Despiden a más de 1.000 agentes de inteligencia

Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Argentina, a 13 de Febrero, 2000. Arg- Despiden a más de 1.000 agentes de inteligencia de la SIDE. Equipo Nizkor. Derechos Human Rights. Serpaj Europa. Información.

DESPIDEN MAS DE MIL AGENTES DE INTELIGENCIA DEL ESTADO. ESTE ES SOLO UNO DE LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA ARGENTINOS.

La Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE) despidió ayer a 1.000 de sus agentes. La decisión alcanza a casi un tercio del personal que tenía el organismo -en total, hasta ayer, eran 3.100 empleados- y fue tomada por el titular de la Secretaría, Fernando de Santibañes, que es amigo de muchos años y hombre de máxima confianza del presidente Fernando de la Rúa.

El drástico ajuste tiene que ver con la reducción de presupuesto que sufrió la SIDE este año. En 1999, la agencia de los espías manejó 310 millones, mientras que este año, con la llegada al poder de la Alianza, la cifra bajó a 138 millones. Los despidos -que fueron confirmados por De Santibañes a Clarín- incluyen a personal regular de la planta, a contratados (cuyos acuerdos no serán prorrogados) y a agentes en edad de jubilarse (que comenzarán a percibir el haber jubilatorio). Las medidas fueron comunicadas a los afectados entre el fin de semana -en los casos del personal jerárquico- y ayer mismo. El clima que se vivía ayer en la sede de la Secretaría era muy tenso. El sueldo promedio de los agentes despedidos es de 1.700 pesos mensuales (1.700 dólares/mes). En el origen de este ajuste no sólo está la reducción del presupuesto de la SIDE, sino también la decisión de su titular de orientar los recursos prioritariamente hacia la inversión en tecnología. Esto significa dotar a los espías de elementos técnicos fundamentales de los cuales carecieron durante las gestiones anteriores, de acuerdo a la evaluación que hicieron los técnicos de la Alianza al llegar al organismo.

El Gobierno hizo público ese punto de vista el mes pasado, cuando el ex general paraguayo Lino Oviedo fue detectado en nuestro país por la Policía y la Gendarmería, pero la SIDE no pudo localizar el lugar donde se encontraba. Si bien se logró interceptar un diálogo en guaraní de Oviedo con miembros de su partido, a través de un teléfono satelital desde la provincia de Corrientes, cuando se le pidió a la central de inteligencia que precisara el sitio donde se originaba la señal, la respuesta fue que el organismo no poseía los instrumentos técnicos necesarios.

"La capacidad técnica de la SIDE es muy pobre", salió entonces a decir el vicepresidente Carlos Álvarez.

En una dura crítica a la función que cumplió la agencia durante el menemismo, Álvarez agregó: "La SIDE se usó para espionaje doméstico, para operaciones políticas y periodísticas, para descalificar a sectores internos del partido oficial o sectores de la oposición y evidentemente nunca se pensó que significaba hacer inteligencia estratégica".

La decisión de la Alianza, entonces, es reducir al mínimo posible el gasto en sueldos para invertir más en la mejora de los recursos técnicos que tienen que ver con la recolección de información, como tecnología satelital, telefonía e Internet.

El organismo lanzó un plan de reinserción en la actividad privada para los agentes despedidos, que incluye capacitación y apoyo en la búsqueda de un nuevo trabajo. En la lista de cesanteados no figuran agentes que hayan sido sancionados por violaciones a los derechos humanos. Esto, porque varios ya fueron despedidos ni bien De Santibañes se hizo cargo del organismo. Además, hay 60 agentes sospechados que están siendo investigados por la propia SIDE y, hasta que esos sumarios internos no se resuelvan, no se puede tomar ninguna decisión sobre ellos.

Organismo polémico por naturaleza, la SIDE cumplió un papel fundamental en la represión ilegal durante la dictadura y fue cuestionada desde distintos sectores en la década menemista. Se la señaló como el lugar desde donde se distribuían supuestos "sobresueldos en negro" para funcionarios del Poder Ejecutivo y jueces, y también como la usina donde se generó la campaña de apoyo al frustrado proyecto de la re-reelección. Durante casi todo el gobierno de Carlos Menem, el titular de la Secretaría fue Hugo Anzorreguy, cuya tarea sin embargo fue elogiada por su sucesor, De Santibañes.

De la Rúa quiere que la SIDE se dedique en serio a atacar el lavado de dinero, la evasión fiscal y el narcotráfico. Y en una muestra de la importancia que le adjudica al organismo eligió a su amigo De Santibañes, a quien se había señalado como casi seguro presidente de un consejo asesor de empresarios y ejecutivos.

La elección del Presidente de un hombre de su máxima confianza para la SIDE también tuvo que ver con que, tratándose del manejo de un organismo con facultades tan amplias y casi discrecionales, quería tener un hombre que le garantizara absoluta fidelidad y ausencia de todo proyecto político personal propio. Es un dato significativo que estos despidos masivos hayan sido decididos por un funcionario que no sólo tiene una afinidad personal -además de política- muy fuerte con el Presidente.

Ex banquero, perteneciente a la fundación liberal FIEL, De Santibañes vendió por 160 millones de dólares, en 1997, sus acciones del Banco de Crédito. Y en un símbolo de su cercanía, tiene un campo en Pilar, al lado del de De la Rúa.
[Fuente: Diario Clarín de Buenos Aires, 8feb00]

ENTRE LOS CESANTEADOS ESTÁN LOS HIJOS DEL JEFE DEL EJERCITO GENERAL RICARDO BRINZONI

Una consultora privada resolvió despidos en la Side Dos hijos del jefe del Ejército, general Ricardo Brinzoni, una hija del ex jefe del Estado Mayor Conjunto, teniente general Mario Cándido Díaz, veteranos de lo que se conoce como "mano de obra desocupada" como el coronel Pascual Guerrieri y personal administrativo que desembarcó en la Side gracias a las más variadas de las recomendaciones son algunas de las bajas que produjo la decisión de echar casi 1.200 empleados de la Side.

La sede de la Secretaría de Inteligencia del Estado, ubicada frente a la Casa Rosada, parecía ayer un organismo más del Estado, poblado de empleados que añoraban las épocas en las que eran la envidia del resto de la administración pública.

Quizá por esa misma razón, no hubo voz que se alzara para defenderlos, ni siquiera la de las estructura sindicales que agrupan a los empleados del Estado. El jefe de la Side, Fernando de Santibañes, les aplicó la amarga receta del ajuste, siguiendo las recomendaciones de una consultora privada que, en los últimos dos meses, diseñó una nueva estructura en base, sobre todo, a la reducción de personal.

El método llamó la atención de la estructura histórica de la Side, cuyos integrantes aún se rigen por el modelo de la "guerra fría", donde el fantasma del comunismo. Por esa razón, les parecía casi una sacrilegio haber permitido la presencia de un organismo privado (la consultora) para decidir el recorte de personal. También trataban de llamar la atención sobre otro punto: según ellos, hay pocos casos en el mundo donde a un servicio de Inteligencia se le reduce el presupuesto y el personal en las cantidades en que se hizo en la Argentina. Las cifras indican que de las 3.200 personas que trabajan en la Side ahora quedarán una 2000 y que de los aproximadamente 360 millones de pesos anuales que recibía el organismo, el nuevo presupuesto quedó en 138 millones de pesos.

El sistema que se utilizó para elegir a los despedidos estuvo ajustado a la ley. Primero se apuntó contra los empleados con menos de dos años de antigüedad ya que el jefe de la Side está capacitado, sin más trámite, para decidir su continuidad.

Cuando la Side toma un empleado nuevo, lo hace a través de un contrato por un año. Vencido el plazo, el secretario de Inteligencia, luego de recibir un informe sobre la idoneidad y eficiencia del empleado, firma su continuidad o lo despide. Si el agente es aprobado, hay otro año de prueba y recién ahí se define su incorporación a la planta permanente del organismo. Cuando el empleado tiene más de 20 años de antigüedad, el jefe de la Side también tiene la autoridad necesaria como para despedirlo.

El ajuste, entonces, cayó sobre las espaldas de los que estaban incluidos en estas dos categorías, además de los casos insostenibles como el de los que tuvieron cierto protagonismo durante la pasada dictadura militar. Un miembro de la nueva administración aliancista reveló que existía una lista con más de 100 integrantes de las fuerzas armadas, todos retirados, que recibían una remuneración de la Side.

Tecnología Santibañes justificó ayer el ajuste: "la prioridad es la inversión tecnológica", dijo este ex banquero que goza, como muy pocos, de la confianza del presidente Fernando de la Rúa. El jefe de la Side viene machacando desde que asumió con la necesidad de pegar un salto tecnológico en los sistemas de búsqueda de información sensible.

Y el profundo ajuste que produjo en la central de inteligencia parece estar contenido en ese criterio. Aunque, a la hora de hablar de números, la reducción de personal le puede reportar a la Side un ahorro de menos de 30 millones de pesos al año, cifra que a la hora de hablar de "inversión tecnológica" no parece demasiado elevada.

La Side, por citar un ejemplo, gasta alrededor de un millón de pesos al mes en "pinchaduras telefónicas" ordenadas por la Justicia. Por la falta de un acuerdo con las empresas telefónicas, unos 12 millones de pesos al año salen de las arcas de la Secretaría de Inteligencia, gasto que representa un 40 por ciento de lo que ahora se ahorrará gracias a la disminución de la plantilla.

Superposición Santibañes, además, deberá enfrentar otro problema. Fuera de la Side, hay innumerables organismos públicos dedicados a la inteligencia cuyas funciones se superponen entre sí. Hay servicios de inteligencia en las tres Fuerzas Armadas, en el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, en la Gendarmería, en la Prefectura, en la Policía Federal, en las policías provinciales y en los servicios penitenciarios. La superposición de tareas incluye la formación de los agentes ya que, en general, cada organismo tiene su propia escuela de inteligencia con su respectivo presupuesto.

La lista continúa en el campo privado, donde proliferan las agencias y consultoras -integradas por ex miembros de aquellos organismos- que también ofrecen sus servicios. Se trata, como se ve, de un panorama complicado ya que es tradición hacer pasar por los servicios de inteligencia todas aquellas tareas que rozan la ilegalidad, financiándolas con fondos reservados. Si se mide por los resultados, la "comunidad de inteligencia" Argentina atraviesa una profunda crisis que el poder político, desde 1983, no parece capaz de detener y, mucho menos, aprovecharla para cambiar de raíz algunas costumbres propias de una dictadura. Un error que, casualmente, no suelen cometer los países desarrollados.
[Fuente: Por Jorge Grecco en La Voz del Interior de Córdoba (Arg), 9feb00]

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