí, todo estaba copado de árboles, pero la empresa americana la taló. Vino la lumbre y toda la chamila se quemó. Por eso toda la semilla ya no se pudo reponer el monte. Y son grandes extensiones".

Me incorporé en la conversación: "¡Es necesario reforestar!" "Ni así lo reponemos, dice Don Rosendo, porque los árboles estaban como un carrizal, no se veía uno. Estaban altísimos; es que el error que hay acá por ejemplo, que esos campos que ya no tienen monte, ¿y son grandes extensiones verdad? Les pregunta a todos para confirmar lo que el ha visto, La Secretaría de Agricultura, les autoriza a los pastores ahora quemar según técnicamente y por eso ya no se vienen forestando esos pedazos. Para que la planta chica se diera. Y nosotros los campesinos que en pocos años los dejamos, que les trabajemos unos tres meses, cuatros años que se deje harto arbolito que nace, no lo sembramos, en'tos quiere decir que no hay necesidad de reforestar. Solito, sino que la máxima necesidad es no quemar, no meter cerillo, no meter fuego. Esto es lo debíamos obligar entre todos, pero la misma Secretaría autoriza esas quemas, que luego se pasan a los montecillos".

Don Rosendo prosigue: "Bueno pues ni así. Fíjese que para eso es necesario estar bajo vigilancia estricta el monte. Así esta abandonado, vienen cazadores de diferentes partes, por lo general del Estado de México, y todos vienen a meter fuego, para sacar el conejo, por quemar el zacate para ver el conejo. Entonces no están diario, ahí y nosotros de campesinos. Ahora allá de Milpa Alta hartos pueblos que tienen ganado, traen a su ganado y es posible que vengan a quemar para traer a su ganado. Y de qué sirve que en el día vigilen si en la noche meten fuego y se siguen para el monte".

"Pasa igual aquí en una región con las plantas medicinales, comenta Conrado, con el árnica, poleo que también están tendiendo a desaparecer porque se llevan toda la semilla y no regresa y es muy sencillo dejar una sección con flores y semilla y la otra aprovecharla, y se vuelve a generar y no necesitamos preocuparnos porque ella misma genera todo. Lo mismo los ocotes, así se reproducen solitos, es bonito verlos copaditos, de nuestro lindero para acá donde ya pertenecen a los Gómez hay un lugarcito que, que bonito ocotura. Quiero decir que esa zona no se ha quemado. Como a un árbol de ocote nomás le quitan el corazón tantito y lo tiran, y ahí se pudre".

6. 5 Historia de los volcanes

Regresamos a nuestra conversación con el tema de los cerros y Don Rosendo nos comparte la historia del volcán Popocatépetl y del Iztalccíhualtl.

"Él era español (refiriéndose al volcán como personaje), entonces el cerro de Toluca tenía tres hijas. Y de las tres hijas se fue a traer la mayor primero, y se la llevaba, pero la cargaba y las descansaba. La primera fue el cerro Okotekatl, es la primer muchacha que fue a traer. Y luego la segunda muchacha que fue a traer y nosotros la conocemos como el cerro de Oulolka, esa es la segunda muchacha que fue a traer, pues se la trajo pero pues la volvió a descansar y ahí la dejó. Ya no la pudo sacar y ahí quedó entonces. Como nada más eran tres, se fue a traer la última muchacha y como ya había descansado, porque de que las descansaba ya no las movía de ahí, ya no las sacaba. Ya no la descansa pero ahí, ya la descansa y quedó el Iztalksihuatl y después la dejó hasta ahí. En'tos como ya no había, por ahí se quedo con ella y ahí hasta la fecha y por eso de vergüenza no da la cara por su tierra sino que da la cara para 'ca" (refiriéndose a la posición de la abertura del volcán).

"Tiene vergüenza Pos' porque no llegó con la novia. Sí pero se quedó con la última. Sí, pero no llegó a su tierra, no se la llevó para España. ¡Ah!, el Popo es español y se vino a casar aquí en México con las hijas del volcán de Toluca. Bueno, y hasta la fecha cargan nieve estos cerros. Todavía los cerros que dejó por acá, todos en época de helada, todos cargan nieve. Cuando se carga el hielo se ve nevar el volcán, son de la misma familia (refiriéndose a los volcanes)".

VII. TIPO DE PROPIEDAD

Don Pedro Espíndola nos comenta que la propiedad de la tierra es de tipo comunal, por lo que no se puede registrar ningún documento. Dice que un muchacho quiso hacerlo y le dijeron: sólo que lo lleves a la Reforma Agraria, le contestaron al muchacho. Y él contesta: "Bueno ¿por qué? No voy a registrar mi casa, si yo vivo a una cuadra del zócalo principal". Pues si, si no sabes muchacho -dice- , la plaza de tu pueblo es comunal, ahí no existe propiedad en Tlanepantla, en tu pueblo puro comunal. Pues es lo que decía este muchacho.

Gustavo confirma: "Ningún predio está legalizado con documento así de notaría". Don Pedro comparte y comenta su experiencia al respecto: Yo y otro hermano mío de México intentamos lo mismo. En una ocasión fuimos a Cuernavaca para querer registrar un documento del predio donde vivíamos, y fuimos a la Notaría Pública a Cuernavaca a registrar el documento. Lo llevamos, lo mostramos allá y dicen: Éste no es documento, nos dicen en el registro público de la propiedad, éstos son unos comprobantes, Tlanepantla no tiene" Y aunque digan, este es mi terreno, este es mi predio, no importa, todo es comunal. Bueno, y como en la Receptoría les cobran anualmente nos están cobrando, y como sea nos cobran, y si pues como quiera que sea tienen esos comprobantes. Va a llegar el momento en que se regularicen las cosas y tal vez ya entonces les extienden los documentos ya en el Registro de la propiedad".

7.1 Nombre de los solares

El pueblo tiene todos los lotes con nombre en mexicano, Tetemanco, etcétera. Los datos los tiene el receptor de rentas y la Presidencia municipal, comenta Don Pedro.

VIII. LOS CAMPOS DE TLANEPANTLA

Don Pedro prosigue: "Ya los cambiaron, ya no siembran maíz, y casi nopal siembran en las planicies. Son comunales, no hay propiedad porque no hay documento".

"En el monte se siembra lo que es forraje, maíz, cebada, avena, haba, se cultiva mucho. Los terrenos de por aquí abajo se siembra principalmente jitomate, y el maíz también. Ahora si el maíz es general, pero ciertos tipos de maíz. El maíz del monte es delgadito, el Maíz de por acá de los Planes es ancho, y últimamente se sembró otro tipo de maíz que es híbrido y son las áreas donde se siembra este tipo de semilla", (Mapa E).

8.1 Comuneros

Don Pedro continúa: "Aproximadamente en 1984 éramos como 6000 comuneros, y de los cuales todos siembran. Actualmente nos dedicamos al cultivo del nopal, y antes producíamos durazno, aguacate, granada china y naranja agria".



MAPA E. Distribución de los cultivos agrícolas que se producen en el pueblo de Tlanepantla, Morelos (1990).


IX. ACTIVIDADES

9.1 Ocupación
Acá, pues, la mayoría somos campesinos, jornaleros, nos decimos sembradores en pequeño, nos comenta Don Pedro Espíndola.

9.2 Alimentación

Las reuniones y jornadas de trabajo para realizar nuestra investigación fueron muchas de las veces largas y agotadoras y en una ocasión reunidos en casa de Gustavo Guzmán, su mamá Doña Leonides Mérida compartió con nosotros la deliciosa comida familiar y alrededor del tlecuil nos comenta: "Todas las mujeres echan tortillas aquí en Tlanepatla. Antes no había nada, ahora siquiera ya hay algo, pos antes no pasaba de frijoles, toritilla y chile. Ahora ya hay, antes no había nada, ahoy están los duraznos, aguacates, capulines, zapote blanco, zarzamora y zarzaparrilla".

9.3 Costumbres

Las costumbres que le tocó vivir a Don Ricardo Balderas las refiere: "Es que habíamos ido a la feria de Tepalcino. "Pus' " ahí había todo, como la feria de acá. Acá de este pueblo, había costales porque las mujeres todas sabían tejer, entonces mi mamá sabía tejer, y llevaba sus costalitos hasta allá porque allá les pagaban bien. "Pus entonces" estaba re'barato ¡50 centavos! Allá los usaban para el ajonjolí, porque salían bien tejiditos y eran correosos y si se tiraban al suelo, no se rompían".

"¡Ah! Si, todos iban por ir a vender y así tenían devoción para llevar limosna ahí a la parroquia, es como acá. Íbamos como comerciantes. Así, pero también llevaban promesa, llevaban manteles cualquier cosita para los santos".

9.4 Lengua Náhuatl

Conrado: "¿Qué ha pasado con el náhuatl en Tlanepantla?". Don Rosendo contesta: "Ya ni el español lo hablamos bien". "O sea, el náhuatl o mexicano se ha ido perdiendo conforme la gente mayor ha ido desapareciendo, o sea que los jóvenes, los modernos ya no se interesan, ya no le dan importancia, de cómo se dice mesa, de cómo se dice árbol, casi, casi se ha ido desapareciendo. Cuando íbamos a la escuela nos obligaban a estudiar el lenguaje del español, no el de nosotros. Eso es, no es justo, y ahí está ya no era por voluntad, era forzoso, termina reflexionando el Profesor Conrado".

Notas y referencias

[1] Chincuete: especie de nahuas de manta que se ciñen a la cintura mediante una faja, forma parte de la indumentaria indígena. Nota de Tlahui.
[2] Vara: unidad de medida, equivalente a 83 cm, trozo de tela u otra cosa que tiene la longitud de una vara. Diccionario enciclopédico Océano uno, 1993.
[3] Quesquimiles: prenda complementaria de los trajes tradicionales, sobrepuesta en la blusa; se usaba principalmente en lugares de clima frío.


Curso de Etnomedicina y Herbolaria Mexicana
Mexican Ethnomedicine and Herbalist Course
Cours d'ethnomédecine et phytothérapie mexicaine
Diplomado en Medicina Tradicional de México y sus Plantas Medicinales
Diplomado en Temazcalli de México
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