Paramilitares y brigada XVII actúan conjuntamente en una Comunidad de Paz

Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Colombia, a 12 de Julio, 2000. Col - Los paramilitares y la brigada XVII actúan conjuntamente en una Comunidad de Paz. Equipo Nizkor, miembro del Serpaj Europa, Derechos Human Rights (USA) y del GILC (Global Internet Liberty Campaign). Solidaridad Urgente.

DENUNCIAN LA ACTUACIÓN DE LA ORGANIZACIÓN CRIMINAL AUC CON EL APOYO LOGÍSTICO DE LA BRIGADA XVII DEL EJÉRCITO DE COLOMBIA EN UNA COMUNIDAD DE PAZ.

Reciban un respetuoso saludo.

Mientras nos encontrábamos en nuestra Comisión redactando una nueva constancia histórica y censura moral por hechos recientes que involucran nuevamente actos de intimidación y de terror contra la Comunidad de Paz de San José de Apartadó por parte de los grupos paramilitares e integrantes de la Brigada XVII, se producía hoy un nuevo daño irreparable contra la vida y la integridad física, personal y la libertad de sus integrantes que decidieron desde hace 40 meses mantenerse neutrales ante los actores armados. Nuevamente dejamos nuestra Constancia Histórica y nuestra Censura Moral.

Hoy sábado 8 de julio en los alrededores de la vereda de "La Unión", Comunidad de Paz de San José de Apartadó, varios integrantes del ejército estuvieron en sus alrededores. A las 3: 00 p.m., aproximadamente 20 encapuchados ingresaron por el mismo lugar en que se encontraban los integrantes de las Fuerzas Militares mientras un helicóptero de la Brigada XVII sobrevolaba por el caserío.

Los encapuchados entraron a la casa misionera destruyendo el teléfono de la comunidad. Luego ingresaron casa por casa y llevaron a sus habitantes al centro de la vereda. Allí les preguntaron por los líderes, la comunidad les respondió que todos eran líderes. Ustedes tienen tienda, preguntaron los encapuchados. La comunidad les respondió, no. Insistieron entonces en preguntar por los líderes. La comunidad afirmó que todos eran líderes, que su experiencia en Comunidad de Paz era la de ser neutrales y mantenían sus principios para defender la vida. Ante esto, los encapuchados expresaron que esa era "una comunidad de guerrilleros y no una Comunidad de Paz".

Una de las religiosas de la iglesia católica les expresó a los encapuchados que ella era la acompañante y cuando daba testimonio de la neutralidad de la comunidad, algunos de ellos la tomaron por la fuerza y la arrojaron a un lado. Los victimarios entonces ordenaron a las mujeres y niños hacerse aun lado porque "si no vamos a matarlos". Los encapuchados procedieron entonces a fusilar el grupo de hombres con sus fusiles AK. Posteriormente amenazaron a toda la comunidad expresando: "tienen 20 días para desalojar toda la zona, porque esto lo vamos a acabar". Antes de salir de la vereda prendieron con fuego la casa comunitaria donde estaba el teléfono.

Inicialmente podemos afirmar que seis campesinos de la vereda "La Unión", integrantes de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, entre ellos varios de los coordinadores, fueron asesinados. Los campesinos sonRIGOBERTO GUZMÁN, ELODINO RIVERA, DIOFANOR CORREA, HUMBERTO SEPULVEDA, PEDRO ZAPATA, JAIME GUZMÁN. De otros campesinos se desconoce su paradero.

Mientras esto ocurría en "La Unión", en el camino que conduce de Apartadó a San José, algunos campesinos, fueron retenidos por el ejército. A dos de ellos los amenazaron y les dijeron: "vamos juntos y vamos a terminar con todo". Otro campesino WILLIAM ORTIZ fue detenido por el ejército mientras se dirigía en el camino que de Apartadó conduce a San José. En el operativo participó un hombre de civil de los grupos paramilitares. Horas más tarde el campesino fue puesto en libertad.

Las unidades militares que se encuentran en los alrededores del casco urbano San José de Apartadó manifestaron en varias ocasiones en la tarde de hoy que en el corregimiento se encuentra la guerrilla.

Dos días antes de la masacre, a las 11: 00 a.m. en una cacaotera de la Comunidad de Paz de San José de Apartadó unidades militares dejaron dos granadas de fragmentación. Los campesinos que observaron esta actuación les solicitaron explicación por el hecho, a lo que estos respondieron manifestando que: "la Comunidad de Paz es una comunidad de guerrilleros. Vamos a ingresar con los paramilitares".

Ante este nuevo hecho de dolor vivido por la Comunidad de Paz de San José, las 63 familias de la vereda "La Unión" iniciarán un éxodo forzoso hacia el casco urbano del corregimiento. A esta hora existe preocupación por los habitantes de las veredas "La Esperanza" y "Arenas Altas" que son parte de la Comunidad de Paz.

Dejamos ante la conciencia de la humanidad nuestra Constancia de lo sucedido y expresamos nuestra profunda censura moral ante la evidente consolidación de las estructuras paraestatales que han martirizado esta experiencia de vida en medio de la guerra.

Nuestros llamados desde febrero de 1.997, nuestras denuncias cuando las realizábamos, no fueron suficientes para que los organismos de control y las entidades de justicia actuaran con eficacia para hacer justicia, sancionar y castigar. La impunidad frente a los responsables del desplazamiento hace 40 meses, frente a los más de 70 torturados, asesinados y desaparecidos se convirtieron en causa profunda para que esta nueva masacre se produjera.

La aquiescencia, la complicidad, las omisiones en la actuación de la Brigada XVII nos permiten seguir expresando con profunda convicción que lo que existe son estructuras paraestatales, y que nadie, absolutamente nadie hizo lo que correspondía para prevenir estos nuevos atentados.

Como en la masacre del 19 de febrero pasado, los organismos de control y de justicia iniciarán "exhaustivas investigaciones" e indicarán que no hubo avances suficientes porque la comunidad no colaboró, porque los testigos de los hechos no declararon, porque nuestra Comisión no aportó las pruebas. Tal vez se olvida que en 12 años de nuestra existencia, muchos de los testigos de violaciones de derechos humanos fueron asesinados o se encuentran en el exilio; tal vez se olvida que la justicia se encubre en el manto de la justicia penal militar para evitar sus responsabilidades; tal vez se olvida que ni siquiera las Comisiones de Esclarecimiento creadas a instancias de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, no han logrado romper los grandes obstáculos para que exista justicia en nuestro país.

Dejamos constancia que en sus despachos reposan numerosas Constancias y Censuras Morales antes de la masacre que vivió la Comunidad de Paz el 19 de febrero de este año. En estos escritos, como los que hemos redactado con posterioridad a la masacre del 19 de febrero les expresamos a ustedes, que todos los testimonios y experiencias vividas por pobladores del corregimiento entre febrero y junio, indicaban que se realizarían nuevos atentados contra la comunidad por parte de los paramilitares de las "Autodefensas Campesinas" en complicidad y apoyo de la Brigada XVII; que se iniciaron acciones psicológicas y amenazas contra la Comunidad de Paz anunciando la terminación de la experiencia cuando cumplieron sus tres años; que se estaban reclutando civiles en las filas paramilitares para acabar con la experiencia de la Comunidad de Paz y que para ella contaban con el apoyo logístico y médico de la Brigada XVII; que esta experiencia de neutralidad seguía siendo señalada por militares y paramilitares como experiencia de la insurgencia armada.

Dejamos constancia que las investigaciones adelantadas por los organismos de control y de justicia han argumentado sus nefastos resultados por falta de colaboración de la Comunidad de Paz y de nuestra Comisión, desconociendo que los testimonios en su momento brindados sobre otros hechos, no llevaron a ninguna sanción o castigo, dejando de lado que pueden acudir a otros procedimientos y técnicas, no basadas en el testimonio humano que se usa según convenga como elemento probatorio, olvidando que los responsables de este y otros hechos son visitados por periodistas nacionales e internacionales y personalidades de la vida nacional, quiénes seguramente pueden indicar, si es que falta ubicación, en que lugares se encuentran los responsables de estos hechos; que la Comunidad de Paz desde el 23 de marzo ha solicitado con carácter perentorio una cita con el alto gobierno, con el Vice Presidente de la República para dejar en su conocimiento las propuestas de protección de la Comunidad, enmarcadas en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, y la Política de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, cita que no ha sido concedida; que las medidas cautelares solicitadas al gobierno colombiano por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos no han sido atendidas.

A todas y todos los colombianos, a los pueblos del mundo, a la comunidad internacional solo nos resta decir, que lo que está aquí dicho es lo que hemos visto, es lo que hemos vivido y de esto hemos sido testigos religiosos y religiosas de la iglesia colombiana y de la iglesia del mundo.

Esperamos que la verdad aquí escrita permita alguna vez allanar caminos para la justicia. Ante la evidencia de los hechos, la verdad de las víctimas y de quiénes hemos sido testigos de estas nuevas actuaciones, solo nos resta advertir que la mentira querrá ahora mostrarse como la verdad, que los victimarios y los responsables no fueron ellos, que fueron sus opositores armados; que lo aquí escrito son calumnias y mentiras contra las instituciones legítimamente constituidas.

Por todo lo hoy acontecido y todo lo que le antecedió, ante ustedes expresamos nuestra profunda Censura Moral.

Con profundo dolor ante el nuevo signo de la erosión de nuestro Estado de Derecho,

COMISIÓN INTERCONGREGACIONAL DE JUSTICIA Y PAZ
Santa Fe de Bogotá, 8 de julio de 2000

FUNDAMENTACIÓN DEL EQUIPO NIZKOR
Los paramilitares están efectuando un exterminio planificado de población civil.

1) Según el Estatuto del Tribunal Internacional de Nuremberg y las sentencias posteriores reafirmadas por el Tribunal ad doc de la Ex Yugoslavia en julio de 1999 en el caso TADIC, la responsabilidad de los comandantes militares y dirigentes civiles que controlan la zona donde actuaron los paramilitares son responsables de no impedir la actuación de los paramilitares con las mismas responsabilidades penales individuales que si hubieran dirigido las operaciones en la zona de su comando.

Los comandantes de la zonas militares que son responsables en la cadena de mando de la que dependen los batallones y los jefes de los batallones son responsables de no impedir la actuación de las organizaciones criminales que componen los grupos paramilitares, no es suficiente las alegaciones de subordinación territorial ante la comisión de delitos de esta naturaleza. Estas responsabilidades deben ser depuradas ante un tribunal bajo el criterio de que "no sólo deben saber, sino que están obligados a saber" lo que ocurre en sus zonas de comando, como ha reafirmado en sentencia de 3 de marzo de 1999, en el caso TIHOMIR BLASKIC, el Tribunal Penal Internacional de la Ex Yugoslavia. En este caso están los responsables de la Brigada XVII, así como sus jefes superiores.

2) La actuación de los paramilitares en Colombia recoge un patrón de instrumentación de operaciones militares encubiertas que hacen responsables a los cuerpos militares y al estado mayor del ejército de Colombia de crímenes de guerra, secuestros, desapariciones forzosas y demás delitos constituidos en la figura de crímenes graves contra la humanidad. Estos delitos ni prescriben, ni son amnistiables tal cual ha dictaminado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en los informes que afectan al Batallón Atlacatl en El Salvador. Lo mismo ocurriría si sus responsabilidades fueran depuradas con los parámetros utilizados por los Tribunales Penales Internacionales y la doctrina actual sobre el Derecho Internacional Humanitario.

3) Los paramilitares deben saber que según los convenios de Ginebra los mercenarios no tendrán derecho al estatuto de combatiente o de prisionero de guerra y que además serán juzgados por ser integrantes de una organización.

4) Es evidente que se están utilizando forma de exterminio de población civil que siguen perfiles de modelos de análisis y control social con la utilización de técnicas de simulación por ordenador que determinan las listas de personas que son "nodos" de activismo civil político, social y cultural y que son: a) son fijadas como blanco; b) son amenazadas como forma de determinación del blanco a las unidades paramilitares; c) son despejadas las áreas geográficas de actuación paramilitar en zonas rurales o fijadas zonas de cobertura de seguridad en zonas urbanas; d) son otorgadas facilidades de comunicaciones y coordinación y finalmente se determina el momento de la ejecución.

Estos hechos son constitutivos de la figura de organización criminal y planificación sistemática de exterminación de población civil. Según la Comisión Colombiana de Juristas, durante 998 de un total de 1656 incidentes registrados el 81, 8 por ciento fueron cometidos por paramilitares y por las fuerzas de seguridad del estado. Entre 1994 y 1998 las violaciones graves de paramilitares y militares se han más que doblado.

5) El exterminio es un crimen contra la humanidad, y por lo tanto punible bajo el Derecho Internacional. El exterminio es reconocido como crimen contra la humanidad en el artículo 6(c) del Estatuto de Nuremberg; artículo II(1) (c) de la Ley Núm. 10 del Consejo Aliado de Control, órgano supremo de los aliados en Alemania, ocupada después de la II G.M.; artículo 5(c) del Estatuto de Tokio y Principio IV(c) de los Principios de Nuremberg. Se incluyó también en los estatutos de los tribunales penales internacionales para la Antigua Yugoslavia (artículo 5) y Ruanda (artículo 3), así como en el Proyecto de Código de Crímenes contra la Paz y la Seguridad de la Humanidad [1954: artículo 2, párr. 11 y 1996: artículo 18(b)].

6) Tomamos nota y apoyamos en todos sus términos, la Declaración Pública del Comité Permanente de Relaciones Exteriores y Comercio Internacional del Parlamento Canadiense de 16oct99 que dice expresamente "Hace un llamado al Gobierno de Colombia a intensificar tanto la investigación de la masacre de Barrancabermeja como también todas las actividades orientadas a reducir y prevenir la violencia, la violación de los derechos humanos en el país y a que ponga fin a la impunidad especialmente respecto a los crímenes de lesa Humanidad".

En concordancia con esta Declaración solicitamos a otros gobiernos que adopten similares posturas y que revisen las relaciones diplomáticas y económicas con el gobierno Colombiano que ha demostrado ser insensible a sus obligaciones frente al Derecho Internacional de los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario, para ello creemos se debe utilizar como cláusula de condicionalidad el cumplimiento irrestricto de la doctrina emergente de los dictámenes e informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos cuyo incumplimiento por parte del estado colombiano es evidente.

From: Editor Equipo Nizkor nizkor@teleline.es
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