Paramilitares atacan a la población civil
La procuraduría presenta cargos contra cuatro generales
Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Colombia, a 31 de Julio, 2000. Col - Paramilitares atacan indiscriminadamente a la población civil y la procuraduría
presenta cargos contra cuatro generales.
Equipo Nizkor, miembro del Serpaj Europa, Derechos Human Rights (USA) y del GILC (Global Internet Liberty Campaign).
Información.
LOS PARAMILITARES TRATAN DE IMPEDIR LAS NEGOCIACIONES DE PAZ Y ATACAN EN
FORMA INDISCRIMINADA A LA POBLACIÓN CIVIL.
"Aquí el que no sirve para matar, sirve para que lo maten", dicen los campesinos
del Sur de Bolívar,
quienes hoy padecen los rigores de la arremetida de las Autodefensas Unidas de
Colombia en territorios controlados por el ELN.
Cae el sol este martes 25 de julio y en el puesto de control militar del Cerro
de Notepases diez guerrilleros del ELN escuchan el partido de fútbol
Colombia-Ecuador, que va empatado 0 a 0. Es el mismo montículo donde el sábado
pasado quince paramilitares leían las páginas de un periódico desbaratado que
titulaba, en primera página: Inciertos resultados de combates en Sur de Bolívar.
La mayoría de los insurgentes, todos jóvenes entre los 15 y los 25 años de edad,
miran pasar el único y último campero que regresa del corregimiento Vallecito al
municipio de San Pablo. Va cargado de campesinos que acudieron a ver las cenizas
del caserío, incendiado por los paramilitares el fin de semana. En sus cabezas y
su conversación echan cuentas sobre los enseres que se salvaron del fuego.
El dueño del bar de Vallecito cuenta que le dejaron bueno un enfriador y unas
cajas de cerveza. Se le llevaron el equipo de sonido, una nevera y una planta
eléctrica, además de otros chécheres. "No hay más de otra que empezar otra vez,
de cero", anuncia a sus contertulios.
El conductor del vehículo, que sortea con paciencia los puentes semidestruidos
que comunican a Vallecito con San Pablo, anota que a su hermano, que tenía una
de las mejores camas del pueblo, no le alcanzaron a quemar el colchón, pero que
la casa de su padre está convertida en un lecho de hollín y tejas de zinc
chamuscadas.
CAMINOS CULEBREROS
La Serranía de San Lucas se ve desde el embarcadero de San Pablo, a orillas del
Río Magdalena, como una ceja gigante y azul que le sale al horizonte. Pero de
cerca, en medio de su vegetación fértil y cambiante, es una fila de montañas y
cerros verdes que bajan y suben dejando entre sí numerosas planicies y ríos.
Ondulaciones que se suceden, una tras otra, hasta desvanecerse en el Valle del
Magdalena, en dirección norte.
Allí patrullan desde hace 30 años los guerrilleros del ELN. Y hace un poco más
de quince los del Frente 24 de las FARC. En algunos períodos de los ochentas y
noventas, el Ejército tuvo bases militares en sus picos y faldas, que luego
desmontó para dar paso a brigadas móviles que enfrentaran con mayor eficiencia y
seguridad la movilidad insurgente.
Las tropas más recientes en ese escenario de guerra y selva son las de las
Autodefensas Unidas de Colombia, Auc, que desde hace tres años comenzaron a
ganar terreno y hoy hacen presencia en los cascos urbanos de San Pablo y Santa
Rosa y poseen bases en El Helechal, Pueblo Cagao, Pozo Azul, San Blas y Cerro
Burgos.
Camino de un caserío llamado Montecarmelo, hombres del 24 Frente de las FARC
controlan la vía. Por la ruta a Villanueva circulan combatientes del ELN y rumbo
a Vallecito incursionan las autodefensas. Vigilan. Preguntan. Requisan. Y luego
desaparecen como sombras en la noche. Ninguno sostiene posiciones. Son ejércitos
irregulares que luego de cumplir estrategias y conquistar objetivos, se retiran.
TRAGO DE VENENO
A las dos de la tarde del sábado 22 de julio, alias Veneno se comunica con su
superior Niño para preguntarle si algunos viajeros pueden cruzar de Notepases a
Vallecito, pero su jefe le recuerda que atiendan al nombre del lugar. Veneno es
un paramilitar veterano, con la piel cuarteada y unas piernas secas y firmes que
describen una figura igual a la culata metálica de su fusil.
Mientras prepara el arreo de una mula, dice: "aquí estamos para que esos
guerrilleros no sigan pidiendo más despejes".
Otro combatiente flaco y alto, que se dice ex reservista del Ejército y controla
las comunicaciones, revela que él y sus compañeros pertenecen al Bloque
Santander y al Comando Julián de las Auc.
Agrega que están allí para liberar a los campesinos de la guerrilla. Sus
palabras las escucha atenta una labriega veterana que se encuentra con su hijo
en el puesto paramilitar y que parece querer irse, pero no puede. Su rostro es
de angustia y su pequeño la sigue en silencio.
Dicen que su lucha es para que la gente de la región no tenga que pagarle más
impuestos ni extorsiones a la insurgencia. Cinco kilómetros adelante los
autodefensas terminan de subir a dos camionetas algunos enseres recogidos en
Vallecito: una nevera café clara, una bicicleta azul para niño, una estufa de
gas blanca, varias cajas de bebida malta, un tocadiscos e instrumental médico.
Una hora después el comandante Niño arriba con su botín a Notepases. Exige a los
civiles que se retiren del lugar. Pronto aterriza un helicóptero blanco que
comienza a evacuar combatientes. En hora y media va a su destino y vuelve seis
veces. Comienza el ocaso y en la base y sus alrededores sólo quedan unos pocos
combatientes, entre ellos Veneno, que limpia la uña de su pulgar con el gatillo.
VÍRGEN DEL CARMEN
Sobre los restos de Vallecito, el 25 de julio, caminan varios combatientes del
ELN, al mando de alias Pirri y Marcos, jefes operativos de las compañías
Mariscal Sucre, Héroes de Santa Rosa y Dagoberto Rincón, las mismas que
combatieron para impedir la llegada de las autodefensas al caserío de El
Diamante.
Apenas tres marranos, tres mulas y una gallina y cinco pollos, los últimos que
quedan en los corrales regados a bala, se pasean entre los escombros del pueblo.
Vallecito está rodeado por el Río Santodomingo y un cerro que hace parte de la
cadena montañosa que forma el Cañón de Las Pavas.
Las paredes, pintadas con aerosol rosado, recuerdan la incursión y la disputa a
muerte de insurgentes y autodefensas: Fuera guerrilleros, llegamos para
quedarnos, esto es nuestro. No hay campo para los dos.
"Seguramente como no encontraron a nadie, porque alcanzamos a salir antes de que
llegaran, los paracos le prendieron fuego a los ranchos. Llevo 20 años en el Sur
de Bolívar y perdí todo lo que tenía. Esta guerra no parece contra la guerrilla
porque aquí los que perdimos fuimos los civiles, no los guerrilleros", dice un
campesino refugiado en El Diamante.
Sus manos se mueven en el aire y acompañan sus palabras desalentadas. "La
situación es crítica. ¿Hasta dónde va a llegar? Por ahora nos toca seguir en
resistencia civil, porque si salimos de aquí somos hombres muertos o muertos de
hambre. Si no nos dan nada, por lo menos que no nos quiten lo que conseguimos
con años de esfuerzo".
"Cuando estuvimos desplazados en Barranca, en el 98, el Gobierno se comprometió
a crear un Bloque de Búsqueda contra los paramilitares, pero aquí se meten y
nadie ve nada. Hay miedo. Todavía están perdidos varios niños que huyeron al
monte. Los guerreros de lado y lado quieren una patria libre, pero no nos han
dicho si es que la quieren libre de campesinos".
PARA LARGO
Alias Balmore es uno de los jefes del Frente 24 de las FARC. Tiene barba larga
igual que las uñas. Lleva boina y una camiseta con el rostro del Che Guevara.
Asegura que sus hombres no participan en los combates de los últimos quince
días. Esperan órdenes del Estado Mayor del Bloque del Magdalena Medio.
Sus comunicaciones radiales le confirman quince autodefensas y dos guerrilleros
del ELN muertos, cifra inversa a la suministrada a los medios de comunicación
por Carlos Castaño, jefe de las Auc.
"Estamos en el análisis de lo que ocurre en el área. Es posible que haya nuevos
operativos paramilitares en Cerro Azul, Yanacué y Villanueva. Intentan impedir
las entrevistas del ELN y del Gobierno, dentro del proceso de paz, y generar un
desalojo de civiles del área".
Las palabras del jefe guerrillero coinciden con las de los autodefensas
instalados en Notepases: "estamos haciendo una tenaza que va de sur a norte y
que busca tender un cerco al ELN. Ahí combatimos", dicen Veneno y sus
compañeros, que disparan una ametralladora M-60, cuyas balas zumban a lo largo
de su recorrido por el Cañón de Las Pavas.
Son los ruidos de la guerra, una guerra que no va en directo por la radio y que
a pesar de estar empatada, como el partido malo de Colombia y Ecuador, deja un
resultado triste para los que la sufren: miles de desplazados y muchos muertos
que los bandos cuentan a su antojo.
[Fuente: Enviado especial Carlos Alberto Giraldo M. al Sur de Bolívar de diario
El Colombiano, Medellín, Colombia, 30jul00]
EN NARIÑO LAS FARC Y ELN SE ENFRENTAN: 8 MUERTOS
Las guerrillas izquierdistas de las FARC y del ELN, sostuvieron un
enfrentamiento armado por el control de un territorio en el suroeste colombiano,
con saldo de ocho muertos, coincidieron en informar el Ejército y el ELN.
Según el comandante Carlos, responsable de las columnas del Ejército de
Liberación Nacional en los departamentos del Valle, Cauca y Nariño, en esa zona
del país las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, causaron la muerte de
8 de sus hombres y capturaron a otros 39.
A través de un comunicado de prensa, Carlos denunció atropellos en contra de los
integrantes del ELN capturados por las FARC, señalando además, que los
compañeros muertos en las emboscadas fueron mutilados, tratamiento muy parecido
al que aplica el enemigo cuando captura a revolucionarios.
Agregó en el documento, que a los 39 guerrilleros capturados se les violaron las
garantías para un prisionero político, y afirmó que se les tuvo amarrados,
incomunicados, se les amenazó de muerte permanentemente y se les obligó a actuar
en contra de nuestra organización.
En este momento las FARC tienen como objetivo sacar a costa de lo que sea a
nuestra organización de las zonas de operación y para ello utilizan los métodos
más degradantes, de ahí el uso de la violencia despiadada y sin control con que
vienen actuando contra nosotros, puntualizó Carlos.
Por su parte, el comandante del Ejército, general Jorge Mora, confirmó la
ocurrencia de ese enfrentamiento, y además aseguró que de acuerdo con informes
de inteligencia militar, frentes de las FARC y del ELN libran duros combates en
los departamentos de Arauca, Boyacá y Cesar.
Existe una campaña de las FARC para reducir la acción del ELN en sitios que eran
de su dominio, y en la mayoría de esos combates el grupo marxista le ha causado
bajas al ELN, le ha secuestrado guerrilleros y le ha quitado armamento, aseguró
el oficial.
A comienzos de este año, guerrilleros del ELN que operan en el departamento de
Antioquia, denunciaron la muerte de algunos de sus comandantes que fueron
citados por las FARC con engaños.
Posteriormente el bloque Caribe de las FARC, retuvo a por lo menos 40
guerrilleros del ELN y del Ejército Popular de Liberación en el departamento de
La Guajira.
Las FARC y el ELN son los principales grupos guerrilleros que operan en el país.
El grupo marxista cuenta con unos 12000 hombres, mientras que el ELN tiene unos
5.000 combatientes en sus filas.
[Fuente: Diario La Libertad, Barranquilla, Colombia, 30jul00]
LA PROCURADURÍA PRESENTA CARGO CONTRA CUATRO GENERAL Y UN CORONEL POR UNA
MASACRE EN PUERTO ALVIRA EN 1998.
El pliego de cargos elevado el pasado jueves por la Procuraduría contra cuatro
generales y un coronel del Ejército por posible omisión en la masacre de 18
personas en Puerto Alvira (Meta), ocurrida el 4 de mayo de 1998, precipitó ayer
una polémica entre el procurador, Jaime Bernal Cuéllar, y el comandante del
Ejército, general Jorge Mora.
"Este fallo me desconcierta porque se le abren cargos a dos generales que cuando
ocurrieron los hechos llevaban cinco meses fuera del área", dijo Mora luego de
advertir que la decisión es el resultado de una acción sistemática que afecta la
moral de las tropas. Y Bernal le replicó: "Invito a un debate público para
demostrar y poner de presente ante la ciudadanía las pruebas y que sea la gente
la que opine si la Procuraduría está haciendo persecución".
La discusión tiene origen en el pliego de cargos elevado contra los generales
Agustín Ardila Uribe, Jaime Humberto Cortés Parada, Jaime Humberto Uscátegui y
Fredy Padilla León, quienes para la época de los hechos se desempeñaron como
comandantes de la Cuarta División y la óptima Brigada del Ejército, con sede en
Villavicencio (Meta). La misma suerte corrió el teniente coronel Gustavo Sánchez
Gutiérrez, en ese entonces comandante del Batallón Joaquín París que opera en
San José del Guaviare (Guaviare), cercano al lugar de la masacre. La decisión es
una de las etapas de una investigación disciplinaria. Ahora, los oficiales
rendirán sus descargos. Todo se produjo luego de que el pasado 13 de julio el
presidente de E.U., Bill Clinton, firmó el Plan Colombia. La ayuda quedó
condicionada a una severa vigilancia de las actuaciones de militares.
Aunque los otros oficiales implicados en el caso de Puerto Alvira prefirieron no
pronunciarse al compartir la reacción del general Moral, el general (r)
Uscátegui aseguró: "Es una decisión equivocada que afecta mi reputación". Y
explicó: "La matanza se cometió en mayo de 1998 y yo estaba en el Putumayo y en
el Caquetá". "Durante 35 años en el servicio activo siempre le gané a la
guerrilla, pero perdí frente a la Procuraduría", dijo.
Según el general Mora, los generales Ardila Uribe y Uscátegui salieron
trasladados de la Cuarta División y en la Séptima Brigada, respectivamente, en
diciembre de 1997. Es decir, cinco meses antes de la masacre cometida por grupos
de autodefensas. Con todo, Bernal pidió respeto para las determinaciones del
Ministerio Público y advirtió: "Ante la Procuraduría no hay nadie intocable, ni
que tenga inmunidad, pues todos son servidores públicos que están sometidos a
las investigaciones que se estimen convenientes".
Desde Estados Unidos, José Miguel Vivanco, director de Human Rights Watch,
advirtió: "Ojalá la investigación siga adelante, pero espero que los militares
no la bloqueen porque en el pasado han invocado la llamada jurisdicción militar
para impedir investigaciones de esta naturaleza. Espero que ahora presten toda
su colaboración".
"Aunque recibimos la noticia con agrado, también advertimos que a veces empiezan
las investigaciones y después no pasa nada, se ponen obstáculos a ellos, o peor,
comienzan las amenazas contra los mismos investigadores", precisó Carlos Salinas
Amnistía internacional.
No es la primera vez que Bernal se enfrenta públicamente con un alto oficial del
Ejército. El 4 de diciembre del año pasado, Bernal protagonizó una fuerte
discusión con el general Néstor Ramírez, hoy segundo comandante del Ejército,
luego de que el oficial afirmó en una conferencia en Miami que la guerrilla
tenía infiltrados en la Procuraduría y la Fiscalía.
[Fuente: Diario El Tiempo, Bogotá, Colombia, 30jul00]
From: Editor Equipo Nizkor nizkor@teleline.es
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