La policía de Corrientes continúa actuando en forma ilegal

Tlahui-Politic 10 II/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Argentina, a 22 de Julio, 2000. Arg - La policía provincial en Corrientes continúa actuando en forma ilegal y con graves violaciones a los derechos individuales. Equipo Nizkor. Derechos Human Rights. Serpaj Europa. Información.

INFORME SOBRE LA EJECUCIÓN EXTRAJUDICIAL DE MARCELO JORGE GONZÁLEZ.

El 30 de Junio del 2000, en horas del mediodía, fue muerto por un disparo de arma reglamentaria el joven MARCELO JORGE GONZÁLEZ, de 27 años, en sede de Investigaciones Técnico-Periciales, Ex-División de Delitos y Leyes Especiales (Ex- Brigada de Investigaciones). González, oriundo de la provincia de Buenos Aires, era un preso que cumplía condena en la Penitenciaría derivado por la Cámara Criminal de Goya por un ilícito cometido en esa ciudad.- Cómo ya estaba próximo a cumplir su condena disfrutaba de un régimen de libertad transitoria de 12 hs diarias para salir a trabajar. Fue detenido el día anterior en el Hipermercado TIA, por "actitud sospechosa" y supuesta adulteración de documentos. En la madrugada del 30/6 fue llevado a esta Dirección de Investigaciones Técnico-Periciales.

No se conocen exactamente las circunstancias de su muerte, según la información oficial policial había en el salón de reconocimiento un arma, supuestamente descargada, con la cual un cabo 1ro, disparó "accidentalmente" un tiro, con el que perdió la vida Marcelo González., según la versión oficial dada por el Jefe de Policía Comisario General Julio Ángel Fernández.

Inmediatamente inició actuaciones el Juzgado de Instrucción N. 6 de la Dra. María Noel Costa, y han sido aprendidos y puestos a disposición de la jueza hasta el momento 5 policías. En la seccional primera está detenido e incomunicado el comisario inspector Santiago Ramón Ramírez, el Jefe de Delitos y Leyes Especiales. Hay tres oficiales más detenidos, los oficiales ayudantes Fernández, Correa y Sneider, y un cabo primero, de apellido Aguirre.

Además, el jefe de policía Fernández dispuso el pase a disponibilidad del titular y subjefe de la Dirección de Investigaciones Técnico Periciales, comisario mayor Miguel Zaracho y comisario inspector Tránsito Ramírez. Recordemos que a raíz de las muertes de Juan Carlos "Chicharra" Sánchez, (Enero del 2000) y de Germán Morales (Febrero del 2000), el Jefe de Policía Julio Ángel Fernández y el Ministro de Gobierno y Justicia Raúl Ripa disolvieron el 9 de febrero pasado, la tristemente célebre División de Delitos y Leyes Especiales trasladando su función a la jurisdicción de Investigaciones técnico-periciales bajo la dependencia directa del jefe de policía. Ya en la audiencia que sostuviéramos ( Comisión de DDHH y familiares de víctimas de la represión policial) con los funcionarios de turno, puestos por la Intervención Federal de Ramón Mestre, le pedimos precisiones sobre su publicitada "reestructuración " policial, "con mayores elementos técnicos-periciales" y mayor control político-institucional(¿¿??),

demandado que estos cambios no fueran una mera maniobra de traslados distractiva y cosmética, en el marco del manipuleo político con el que históricamente se ha manejado a la institución, como forma de respuesta a la fuerte demanda social contra esta policía brava; que se lleven adelante las investigaciones, se esclarezcan todos los casos donde la policía está involucrada y/o sospechada, se determinen responsabilidades y se castigue severamente a los culpables.

Hoy comprobamos que mas allá de los sucesivos cambios de nombre y de domicilio, sigue en pie la misma maquinaria asesina de la vieja Brigada de Investigaciones.

Corrientes, 15 jul 00

ANTE LA REESTRUCTURACIÓN ORGÁNICA DE LA POLICÍA PROVINCIAL (I)

El Gobierno de la Intervención Federal mediante el Decreto-Ley No. 33 ha resuelto "la reestructuración orgánica de la Policía Provincial" a la vez que la remoción - pase a retiro- de un importante número de efectivos de la fuerza de seguridad provincial.

Para que se tome esta medida, previamente tuvo que suceder otro hecho trágico, el crimen de una persona por parte de personal policial dentro de las dependencias de la misma, lo que por su reiteración causa pánico en la población, alejando cada vez mas la necesaria confianza que debe generarse entre la sociedad y su policía.

De hecho que la gravísima crisis institucional, de formación profesional y humana, de oficio policial, que sufre la Policía de Corrientes, no es en absoluto responsabilidad de este gobierno actual, ya que la misma viene de muy lejos en el tiempo y sin solución de continuidad.

La misma es fruto de la degradación a que fue sometida sistemáticamente por el poder político de turno que la hizo su apéndice, quitándole toda posibilidad de llegar a tener una verdadera jerarquía institucional, ni siquiera a tomar plena conciencia de ello.

Hasta la mitad del siglo XX sus dueños fueron los caudillos de cada lugar, que de acuerdo al color del pañuelo del cuello que lucían demostraban su pertenencia política. Luego los sucesivos gobiernos de facto le fueron dando otra connotación, siempre dentro de la misma tónica de la subversión institucional, hasta llegar a hacerla eficaz brazo armado de la "doctrina de seguridad nacional", impuesta por los gobiernos militares como cobertura al genocidio de la década del setenta, y de la que la Provincia de Corrientes también tiene amarga experiencia.

A partir de 1984 los gobiernos electos por el voto, no cambiaron el fondo del sometimiento partidario de la institución policial. Sí las formas, que se hicieron más sutiles pero no por ello menos degradantes institucionalmente hablando. La muerte violenta, crímenes o suicidios nunca esclarecidos, de efectivos de la propia policía, dejaron la clara sensación de luchas internas por el favor de personajes políticos del gobierno, antes que por otras cuestiones de la propia fuerza.

Dentro de este esquema se creó hace varias décadas un tenebroso organismo policial, La Brigada de Investigaciones, que fue "perfeccionando" su accionar hasta constituirse en una funesta escuela de torturas, vejaciones, intimidaciones, desapariciones, crímenes, impunidades, dejando como aciago saldo un incontable número de víctimas. Esta situación solo parece posible si una vez acreditada la comisión del delito, no sobreviene indefectiblemente el condigno castigo a los funcionarios responsables, cerrándose así, con un engranaje judicial a veces perverso, el círculo de la IMPUNIDAD: Espíritu de cuerpo de quienes preconstituyen los elementos probatorios en la etapa instructoria, vale decir encubrimientos, complicidades mas o menos manifiesta de los auxiliares de la justicia, ineficiencias oportunas de peritos y jueces, lo que permite la manipulación desembozada de pruebas, morosidad de la justicia, desprocesamientos, etc.

Este organismo fue "disuelto" en las formas, varias veces. En el fondo y en la realidad siempre fue un mero cambio de nombre, de denominación, ya que su estructura funcional, los funcionarios policiales que allí se formaban y actuaban consustanciados con el crimen organizado, siguió intacta, mas allá incluso de sucesivos cambios de "lugar de trabajo".

Así de "Brigada de Investigaciones" pasó a llamarse "División de Delitos y Leyes Especiales" precisamente en el momento en que el poder político de turno sufría fuertes enfrentamientos internos y el organismo del terror policial - Brigada o División- era tironeado mas por el seguimiento personal al hombre fuerte, también de turno, que a la propia estructura partidaria.

También el Gobierno de la Intervención Federal recurrió al trámite de disolución del organismo, cambiándole tanto el nombre como la sede de su funcionamiento. Hoy se produce esta nueva reestructuración, con modificaciones sustanciales planteadas en términos de funcionalidad y de profesionalismo, que han desplazado de la fuerza a más de 70 efectivos. Pero no se han producido aún las debidas aclaraciones respecto a las razones de cada remoción, lo que permitiría determinar si estos alejamientos permitirán conducir al procesamiento de quienes cometieron hechos delictivos, si se van a reubicar a quienes han quedado fuera de este nuevo esquema organizativo por razones meramente administrativas o si se van a producir las pertinentes reparaciones ante eventuales remociones equívocas. Solo estas actitudes de transparencia en las acciones de gobierno garantizaran la confianza que necesitamos para demostrar que las últimas medidas no tienen un fin economicista enmarcado en la política del perpetuo ajuste y que se va a desterrar definitivamente la impunidad en nuestra sufrida provincia.

COMISIÓN PROVINCIAL DE DERECHOS HUMANOS

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