El asesino siempre regresa al lugar de sus crímenes

Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Chile, a 8 de Marzo, 2000. CHILE: El asesino siempre regresa al lugar de sus crímenes. por Sergio Ramírez.

Desde Bogotá, el 25 de febrero, antes de la determinación de Straw de que Pinochet quedara en libertad para regresar a Chile, el presidente de la Unión Progresista de Fiscales de España, Adrián Salazar, denunciaba que los gobiernos en Madrid y Londres llegaron a una "decisión política" para garantizar el regreso impune de Pinochet a Chile. Agregaba que "por razones económicas, políticas, de amistad con Chile", España ha llegado a una "solución política" en la causa contra el ex dictador chileno. Para que "se fuera a Chile sin ser juzgado". La impunidad, subrayó, es "intolerable desde el punto de vista ético, moral y religioso". Así ha ocurrido. Pero, la lucha contra la impunidad continúa.

Consumado el acuerdo para burlar la justicia, de regreso el asesino al lugar de sus crímenes, se hace necesario precisar algunos antecedentes respecto del genocida. Ante todo, que regresa con una calidad distinta de aquella con la cual viajó a Londres. En efecto, jurídicamente, desde noviembre de 1998 Pinochet está procesado en España por los delitos de genocidio, homicidio, terrorismo y torturas. A lo menos para 4 tribunales de dos países distintos hay pruebas de criminalidad en las actuaciones de Pinochet. En efecto, el Pleno de la Sala Penal de la Audiencia Nacional de España declaró el 5 de noviembre que los tribunales españoles eran competentes para juzgarlo y que había presunciones fundadas de su participación en los crímenes de que se le acusa. Luego fue una sección de la sala Penal de la Audiencia Nacional hispana la que en abril de 1999 declaró que era aplicable al caso la tipificación del delito de genocidio y que Pinochet era extraditable. Un mes después un tribunal de Inglaterra (la Cámara de los Lores) sentenció que no gozaba de inmunidad y que era extraditable conforme a la Ley. A fines del mismo año, otro tribunal británico declaró que hay delitos en los que Pinochet tuvo participación y por los que procede extraditarlo a España para ser juzgado. El Chacal del Mapocho no ha regresado como inocente. Le han salvado, por ahora, informes amañados por los gobiernos de Chile, España e Inglaterra sobre una supuesta demencia. Quien ha regresado es un procesado por delincuente. Es un individuo condenado y despreciado por la opinión pública internacional, mientras que en Chile es el tipo al que sus secuaces principales le rindieron honores al descender del avión que lo trajo al mismo escenario de sus crímenes.

La llegada de Pinochet fue precedida por un pacto entre el Ejército y el Gobierno para asegurar su impunidad a cambio de su desplazamiento de la escena política. Por eso, en el círculo de Lagos se esperaba su arribo sin aprehensiones. La incógnita sobre qué rol asumiría el tirano, y cómo abordaría La Moneda el nuevo escenario, había desvelado durante meses a la cúpula política del Ejecutivo. La esperanza de tranquilidad descansaba en una razón: el tema Pinochet ya se encontraba resuelto a nivel político, por un pacto celosamente guardado entre el Gobierno y el Ejército. Apenas pisara territorio chileno, Pinochet sería enviado al Hospital Militar. Después se trasladaría a Bucalemu, desapareciendo del escenario público. El plazo de esta marginación total se desconoce, pero es un hecho que se encontrará ausente para la transmisión del mando del 11 de marzo. Este acuerdo le ha permitido a Frei cerrar su administración sin turbulencias por el caso, y cumplir con su promesa de traer de vuelta al genocida antes del fin de su mandato. Lagos, por su parte, estaba enterado del acuerdo y ha dado claras señales de que ve con buenos ojos este alejamiento -aparentemente definitivo- de Pinochet, a pesar de declaraciones que sólo buscaban reafirmar el compromiso. En tales circunstancias, es poco probable que Pinochet vuelva al Senado, dado su "inventado" deterioro físico y mental. Será el Ejército quien tome la decisión. Esta dependerá de la vigencia y cumplimiento del pacto con el gobierno.

Pese a tal complejo escenario y a las 61 querellas criminales contra Pinochet, la confianza de sus abogados está en las conclusiones del informe médico practicado en Gran Bretaña. El juez Juan Guzmán Tapia anunció que debía practicarle exámenes médicos a Pinochet. Si ellos arrojan el mismo "fabricado" resultado de los británicos, los juicios en Chile se paralizarían. El informe británico dice que Pinochet está "mentalmente incapacitado", y el Código Penal chileno establece que está exento de responsabilidad criminal "el que por cualquier causa independiente de su voluntad, se halla privado totalmente de razón". La idea de que Pinochet será declarado inimputable se ha extendido. Lagos, según un diario santiaguino, confidenció a algunos de su entorno que no teme una polarización en el país, porque Pinochet no será juzgado.

VISIÓN DE LA PRENSA INTERNACIONAL

Imágenes de la llegada de Pinochet a Chile ocuparon las portadas de diarios de América Latina y Europa, donde la tónica de los artículos fueron el rechazo al fraude del estado de salud de Pinochet y la recepción que le brindó el Ejército a su retorno. "Pinochet llegó a Chile eufórico y saludable", tituló el periódico argentino "Clarín", mientras que "La Nación" destacó: "Pinochet volvió a Chile con llamativa vitalidad". A su vez, "Página 12" tituló: "Siempre se vuelve al lugar del crimen". Mientras que la prensa mexicana ironizó que la quebrantada salud del ex dictador terminó en "milagro". El diario "Reforma" decía en su editorial: "El general Pinochet, apenas logró salir de Londres y evadir el juicio en España, se levantó de la silla de ruedas". El diario brasileño "O Globo" en primera plana destacaba: "Pinochet humilla a los ingleses". En EE. UU, "The New York Times" afirmó que el Parlamento chileno debe retirar la condición de senador vitalicio a Pinochet para eliminar su inmunidad y permitir que pueda así ser juzgado por sus crímenes. Mientras tanto, en Europa, las críticas y denuncias subieron de tono. En Gran Bretaña, el diario "The Guardian" subrayó que "el hombre considerado demasiado enfermo por los doctores para afrontar un procedimiento de extradición" demostró "como si nunca hubiera abandonado el poder". "The Daily Telegraph" afirmó: "Qué cambios puede operar un día de libertad: Pinochet camina de nuevo mientras se lo recibe como a un héroe", mientras "The Times" destacaba que el general "sorprendió a todos con su agilidad", y el diario "The Sun" calificaba la liberación de Pinochet como un "fiasco de 15 millones de libras". En tanto, el diario español "El País" aseguraba en su editorial que Pinochet puso en práctica "el bíblico 'levántate y anda' con llamativa agilidad" al regresar. El diario conservador "ABC" califica en portada de "hiriente recibimiento con honores militares a un 'recuperado' Pinochet". En Francia, el diario conservador "Le Figaro" titulaba en primera página: "Sentado en Inglaterra, de pie en Chile", al tiempo que hablaba de "la resurrección de Pinochet" nada más descender del avión que lo llevó a Santiago. En Alemania, "Die Tageszeitung" titulaba que "Pinochet se levanta de la silla de ruedas", mientras el muniqués "Sueddeutsche Zeitung", liberal, destacaba en portada que fue recibido con "marchas alemanas". En Italia, el diario "La Republica" destacaba que Pinochet "regresa como héroe, entre los honores de los generales y apenas llegado a tierra ha dejado la silla de ruedas", al tiempo que reflejaba que "su salud no parece tan mala".

Los gobiernos de España y el Reino Unido trataron inútilmente de negar las denuncias de la prensa londinense de un "pacto político secreto" con la administración de Eduardo Frei para liberar al ex dictador. El ministro de Asuntos Exteriores español, Abel Matutes, afirmó que "no ha habido ningún pacto", en respuesta a las versiones periodísticas. "España no necesitaba ningún pacto con nadie para llevar a cabo la política que habíamos anunciado desde el primer día", dijo el ministro español. También, en Londres, un portavoz de la cancillería negaba las mismas versiones de prensa, diciendo que "la decisión ha sido únicamente del ministro Straw, que ha actuado de acuerdo a sus capacidades y basándose en los informes médicos realizados al senador vitalicio". Afirmaciones que destruía el diario conservador "The Daily Telegraph" al denunciar que Matutes y su homólogo británico, Robin Cook, se reunieron en Río de Janeiro en junio de 1999 y trataron el caso de Pinochet, porque ninguno quería que se le juzgara en su país. Tal realidad fue enfatizada en la prensa británica y española, al informar de la llegada de Pinochet a Chile, al destacar "su asombrosa recuperación", diciendo que Pinochet estafó a Jack Straw, y al sistema judicial de Gran Bretaña. "Pinocheat", escribió en un titular de primera plana la publicación "Mirror", en un juego de palabras con el apellido del ex dictador y el término inglés "cheat" (estafa). "Es el retorno más grandioso desde Lázaro, en el que el malvado dictador camina y le juega una mala pasada a Gran Bretaña", agregaba, al pie de una foto que muestra a Pinochet abandonando su silla de ruedas. En España, "El País" escribía, bajo la foto de Pinochet de pie, del brazo del general Ricardo Izurieta, en el aeropuerto de Santiago: "Levántate y anda". El "ABC" de Madrid titulaba: "Un Pinochet saludable y sonriente pisó suelo chileno entre los abrazos de los militares". Es decir, los máximos responsables de impedir la extradición son, en primer lugar, el Gobierno de Chile que, a través de su Canciller (PS), realizó múltiples gestiones en los países comprometidos para que no siguieran los procesos, asegurando mentirosamente que esto lo podrían hacer en Chile. Luego, el Ministro del Interior británico, quien, amparándose en un irregular dictamen médico decidió liberarlo por las razones enunciadas. Y en tercer lugar, el Gobierno español que decidió prohibir al Fiscal inglés que lo representara en la vista que efectuó el Alto Tribunal de Justicia británico, para evaluar los recursos de revisión a la decisión de Straw.

LA LUCHA POR SANCIÓN A UN ASESINO CONTINÚA

Tras la "victoria" de la Concertación y de los mandos castrenses de llevar a Chile al dictador, corresponde continuar la lucha por la verdad y la justicia a través de la exigencia de desafuero de Pinochet para que sea juzgado por sus crímenes en Chile. Ese es el desafío actual. En esa lucha continuará existiendo la línea divisoria que separa a quienes exigen justicia y necesitan afianzar su convicción de que la vigencia de los DD. HH es preservada por el Poder Judicial y quienes, por oportunismo político, interés personal, cinismo o "razones de Estado", apoyaron la libertad del genocida e intentan obstaculizar el procedimiento que debiera culminar con su condena en Chile. Entre los primeros, las víctimas, las organizaciones que solidarizaban con ellas y millones de personas en todo el mundo. Del otro, multinacionales, cúpulas políticas de dentro y fuera de la Concertación, religiosos que aspiran a la impunidad, y fascistas partidarios del genocida. Por lo cual, dada esa realidad, los abogados patrocinantes de la mayoría de las 61 querellas criminales contra el dictador presentaron la solicitud de desafuero respectiva, con suma urgencia, pues el 25 de marzo el Congreso Pleno ratificaría la reforma constitucional que otorga a Pinochet la calidad de "Ex Presidente", con derecho a fuero y dieta vitalicia y sin posibilidad de ser desaforado, completando así el círculo de la impunidad acordado por el militarismo y la Concertación.

Si el proceso de desafuero tuviese una rápida resolución, podrían hacerse parte en las querellas y exigir la extradición los países que la solicitaban a Inglaterra (Bélgica, Suiza y Francia), a quienes el Gobierno chileno aseguró esta posibilidad. Si la demora sobrepasa el 25 de marzo, y el Congreso Pleno ratifica lo ya obrado por las Cámaras Parlamentarias, la única posibilidad de que la justicia pueda actuar estará determinada por la resolución del nuevo presidente. En efecto, Lagos, que dice escuchar la voz del pueblo, podría vetar esta impunidad vitalicia y rechazar el estatuto de los ex presidentes, como forma de avanzar en pos de la verdad y la justicia. Por lo cual, y como siempre, la única posibilidad de que se haga justicia plena en todos los crímenes de la dictadura, está en la lucha y movilización activa de quienes siguen al lado de la línea de la dignidad, la consecuencia y el respeto al ser humano. Lo demás es sólo clásica demagogia y oportunismo.

LA OCUPACIÓN MILITAR HACE DIFÍCIL UN PROCESO

No existen condiciones en Chile para juzgar a Pinochet, por motivos de orden político-institucional y jurídicos. Cada uno de ellos es un factor de impunidad. En efecto, el ejercicio del poder por parte del gobierno está determinado por la institucionalidad dictatorial y sus tres pilares básicos: el Consejo de Seguridad Nacional, el sistema electoral binominal y la bancada militar en el Senado; existe el precedente de las "razones de Estado" para no juzgar a un hijo de Pinochet, autor de una estafa al Estado, justificación a la que se puede recurrir en relación a los crímenes del ex dictador; la aprobación de una reforma constitucional que concede a Pinochet un superfuero es un obstáculo para su procesamiento; la Concertación no ha cumplido su promesa de derogar la ley de amnistía dictada por Pinochet; cada vez que ha existido la posibilidad de justicia "dentro de lo posible", la amenaza de las FF. AA se ha expresado en movilizaciones militares, conocidas como "ejercicios de enlace" y "boinazo"; la complicidad del gobierno de la Concertación reflejada en su negativa a emprender acciones judiciales en contra de Pinochet y su defensa en Londres bajo el subterfugio de defender principios. A estas razones, se suman: la no aplicación del derecho internacional -en lo referente a DD. HH- en los Tribunales de Justicia, que se manifiesta en la aplicación del Decreto Ley de Amnistía a asesinos y torturadores y la prescripción de sus delitos; la complicidad de la Corte Suprema en el quiebre del orden constitucional por el golpe de Estado del 73 y su conducta de garante de la impunidad; la razón médica de insanidad mental, justificante para el rechazo de la extradición a España, situación que también es un impedimento para procesarlo en Chile. El "loco o demente" está exento de responsabilidad penal de acuerdo al Código Penal chileno, etc. Todas estas circunstancias configuran un cuadro de impunidad que determina la falta de condiciones políticas y jurídicas para juzgar a Pinochet en Chile. Ante esta realidad, ¿que va a hacer el nuevo presidente? Se asiste al hecho de que a través de los nombramientos que ha efectuado Lagos, se proyecta en el horizonte prácticamente la misma política de defensa de Pinochet, vinculada al argumento de la defensa de la soberanía nacional debido a la presión militar y al postulado neoliberal de desarrollo. Chile sigue siendo un país ocupado por los militares, por eso resulta muy difícil que se juzgue a Pinochet.

From: Comité Internacionalista Arco Iris ale.Ramón@numerica.it
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