I. Actualizaciones del caso Pinochet

Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Chile, a 28 de Marzo, 2000. Chl/Usa - 1/4 Actualización caso Pinochet: la fórmula para cerrar el juicio a Pinochet. Equipo Nizkor. Derechos Human Rights. Serpaj Europa. Información.

LA FÓRMULA PARA CERRAR EL JUICIO CONTRA PINOCHET

La forma de evitar un largo proceso y obtener el retiro definitivo del senador vitalicio ya está sobre la mesa. Su salida de la escena política por razones médicas concilia las posiciones del Gobierno, el Ejército y la derecha.

Rodrigo Frey Los exámenes realizados al general (R) Augusto Pinochet en la Clínica Las Condes el martes pasado, con fuerte despliegue de publicidad, esconden una doble lectura. Desde el punto de vista médico, el test determinó una vez más que Pinochet sufre daños irreversibles a nivel cerebral. Vale decir: confirmó los mismos resultados que habían obtenido los médicos ingleses que lo examinaron el 5 y 6 de enero en Londres. La novedad viene por otro lado.

Su realización y la inmediata filtración de sus resultados en El Mercurio, constituyen la señal más potente enviada hasta ahora sobre la forma en que se espera sacarlo de la escena pública, lo más rápido y al menor costo posible. La divulgación fue interpretada como una forma de la defensa del general (R) de preparar comunicacionalmente la ruta de la inhabilidad por razones médicas sin que se vote su desafuero.

En teoría, hay dos alternativas judiciales. La primera es que el camino hacia la inhabilidad por razones mentales comience sólo después de que la Corte de Apelaciones resuelva el desafuero. La segunda es que sea el propio tribunal de alzada, en forma inminente, quien exija los exámenes para establecer que el general (R) ha perdido sus facultades para enfrentar un juicio.

Durante las últimas semanas, sin embargo, el proceso parece haber cobrado una dirección irreversible. El Gobierno, el Ejército, la familia de Pinochet y la oposición se inclinan porque el senador vitalicio desaparezca de la vida pública, que pase sus últimos días en silencio y que su sombra deje de proyectarse sobre el mundo político.

LOS CÁLCULOS DEL GOBIERNO

Si bien La Moneda mantiene su posición de no interferir sobre el poder judicial, altas fuentes gubernamentales han comenzado a evaluar los efectos políticos que surgirán de un inminente retiro de Pinochet. Que se apele de inmediato a las razones de salud no produce anticuerpos en los nuevos ocupantes de Palacio (es lo mismo que hizo Jack Straw, lo que despeja la presión internacional), y menos aún si sus cálculos entregan sólo ventajas: resolver cuanto antes el tema permitirá al gobierno concentrarse rápidamente en su propia agenda política.

En La Moneda dan por hecho que estos primeros meses en el poder sólo podrán administrar los temas heredados de la administración anterior, y la estrategia es echar a andar la máquina el 21 de mayo, tras el primer discurso de Ricardo Lagos en el Congreso. Si para esa fecha Pinochet ha dejado de ser un tema relevante, altas fuentes gubernamentales reconocen que el anhelado fin de la transición cobrará un ritmo mucho más rápido.

El general (R), dicen, es la piedra de tope que impide abordar las soluciones a los derechos humanos, y también las reformas a la Constitución.

Mientras eso se resuelve, ya corren en paralelo dos caminos para esos conflictos: la nueva mesa de diálogo que presentará el martes Mario Fernández, y las intensas reuniones con la oposición. Y a eso se suma otra señal: ayer, y tras un nítido esfuerzo del gobierno por salvar el proyecto, fue aprobado el estatuto de ex Presidentes en el Congreso pleno, que entregará un nuevo fuero a Pinochet automáticamente, apenas la inhabilidad mental fuerce al senador vitalicio a abandonar su escaño en el Parlamento.

LA EVALUACIÓN DEL EJÉRCITO

La posición del Ejército no se aleja demasiado de La Moneda, aunque sus razones son otras. Para altas fuentes castrenses la inhabilidad mental aparece como la vía más razonable: Pinochet puede ganar el proceso por el desafuero, pero ese triunfo dejará atrás sólo el caso Caravana y no las decenas de querellas que aún pesan en su contra. Desde el minuto en que la Corte acepta la inhabilidad, se cierra la puerta para todas las otras causas: las cubiertas por la ley de Amnistía y las posteriores a 1978, y que son las más riesgosas (caso Tucapel y operación Albania). Pagando el costo que significa declarar "loco" a Pinochet, se gana una segura calma judicial.

En el Ejército ven un sólo problema para apelar de inmediato a la inhabilidad: la opinión del propio Pinochet y de su círculo familiar. Los hijos del senador vitalicio y sus hombres más cercanos deberán aceptar que el último capítulo del general (R) en la vida pública no sea todo lo feliz que imaginaban, y una eventual defensa de su imagen podría complicar las cosas. Hay, sin embargo, varias señales que indican que la familia comenzó a ceder: algunos de ellos ya reconocen que -aún manteniendo su lucidez-, el deterioro de Pinochet se aceleró, y los abogados elegidos por la familia admiten lo difícil que es encarar la defensa de un cliente incapaz de tomar decisiones y dar órdenes.

LA SALIDA DE LA OPOSICIÓN

La velocidad que para el gobierno imprimirá la desaparición de la figura de Pinochet al fin de la transición cobra aún más fuerza con la estrategia que ya adoptó la oposición, especialmente la UDI. Los principales dirigentes de ese partido han planteado públicamente su requisito: que el general (R) tenga una "retiro digno de la vida política". Pero tras este concepto abstracto, que no ha sido explicitado hasta ahora, se esconde la opción concreta de la inhabilidad.

Dirigentes de la oposición confiesan que es inviable pedir al gobierno o los tribunales que dejen en paz a Pinochet. Más allá de que rasguen vestiduras por la independencia del poder judicial, esa salida digna equivale a las razones de salud: Pinochet se retira bajo una coraza de protección y la derecha se desprende de su pasado autoritario.

El único factor que les preocupa es que ya se ha instalado la creencia en las bases de apoyo de la izquierda de que Pinochet será juzgado a toda costa. De ahí el llamado a Lagos -hecho reservadamente en la reunión entre el Presidente y la directiva de la UDI en la Moneda- para que el Gobierno de señales de moderación, e insista, ante la opinión pública, de que la decisión es de los jueces y que sea cual sea el resultado del proceso en la Corte habrá que aceptarlo.
[Fuente: Diario La Tercera, Santiago de Chile, 26mar00]

DEFENSA DE PINOCHET ALEGARÍA INCAPACIDAD MENTAL

Santiago (Agencias).- La inhabilidad mental del ex dictador Augusto Pinochet para enfrentar un juicio en Chile sería la nueva estrategia por la que estaría apostando el gobierno chileno, la derecha opositora, el Ejército y la propia familia del militar retirado, según una versión de prensa publicada hoy en Santiago.

La incapacidad de Pinochet es la fórmula de consenso sobre la que se trabajará para evitar que el anciano senador vitalicio deba pasar por un largo proceso, derivado de las 70 querellas en su contra, a cambio de que acepte retirarse de la vida política del país y pasar el resto de sus días en silencio.

De esta forma se estaría descartando hacer uso de la nueva ley votada ayer por el Congreso de Chile, que reformó la Constitución de 1980 para permitir que los ex jefes de Estado puedan renunciar a sus cargos de senador vitalicio pero sin perder el fuero parlamentario que les protege de acciones legales.

"La Tercera" escribe que utilizar esta última alternativa -impulsada por congresistas de gobierno para facilitar la salida "honorable" de Pinochet del Senado- está llena de peligros y amenazaría de manera permanente a Pinochet.

Ello porque aunque se desechara la petición de desafuero que hizo el juez especial Juan Guzmán, quien tramita las causas contra Pinochet, la victoria sería sólo parcial, aplicable sólo a una de las más de 70 querellas acumuladas desde 1998.

El matutino asevera que esta estrategia quedó desnudada cuando los exámenes realizados al ex general en Santiago el martes pasado -y que ratificaron los resultados de los médicos británicos que permitieron su regreso a Chile-, se efectuaron con un fuerte despliegue de publicidad y se hicieron filtrar rápidamente a la prensa.

De acuerdo a esta versión, el hecho marcó un punto de partida para preparar a la población a la idea de que Pinochet no está en condiciones de ser procesado, la misma tesis en que se apoyó el secretario del Interior británico, Jack Straw, para liberarlo por razones humanitarias.

Esta alternativa, escribe "La Tercera", resuelve rápidamente el problema Pinochet al gobierno chileno, pues nuevamente se estaría ante "razones humanitarias", lo que le permitiría al presidente, Ricardo Lagos, comenzar a fijarse en su propia agenda política.

Para el Ejército, el principal aliado de Pinochet, la fórmula también sería la indicada pues su ex comandante en Jefe evitaría todo riesgo judicial. Sin embargo, el costo de esta vía será permitir que a Pinochet se le califique con el título de "loco", la única causa de anulación de procesos que admiten los tribunales chilenos.
[Fuente: Diario La Tercera, Santiago de Chile, Dossier caso Pinochet]

JURISTAS ADVIERTEN: REFORMA CONSTITUCIONAL PUEDE OBSTRUIR JUICIO A PINOCHET.

Santiago (Agencias).- La reforma constitucional que otorga inmunidad o fuero a los ex presidentes de Chile, puede convertirse en una "valla" para enjuiciar al ex dictador Augusto Pinochet, advirtieron este domingo abogados de organizaciones humanitarias.

"Es una burla al mundo... Se están riendo del ministro Straw", declaró por su parte la secretaria general del Partido Comunista, Gladys Marín, en alusión al ministro británico del Interior, Jack Straw, que el pasado 2 de marzo liberó al general Pinochet y autorizó su regreso a Chile por razones humanitarias, después de 503 días de detención en Londres.

La enmienda, aprobada inicialmente en la Cámara de Diputados y el Senado, fue ratificada el sábado en una sesión del Congreso Pleno, por 113 votos contra 27 y tres abstenciones.

La modificación, de rango constitucional, permite que los ex presidentes de la República -incluido Pinochet- renuncien a sus cargos vitalicios en el Senado, conservando la dieta y el fuero.

Pinochet se convirtió hace dos años en senador vitalicio, de acuerdo con la Constitución que dictó durante su régimen (1973-1990), mientras el ex presidente Frei lo hizo el martes pasado, después de entregar el Gobierno al líder socialista Ricardo Lagos, que asumió la presidencia hace dos semanas.

Desde una perspectiva política, los parlamentarios oficialistas y la derecha opositora buscaban facilitar la renuncia de Pinochet a su banca en el Senado, para alejarlo de la vida pública donde ha tenido un papel protagónico desde hace más de un cuarto de siglo. Pero desde el punto de vista jurídico, la nueva norma "puede tornarse una valla para la acción de la justicia en el Caso Pinochet", estimó el abogado Héctor Salazar, del Fondo de Asistencia Social de las Iglesias Cristianas (FASIC).
[Fuente: Diario La Tercera, Santiago de Chile, 26mar00]

SEGÚN LA CIA, EL CASO LETELIER PUDO FORZAR RENUNCIA DE PINOCHET.

El informe de inteligencia fue escrito en mayo del '78, cuando la investigación del atentado estaba en plena marcha. Establecía cuatro escenarios si el proceso lograba encontrar evidencia contra Pinochet. El más grave era su renuncia, que para los agentes podía generar un cisma dentro de las Fuerzas Armadas.

Rodrigo Frey "En las circunstancias más difíciles, las Fuerzas Armadas pueden reconocer la culpabilidad de Pinochet e intentar forzar su salida.

Pinochet es un individuo testarudo pero astuto, con un afilado instinto de sobrevivencia. Puede esperarse que ponga a un grupo contra otro para protegerse a sí mismo y mantener el control de su régimen autoritario".

El párrafo anterior, extractado de un informe de la CIA de mayo del '78, es parte de un análisis que la agencia de inteligencia norteamericana debió hacer para evaluar las consecuencias que la investigación del Caso Letelier en EE. UU. tendría sobre el gobierno militar, y que en su escenario más crítico contempló la posibilidad de que el general (R) debiese abandonar el poder.

UN WATERGATE CHILENO

El caso fue descrito -según la CIA- como "el Watergate chileno" por un miembro de la Junta militar, y el documento, desclasificado en septiembre del año pasado pero sólo ahora conocido, es la evidencia más categórica de cómo los tiempos han cambiado. Si en 1978 el caso podía "producir en las Fuerzas Armadas un sisma de consecuencias impredecibles", hoy -cuando Washington vuelve a levantar el caso- Pinochet es un general en retiro que espera el resultado de su desafuero mientras su salud sigue deteriorándose.

El cable fue escrito cuando el FBI ya podía demostrar que tras el atentado en Washington que acabó con la vida del ex canciller de la UP y su secretaría estaba la mano de la DINA y del general (R) Manuel Contreras, y esa evidencia exigía una definición estratégica del régimen militar. La CIA logró establecer cuatro posibles líneas de acción que adoptaría el gobierno en Chile, dependiendo de cuán sólidas fuesen la pruebas que la investigación arrojara contra Pinochet.

La primera de ellas consistiría en encubrir los hechos a través de una campaña comunicacional que culpara a Estados Unidos de intentar desestabilizar el régimen.

LOS CHIVOS EXPIATORIOS

La segunda, y la que finalmente el general (R) adoptó, apuntaba a entregar a algunos responsables (Contreras, Espinoza) para desviar el fuego de Pinochet. El documento llama a los involucrados "chivos expiatorios". La misma frase usada por el brigadier (R) Pedro Espinoza en su declaración notarial de 1978, en la que asegura haber sido forzado a inculparse en el atentado sin mencionar la responsabilidad del entonces Presidente.

En el desarrollo de este escenario, el informe de la CIA describe un problema central, y que ahora cobra nueva actualidad: "existe la posibilidad de que los involucrados no cooperen y divulguen información riesgosa para Pinochet y sus asesores directos. Algunos elementos temen por su pescuezo, y otros consideran reprochable que sus superiores intenten escapar así de las responsabilidades".

La tercera opción consistía en reconocer la conexión de la Dina con los asesinatos, pero justificando la operación en los planes de Letelier para conspirar contra el régimen. "Esta fórmula sería un intento desesperado por ganar adhesión interna y enfrentar así la segura indignación en EE. UU. y el resto del mundo", argumentaba el cable.

LA SUCESIÓN

La cuarta alternativa era la que más preocupaba a la CIA: que la Junta Militar aceptara la culpabilidad de Pinochet, y que tomara la decisión de forzar su renuncia. Las consecuencias de esta opción, leídas 22 años después, parecen ficción, pero describen la ansiedad que el tema producía en Washington.

"La caída en desgracia de Pinochet reducirá la autoridad moral de las FF. AA.. En ese caso, será más fácil estigmatizar al general (R) que encausar el proceso, desde la junta, hacia el retorno a la democracia.

Los esfuerzos militares se concentrarán entonces en salvar la dignidad y exonerar a la institución de un reconocimiento humillante".

El caso Letelier crearía así un severo conflicto de poder. Para la agencia no existía dentro del Ejército un favorito para suceder al presidente. Los analistas de inteligencia creían que el nombre del reemplazante dependería de cuán fuerte repercutiera el escándalo entre los oficiales. "Si Pinochet y otros generales son declarados culpables, la presión obligará a designar a un moderado".

Pero lo más delicado para la CIA era establecer quién pasaría a encabezar la junta militar. El informe admitía que el Almirante en Jefe de la Armada -José Toribio Merino-, seguía a Pinochet en la línea de mando,"pero no tiene chances de triunfar dada la preeminencia que intentará hacer primar el Ejército". La agencia tampoco veía posible el éxito del Comandante de la Fach, Gustavo Leigh. "Aunque es un tipo ambicioso, sus bonos no están bien. Es un inconformista que suele ventilar sus diferencias con Pinochet, pero no tiene un programa político claro ni tampoco una real base de apoyo".

Todas estas hipótesis quedaron en eso. La investigación norteamericana nunca pudo entregar pruebas irrefutables contra Pinochet. El caso, sin embargo, sigue abierto, y las señales de que Estados Unidos busca inculpar al general (R) son ahora evidentes. En La Moneda creen posible incluso una orden de extradición contra el senador vitalicio, y ya hay un equipo trabajando para bloquearla. [Fuente: Diario La Tercera, Santiago de Chile, 27mar00]

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