Discurso de la congresista Cynthia Mchinney sobre el "Plan Colombia"
Congresswoman Cynthia Mckinney's Speech: "Implementing Plan Colombia"
Tlahui-Politic 10 II/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. USA, a 30 de Septiembre, 2000. Usa/Col - Discurso de la congresista estadounidense Cynthia Mchinney's
sobre el Plan Colombia.
Equipo Nizkor, miembro del Serpaj Europa, Derechos Human* Rights (USA) y del GILC (Global Internet Liberty Campaign).
Información.
[English version below]
DISCURSO DE LA CONGRESISTA ESTADOUNIDENSE, CYNTHIA MCKINNEY, EN LA REUNIÓN DEL
SUBCOMITÉ SOBRE EL HEMISFERIO OCCIDENTAL, 21sep00, "LA IMPLEMENTACIÓN DEL PLAN
COLOMBIA: EL PAPEL DE LOS ESTADOS UNIDOS".
Gracias por esta oportunidad de hablar. Me gustaría también agradecer al
Presidente de la Comisión y principal miembro el haber convocado esta sesión tan
importante.
Nuestras relaciones con el pueblo de Colombia están a punto de cambiar
drásticamente y espero que seamos conscientes de ello ahora que nos dirigimos
hacia una masiva proyección de fuerza estadounidense en ese país.
Aprecio enormemente esta oportunidad de dejar mis reflexiones en las actas
porque más que nada, me preocupan los aspectos más fundamentales de los derechos
humanos y cómo el Plan Colombia afectará al actual clima de derechos humanos en
este país y la idea que los colombianos afectados tendrán sobre los Estados
Unidos tras la implementación del Plan Colombia.
Como ciudadanos del país más poderoso del mundo, estamos en el deber de asegurar
que este poder sea usado responsablemente y que no estemos confusos cuando
hagamos uso de él. Bobby Kennedy dijo una vez que solíamos ser una fuerza para
hacer el bien en el mundo. Me gustaría esperar que los pueblos del mundo
siguieran viéndonos como hacedores de bien. Sin embargo, me temo que esto se
aleja bastante de las impresiones de los colombianos que me han llegado.
Aproximadamente el 80% de la ayuda prevista en el Plan Colombia lo es para
armamento militar.
Sería más correcto hablar de este plan como de un paquete de ayuda militar, y
esta reunión ha de contemplar el componente militar si deseamos asir realmente
el alcance total del papel de los Estados Unidos en la implementación del Plan
Colombia.
De hecho, el Congreso votó a favor de financiar un contra ataque contra un
ejército de 20.000 guerrilleros en la selva amazónica. Esto lo hicimos solos,
sin el apoyo de nuestros aliados europeos. La Unión Europea no respalda una
implicación nuestra de esta naturaleza en Colombia. Y porque hemos votado a
favor de conceder aproximadamente mil millones de dólares al ejército
colombiano, no hay muchos otros donantes que quieran verse asociados con este
tipo de ayuda.
De este modo, si bien el Plan Colombia fue inicialmente concebido por el
Presidente Pastrana como un paquete de ayuda multinacional, el Plan se ha
convertido ahora en una operación militar de los Estados Unidos.
Hace unas dos semanas, los presidentes de los doce países latino americanos se
reunieron por vez primera en una cumbre histórica en Brasilia. Si bien no era el
tema pretendido de la reunión, los líderes resolvieron oponerse al paquete de
ayuda estadounidense. El presidente de Brasil, Fernando Cardoso, habló en contra
del Plan; el de Venezuela, Hugo Chávez, también. En Ecuador creen que decenas de
miles de refugiados van a cruzar la frontera a causa de la violencia que este
plan generará. Esto es lo que los vecinos de Colombia piensan del plan.
Treinta y siete ONG's colombianas, incluidas el Centro de Investigación y
Educación Popular (CINEP) y la Consultoría para los Derechos Humanos y el
Desplazamiento, han formado una carta expresando que rechazarían cualquier ayuda
que les sea ofrecida como parte del Plan Colombia. No desean en absoluto que se
les asocie con este programa, bajo ningún concepto, por mucho dinero que se les
ofrezca.
Amnistía Internacional, Human Rights Watch y la Washington Office on Latin
América, denunciaron la decisión del Presidente Clinton de renunciar a las
cláusulas de derechos humanos que el Congreso había puesto como condición a la
concesión de la ayuda. Los grupos de derechos humanos esperaban que poniendo
estas condiciones a la ayuda Colombia se vería obligada a optar entre la moderna
maquinaria armamentística y la guerra sucia de asesinatos en la que está
envuelta en la actualidad. Me ha decepcionado enormemente el hecho de que la
administración Clinton haya sacado una vez más a los derechos humanos de la mesa
de negociaciones. Ahora no existe incentivo alguno para que Colombia reforme su
ejército y abandone su estrategia paramilitar.
Señalaré también, para que así conste, que el "push into southern Colombia"
(golpe en el sur de Colombia), que ha sido descrito hoy, viola las Convenciones
de Ginebra, las cuales prohíben el desplazamiento forzoso de la población civil
como táctica de guerra.
En todo el mundo, tan sólo el Congo cuenta con más población desplazada que
Colombia. En un foro recientemente auspiciado por mi oficina, me enteré con
bastante tristeza de que la gran mayoría de los desplazados son afro-latinos.
Dos terceras partes son menores de edad. Sólo uno de cada ocho tienen acceso a
la educación. Solamente uno de cada tres tiene acceso a la atención sanitaria.
Estos pobres niños sufren el abandono del Estado colombiano y la indiferencia de
los congresistas de Washington.
Mi tercer y último punto es que este Plan, no sólo es inmoral, sino que no es
nada práctico. Fumigar productos químicos sobre los campesinos del tercer mundo
no es una manera eficaz de disuadir a la gente en los Estados Unidos de que no
consuman cocaína.
Ni siquiera nosotros somos inmunes al señuelo del dinero fácil y rápido de la
cocaína, como se ha dejado claro de manera vergonzosa recientemente.
¿Cómo puede el Coronel James Hiett, practicando el contrabando de cocaína y el
lavado de dinero con su esposa mientras estaba encargado de supervisar las
operaciones antidrogas del Comando Sur de los Estados Unidos en Bogotá.... cómo
pudo este narco zafarse con cinco meses de cárcel cuando hoy hay más afro
americanos en la cárcel que en el instituto?.
Así que ahora los Estados Unidos están a punto de implementar un plan para
fumigar productos químicos sobre el campesinado de subsistencia de los países
del tercer mundo y ametrallarles desde helicópteros mientras el Gobierno
colombiano permite a los grupos paramilitares que los masacren.
Hay una cosa segura en este plan: no es para el control del consumo de drogas y
no ayudará a mis amigos que están enganchados.
Preferiría tener un informe verídico de la CIA sobre cómo el crack llegó a
inundar cada comunidad de color en América y cómo afecta a cada familia negra.
Decir la verdad sobre las relaciones entre las agencias federales, los bancos
multinacionales norteamericanos y las elites de este país y del extranjero
servirá más para erradicar el azote de las drogas en América que el propuesto
Plan Colombia.
[Traducción al español del original en inglés realizada por el Equipo Nizkor el
29sep00]
[English version]
CONGRESSWOMAN CYNTHIA MCKINNEY'S SPEECH AT THE MEETING OF THE SUBCOMMITTEE
ON THE WESTERN HEMISHPERE, SEPTEMBER 21, 2000, "IMPLEMENTING PLAN COLOMBIA: THE
U.S. ROLE."
Thank you for this opportunity to speak. And I would like to thank the Chairman and the Ranking Member for calling this very important hearing.
Our relationship with the people of Colombia is about to fundamentally change
and I hope we know that going into this massive projection of US force into that
country.
I am especially appreciative of the opportunity to put my thoughts on the record
because more than anything else, I care about the most fundamental aspects of
human rights and how Plan Colombia will affect the human rights climate in
Colombia today and the notions about the United States that Colombians affected
most will have about us after implementation of Plan
Colombia.
As citizens of the most powerful nation in the world, it's our duty to ensure that this power is used responsibly and that we are not confused when we use
it. Bobby Kennedy once said that we used to be a force for good in the world.
I would like to hope that peoples around the world still see us as a force for
good. However, I fear that this is far from the thoughts of
the Colombian people from whom I have heard.
Some 80% of the aid in Plan Colombia comes in the form of military weapons.
This, more properly, should be called a military aid package and this meeting
must include the military component if we are to truly grasp the full meaning of
the US Role in Implementing Plan Colombia.
Congress actually voted to fund a counter attack against an army of 20,000
guerrillas in the Amazon jungle. We did this act alone without the support of
our European allies. The European Union does not support our involvement
of this nature in Colombia. And because we've voted to give approximately one
billion dollars to the Colombian military, not very many other donors want to be
associated with this kind of contribution.
So, although Plan Colombia was originally intended by President Pastrana to be a
multinational aid package, it has now morphed into a US military operation.
About two weeks ago, the Presidents of the twelve Latin American countries met
for the first time in a historic summit in Brasilia. Although it was not the
intended theme of the meeting, the leaders resolved their opposition to the US
aid package. Brazil's Fernando Cardoso spoke against it, Venezuela's Hugo
Chávez spoke against it. In Ecuador they believe that tens of thousands of
refugees are going to spill across the border from the violence this plan is
going to generate. This is what Colombia's neighbors think of the plan.
Thirty-seven Colombian NGO's, including the Center for Investigations and
Popular Education and the Consortium for Human Rights and the Displaced have
signed a letter saying they would reject any aid offered to them as part of Plan Colombia. They are completely unwilling to be associated with this program in
any way no matter how much money they are offered.
Amnesty International, Human Rights Watch, and the Washington Office on Latin
America all denounced President Clinton's decision to waive the human rights
conditions that had been placed on the aid by Congress. The human rights groups
had hoped that by placing such conditions on the aid, Colombia would be forced
to choose between the modern weaponry and the dirty war of assassination they
are currently engaged in. I am extremely disappointed that the Clinton
Administration once again has taken human rights completely off the table for
discussion. Now there is no incentive whatsoever for Colombia to reform its
military and abandon its paramilitary strategy.
I will also note for the record that the push into southern Colombia, which has
been described today, violates the Geneva Conventions, which prohibit the forced
displacement of civilian populations as a tactic of war.
In the whole world, only the Congo has more displaced people than Colombia. At a
forum recently sponsored by my office, I have quite sadly learned that the vast majority of those displaced persons are Afro-Latinos. Two-thirds are minors.
Only one in eight has access to education. One in three has access to health
care. These poor children suffer from the neglect of the
Colombian State and the ignorance of Washington policy makers.
My third and final point is that not only is this plan immoral, it's
impractical. Spraying chemicals on third world farmers is not an effective way
to discourage people in the United States from using cocaine.
We are not immune to the lure of quick cocaine cash ourselves. As has been made
embarrassingly clear recently.
How can Colonel James Hiett, smuggling cocaine and laundering money with his wife while overseeing anti-drug operations for the US Southern Command in Bogota
... how could this narco get off with five months in jail while today there
are more African Americans in prison than in college?
So now, the US is about to implement a plan to spray chemicals on third world
subsistence farmers and attack them with helicopter gunships while the Colombian
government allows paramilitary groups to massacre them.
One thing is for sure in this plan, it isn't about drug abuse control and won't
help my friends who are strung out on dope.
I would rather have from the CIA a truthful accounting of how crack cocaine came
to flood every black neighborhood in America and affect every black family.
Telling the truth about the relationships between federal agencies, US
multinational banks, and elites in this country and abroad will do more to
eradicate the scourge of drugs in America than this proposed Plan
Colombia.
From: Editor Equipo Nizkor nizkor@teleline.es
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