Actualización sobre la autorización excepcional y el viaje de Clinton

Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Colombia, a 28 de Agosto, 2000. Col - Actualización sobre la autorización excepcional y el viaje del Presidente Clinton a Colombia. Equipo Nizkor, miembro del Serpaj Europa, Derechos Human Rights (USA) y del GILC (Global Internet Liberty Campaign). Información.

EL PRESIDENTE CLINTON AUTORIZA LA AYUDA MILITAR A COLOMBIA A PESAR DE CUMPLIRSE SOLO UNA DE LAS CONDICIONES DE CERTIFICACIÓN SOBRE DERECHOS HUMANOS.

Los 930 millones de dólares que aprobó el Congreso de Estados Unidos podrán comenzar a ser desembolsados, con la decisión tomada ayer por el presidente Clinton de certificar parcialmente al país.

A pesar de que Colombia cumplió solo una de las siete condiciones que había establecido el Congreso de Estados Unidos (E.U.) para girar los aportes del Plan Colombia, el gobierno de E.U. decidió certificar parcialmente al país en aras del "interés nacional".

Tal como la anticipo este diario, el presidente Bill Clinton firmó en la noche del martes el waiver o cláusula de excepción que le permite proceder al desembolso de los 930 millones de dólares que se aprobaron para financiar la lucha contra el narcotráfico y el fortalecimiento de las instituciones democráticas en Colombia.

"Firme el waiver porque pienso que el presidente Pastrana está comprometido con las cuestiones de los derechos humanos, sobre las cuales seguimos muy preocupados", dijo Clinton ayer al explicar desde California su decisión. "Creo que protegimos nuestros intereses fundamentales frente a los derechos humanos y, a la vez, hacemos posible que el Plan Colombia tenga éxito, lo cual creo es muy, muy importante para la estabilidad a largo plazo de la democracia y los derechos humanos en Colombia", afirmó Clinton.

Mientras tanto, desde Washington, la secretaria de Estado, Madeleine Albright, defendió el mecanismo utilizado por la Casa Blanca. "Creímos que el waiver era una buena decisión, que la certificación era muy importante y que había que ayuda a Colombia".

Casi simultáneamente, las organizaciones no gubernamentales (ONG) criticaron con dureza la decisión de utilizar el waiver. "Al obviar las condiciones mínimas que se requerían para el desembolso de los recursos, en vista de que Colombia no cumplió con ellas, el presidente Clinton ha decidido ignorar la crisis de los derechos humanos en Colombia. Se está gestando una catástrofe", dijo el director de Amnistía Internacional, Curt Goering.

Sin embargo, según fuentes consultadas en el Departamento de Estado, y de acuerdo con la 'carta de justificación' en la que el Gobierno le explica al Congreso de ese país la decisión, no había otra alternativa. "Hemos sido extremadamente honestos y no hemos certificado nada que no se podía certificar, pero hay una clara determinación tanto del Gobierno como del Congreso de ayudar a Colombia, pues es claro que la situación es muy seria y necesita nuestro apoyo. Por eso había que usar el waiver", dijo a EL TIEMPO William Brownfield, portavoz del Departamento de Estado.

Además, según el funcionario, varias de las condiciones eran muy difíciles de cumplir y otras requerían de más tiempo para ser evaluadas con rigor. (ver recuadro). "Esperamos que muchas de las condiciones puedan ser plenamente certificadas en breve, cuando volvamos a realizar este proceso. Pero no nos vamos a regir por la letra de ley, sino por su espíritu. Esto no fue diseñado para un mundo ideal. Lo que nos interesa es que haya progresos serios en estas áreas y eso es lo que estaremos mirando en el futuro", afirmó Brownfield.

La certificación, en todo caso, volvió a significar una dura reprimenda a Colombia por la situación de los derechos humanos. "A pesar de los esfuerzos del Gobierno, persisten evidencias creíbles y desconcertantes de que militares colombianos continúan colaborando con los paramilitares. El Gobierno de Colombia necesita tomar pasos más efectivos y agresivos para prevenir esta unión entre 'paras' y Ejército y adoptar medidas disciplinarias decisivas", dice el reporte. Además recalca que a pesar de que se tomó la decisión de crear un centro de combate contra el paramilitarismo, el Gobierno no ha puesto a operar el bloque de búsqueda ni el sistema de alerta temprana para la población.

A su vez, el informe menciona el caso de los niños que murieron en Pueblo Rico y dice que estarán muy atentos a la investigación a la que se comprometió Pastrana. También afirma que los militares siguen planteando conflictos de competencia ante la justicia civil y que muchas veces la buena disposición del Gobierno se queda en la teoría.

Paralelo a la certificación, el Gobierno de E.U. certificó públicamente, -y por primera vez- que apoya los esfuerzos militares y políticos de Colombia para resolver el problema que suponen para la estabilidad del país las amenazas de guerrillas y paramilitares. Este proceso de certificación será el primero de muchos otros que tendrá que atravesar Colombia cada vez que E.U. quiera apropiar recursos para enviar al país.

Las condiciones.

Si bien el Departamento de Estado reconoció los avance de Colombia en materia de derechos humanos (DD.HH.) tuvo que recomendarle al presidente de ese país utilizar el waiver para obviar seis de las siete condiciones que estableció el Congreso. Este es su concepto:

1. Directriz presidencial a los militares para que se abstengan de competir con la justicia civil en casos que involucren violaciones a los DD.HH. Pastrana envió la directriz el jueves de la semana pasada. Fue la única que se pudo certificar.

2. Poder al Jefe de las Fuerzas Armadas para que suspenda a miembros de la institución sospechosos de cometer abusos. En este momento, el general Fernando Tapias no tiene tal autoridad. Se espera que la tenga el 14 de septiembre, cuando Pastrana lleva a la práctica un decreto que busca reformar las Fuerzas Armadas.

3. Que se certifiquen las dos anteriores. Al no cumplirse con la segunda condición, el waiver era obvio.

4. Las Fuerzas Armadas están cooperando totalmente con las autoridades civiles. No hubo tiempo para construir una base de datos que permitiera decir si están o no cooperando. Además, la palabra "total" es un término absoluto y posiblemente nunca se podrá certificar.

5. Perseguir vigorosamente a paramilitares y a los militares que los están apoyando. No hay récord suficiente que permita la certificación. Se espera que para el futuro haya un gran número de paramilitares capturados, investigados y condenados y que también se investigue y castigue a los militares vinculados con estos.

6. Que Colombia implemente una estrategia para eliminar cocaína y amapola para el año 2005. Muy poco probable que se pueda certificar alguna vez. Ni E.U. podría cumplir. Se tratará de reformar esta ley de E.U.

7. Que existan jueces militares, de carrera, que operen en el campo de batalla y puedan investigar caso de violaciones a los DD.HH. Hace parte de las reformas a las FF.AA. pero aún no se ha implementado. [Fuente: Sergio Gómez Maseri, corresponsal de El Tiempo en Washington. Diario El Tiempo, Bogotá, 24ago00]

GRUPOS COLOMBIANOS DEFENSORES DE DERECHOS HUMANOS CRITICAN AYUDA DE EE.UU.

BOGOTA -- Representantes de organizaciones humanitarias criticaron la decisión del presidente norteamericano Bill Clinton, de aprobar la entrega de 1.300 millones de dólares para la lucha antinarcóticos en Colombia pese a que las fuerzas militares locales no cumplen con todos los requisitos en materia de derechos humanos.

Gran parte de la ayuda estadounidense se destinará al envío de 60 helicópteros de combate para potenciar a las fuerzas de seguridad colombianas en sus operaciones contra las guerrillas y contra otros grupos que protejan los cultivos de coca y amapola. También se contempla el entrenamiento de tropas por parte de fuerzas de élite norteamericanas. Sólo una pequeña porción de la ayuda financiará iniciativas de desarrollo social y de fortalecimiento institucional.

Los grupos que abogan por el respeto de los derechos humanos han expresado su rechazo al "Plan Colombia" a la embajada de los Estados Unidos en Bogotá y han declarado que no aceptarán fondos para llevar a cabo tal estrategia en los términos en los que está planteada.

"Las organizaciones sociales y las organizaciones no gubernamentales consultadas por Estados Unidos reafirman su desaprobación al "Plan Colombia" y su voluntad de colaborar con el desarrollo de un plan para la paz y no para la guerra", expresaron en un comunicado conjunto difundido el martes.

El representante de un organismo humanitario aseguró que Clinton está dando un mensaje donde señala que es más importante luchar contras las drogas que detener los asesinatos, las torturas y las desapariciones de inocentes a manos de las fuerzas regulares y de los paramilitares.

"Es un grave error", manifestó a la AP Jorge Rojas, director de la Consultoría para los Derechos Humanos y el Desplazamiento.

Clinton aprobó el martes la entrega de la ayuda a Colombia con una cláusula especial llamada "waiver", que permite obviar de forma temporal ciertos requisitos en materia de derechos humanos. Esto se dio a pesar de que el Departamento de Estado y varias organizaciones no gubernamentales hayan concluido que Colombia todavía no ha hecho lo suficiente en el tema. "¿Cómo puede Washington decir que el problema de los derechos humanos todavía es grave y luego autorizar el envío de dinero que empeorará la situación?", se preguntó Rojas.

Clinton aseguró que ha autorizado la transferencia de fondos para el "Plan Colombia", porque el presidente Andrés Pastrana necesita "una oportunidad para lograr el éxito". Las organizaciones no gubernamentales oficializaron el miércoles su invitación a miembros del gobierno de Pastrana y de las guerrillas del Ejército de Liberación Nacional y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, a una reunión que se dará entre el 17 y 19 de octubre en San José de Costa Rica, para tratar propuestas de desarrollo económico y de erradicación manual de cultivos que deberían estar contenidas, a su juicio, en el "Plan Colombia".
[Fuente: CNN en español, 23ago00 - Actualizado: 8: 00 PM EDT (0000 GMT)]

CLINTON PRETENDE CONVENCER A AMÉRICA LATINA DE QUE LA POLÍTICA
NORTEAMERICANA NO ALIENTA LA GUERRA CIVIL EN COLOMBIA.

El viaje que realizará a Cartagena el presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, el próximo miércoles, tiene implicaciones muy particulares para los ciudadanos de este país, así como para los partidos políticos enfrascados en la recta final de las elecciones presidenciales. La visita del Mandatario estadounidense es mucho más que una muestra de respaldo al Plan Colombia. Clinton, además, quiere utilizar su permanencia de pocas horas en Cartagena para enviar mensajes específicos al pueblo americano. Por ello, tal vez, resalta favorablemente el momento escogido para su visita.

"La coyuntura es muy importante", dice Miguel Ceballos, director del Programa Colombia para Georgetown University. "La visita se produce un día antes de la Cumbre de Brasilia citada por el presidente Cardoso, a tres semanas de la Asamblea General de las Naciones Unidas, y a dos meses de las elecciones presidenciales de su país". La selección de la fecha para el viaje no es una coincidencia, según el investigador.

Al finalizar sus dos períodos presidenciales, "Clinton quiere dejarle un mensaje al pueblo americano: El narcotráfico es, y seguirá siendo en el futuro próximo, un problema para la seguridad de los Estados Unidos. Es imperativo seguir atacándolo dentro y fuera del país", sostiene Ceballos.

Parece un mensaje simple y sin mayores repercusiones, pero, considerando que su administración ha sido fuertemente atacada por los republicanos de su país que consideran que la política Clinton frente a las drogas ha sido blanda e ineficaz, el Plan Colombia, en el cual se ha embarcado el Gobierno Clinton, le da la posibilidad de mostrarse activo, fuerte y respaldado.

Incluso, los mismos críticos del Mandatario lo respaldan, pues Clinton viaja con Dennis Hastart, tercer hombre en la línea de poder de los Estados Unidos y miembro del partido en la oposición. Además, la visita sirve para que Clinton le asegure al pueblo americano que Colombia no se va a convertir en otro 'Vietnam', temor que ha ido creciendo soterradamente dentro de los estadounidenses desde el momento en el que comenzaron las discusiones del Plan Colombia.

La presencia de Hastart en el viaje que, como dice la jefe de prensa del congresista, Paige Ralston, "es muy inusual", es una conquista de Clinton que aprovechará para mostrarles a los candidatos presidenciales, y a los colombianos de paso, que el apoyo al Plan Colombia es una política de Estado que traspasa las barreras de los partidos políticos, e incluso, la del propio Ejecutivo.

Pero aún más, con Hastart en la comitiva de primera línea, Clinton envía un mensaje, quizás el más importante de todos, de que lo suyo es un "compromiso bipartidista para la búsqueda de la paz en Colombia mediante soluciones negociadas y no militares, y la responsabilidad es compartida", asegura Ceballos.

El Mandatario estadounidense quiere dejar allanado el camino para que el próximo presidente se sienta comprometido a continuar su misma visión política sobre Colombia.

"Hace más de un año le pedí al presidente Clinton que trabajara con el presidente Pastrana y el Congreso Republicano para delinear e implementar este paquete de ayuda. Desde que asumimos la mayoría, los republicanos del Congreso hemos renovado el compromiso americano de mantener la droga lejos de nuestras calles, colegios y vecindarios", afirma Hastart.

"Este compromiso va desde apoyar los programas comunitarios de los colegios hasta proveer de recursos al Gobierno democráticamente elegido en Colombia. La firma del 'waiver' por parte del Presidente muestra que se puede progresar mucho cuando el Congreso y la Casa Blanca trabajan juntos", agrega Hastart, en alusión a la certificación recientemente extendida por Clinton a Colombia en materia de derechos humanos.

Por su parte, Thomas Pickering, subsecretario para Asuntos Latinoamericanos del Departamento de Estado, asegura que "Estados Unidos está interesado no sólo en parar el flujo de los narcóticos que llegan desde Colombia, también quiere asegurar la estabilidad de una de las democracias más antiguas del hemisferio".

Pickering añade: "Creo que el viaje del presidente Clinton permitirá demostrar que Estados Unidos está resuelto a ayudar a que Colombia solucione las dificultades y regrese a una normalidad que le posibilite hacer parte del naciente consenso democrático en el hemisferio".

Consenso

Y es que en este punto están de acuerdo muchos politólogos. "Dejar progresar un conflicto multifacético tan complejo como el colombiano, es abrir la puerta a una desestabilización en toda la región", dijo un analista que prefirió omitir su nombre.

En ese sentido, el mensaje sirve también para aplacar a los vecinos de Colombia, que evidentemente se encuentran nerviosos por la profundización de la crisis en este país y el temor de que la misma se extienda a sus propias naciones.

La oportunidad del viaje de Clinton coincide con la realización de la Cumbre de Brasilia (31 de agosto), en la que el presidente del Brasil, Luis Enrique Cardoso, asumiendo el liderazgo regional, ha citado a los jefes de Estado latinoamericanos para que por primera vez se abra un foro efectivo de discusión de políticas regionales, y se haga contrapeso a las políticas dictadas desde el Norte.

Clinton tiene así, con su viaje a Cartagena, la oportunidad de dirigirse a los mandatarios latinoamericanos y reiterarles su liderazgo en América. Dos semanas más tarde, el Presidente participará de la asamblea anual de las Naciones Unidas, en las que seguramente hablará de Colombia como una muestra más de su liderazgo mundial.

Y allí se consolida otro de los objetivos del viaje para la política interna de su país. "Clinton aprovechará su contacto directo con el pueblo colombiano y con el latinoamericano, a través de la difusión masiva de su visita por los medios de comunicación, para entregarle a su vicepresidente y candidato a la Presidencia, Al Gore, las banderas del liderazgo mundial que viene ejerciendo Estados Unidos", asegura el analista Ceballos.

A dos meses de las elecciones, los candidatos a la Presidencia luchan por posicionarse y conquistar el voto de los indecisos, particularmente el de los latinos residentes en este país, cuya participación en los comicios del 7 de noviembre puede ser definitiva.
[Fuente: Diario El Tiempo, Colombia, 27ago00]

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