IV. Actualizaciones del caso Pinochet

Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Chile, a 28 de Marzo, 2000. Chl/Usa - 4/4 Actualización sobre las operaciones encubiertas de la CIA según el Comité Church. Equipo Nizkor. Derechos Human Rights. Serpaj Europa. Información.

LAS OPERACIONES ENCUBIERTAS EN LAS ELECCIONES DE 1970.

La acción encubierta en las elecciones de 1970 se centró en una campaña de choque contra la coalición de la Unidad Popular que apoyaba a Allende. El programa de Allende contemplaba la nacionalización de las minas de cobre, la aceleración de la reforma agraria, la socialización de los principales sectores de la economía, el aumento de los salarios y la mejora de las relaciones con los países socialistas y comunistas.

Oficiales de la CIA se reunieron con cargos de la ITT y aconsejaron sobre el modo de pasar dinero al oponente de Allende, Alessandri. La ITT y otras empresas de Estados Unidos dieron dinero a Alessandri y el Partido Nacional.

Operaciones de choque. Tenían éstas dos objetivos: 1) socavar a Allende; y 2) fortalecer las fuerzas de oposición.

Para hacer esto la CIA puso en marcha seis proyectos de operaciones encubiertas, una campaña de propaganda intensiva que hacía uso de prácticamente todos los medios de comunicación dentro de Chile y por la que colocaban en y retransmitían los asuntos en cuestión a la prensa internacional. La CIA colocaba propaganda mediante subvenciones a grupos de mujeres y de "acción cívica" de derechas. Una campaña de amedrentamiento equiparaba la victoria de Allende con la violencia y represión estalinistas. La Agencia también se sirvió de la propaganda negra para hilar el disenso entre partidos políticos y sindicatos.

Uno de los grupos de propaganda producía cientos de miles de hojas impresas de alta calidad, pósters, folletos y libros de fotos al tiempo que hacían propaganda mediante subdistribuidores de radio y prensa. Otro se servía de un grupo de apoyo editorial que suministraba información política, editoriales y artículos de noticias para su colocación en radio y prensa; y tres diferentes agencias de prensa.

Otros consistían en un boletín enviado a dos mil periodistas, académicos, políticos y otras personas; un folleto mostrando cómo sería la vida bajo la presidencia de Allende; distribución de crónicas de oposición al régimen soviético; carteles y pancartas. Éstas últimas decían "su paredón", evocando una imagen de los escuadrones de infantería comunistas. Se sirvieron de la violencia en Checoslovaquia con grandes fotos de Praga y de tanques en el centro de Santiago. Otros posters usaban la imagen de prisioneros cubanos ante un escuadrón de fusilamiento, y advertían de que la victoria de Allende supondría el final de la vida religiosa y de familia en Chile.

Existió otro proyecto para financiar inversiones en prensa, que le permitían hacer programas de radio comentados con carácter regular y a nivel nacional. Otros, todos ellos empleados de El Mercurio, producían más de una editorial al día. Éstas tenían un efecto multiplicador pues se leían por todo el país a través de las redes de las emisoras de radio. El Mercurio era uno de los periódicos Latinoamericanos de mayor influencia, sobre todo en círculos de negocios en el extranjero y llegaba a más de cinco millones de personas.

El 4 de septiembre de 1970 Allende ganó una pluralidad, pero ningún candidato obtuvo la mayoría. La constitución exigía una sesión conjunta para decidir entre el primer y el segundo finalista. El 15 de septiembre Nixon le dijo a Helms de la DCI que el régimen de Allende no era aceptable y dio instrucciones a la CIA para que desempeñara un papel directo en la organización de un golpe militar.

Después de que la operación de choque para derrotar a Allende en las urnas fracasara, la CIA intentó que éste no llegara a tomar posesión. De este modo se sirvió de una campaña de amedrentamiento que desembocaría en la polarización política y el pánico financiero para así incitar al Presidente Frei o a los militares a la acción.

Los esfuerzos de los Estados Unidos tomaron una doble vía. Una primera que comprendía todos los esfuerzos aprobados - políticos, económicos y de propaganda- para impedir que Allende ascendiera al poder. Y una segunda vía consistente en promover activamente un golpe militar.

La Vía I tenía como finalidad la operación "Gambito Frei", por la que la CIA intentó conseguir que el Presidente Frei estuviera de acuerdo con este enfoque, o mejor aún, que ayudara. En Europa y América Latina, miembros influyentes del movimiento demócrata cristiano y de la Iglesia Católica visitaron o contactaron con Frei. Frei rechazó y la operación gambito murió.

En este momento la CIA condujo operaciones de propaganda con varios componentes. Las predicciones de colapso económico bajo Allende fueron reproducidas en periódicos europeos y latinoamericanos en artículos generados por la CIA. En respuesta a la crítica de Allende a El Mercurio, la CIA instrumentó cables de apoyo y protesta de periódicos y de una asociación de prensa internacional, y preparó la cobertura de prensa a nivel mundial de la protesta de la asociación. En un proceso repetido muy a menudo por todo el mundo, una serie de periodistas (agentes y otros) viajaron a Chile para reportar sobre el terreno. El 28 de septiembre la CIA tenía agentes/periodistas de diez países en Chile o de camino a Chile. Este grupo complementó a 8 periodistas más bajo la dirección de agentes de alto nivel que eran gestores de medios de comunicación.

La propia CIA generó propaganda anti-Allende: apoyo a la prensa clandestina; colocación de noticias mediante agentes; financiación de un pequeño periódico; subvención a Patria y Libertad, un grupo de extrema derecha fervorosamente anti-Allende, y su programa de radio, anuncios y reuniones políticas; y el envío directo por correo de artículos de prensa extranjera a Frei, su mujer, líderes selectos, y la prensa interna chilena.

La CIA dio briefings especiales sobre inteligencia e infiltración a periodistas de los Estados Unidos. Una historia de "Times" sufrió un cambio radical de pro-Allende a anti-Allende.

La operación de seis semanas de la CIA para saturación en la prensa europea y de América Latina produjo 726 artículos, emisiones, editoriales y similares. No hubo manera de medir el efecto multiplicador de todo este material.

En concurrencia, la CIA llevó a cabo una ofensiva económica. Retirando todos los créditos, presionando a las firmas para que recortaran sus inversiones en Chile y contactando con otros países para que cooperaran en esta línea. Las operaciones causaron un enorme pánico financiero. Pero Allende era investido presidente y todavía no había tenido lugar ningún golpe de estado.

En relación con las recomendaciones de la Vía II, los militares no llevaron a cabo un golpe a pesar de que la CIA hizo 21 contactos con oficiales claves del ejército y la policía a quienes la Agencia les garantizó el firme apoyo del Gobierno de los Estados Unidos al más alto nivel. El Embajador advirtió a los chilenos de que si Allende estaba al frente del país, los militares no recibirían más asistencia militar (MAP) y que toda la asistencia y ventas militares se suspenderían hasta que se dirimieran las elecciones al congreso de 24 de octubre.

Un más bien desorganizado intento de golpe se vio frustrado tras el asesinato del General Schneider, un asesinato que probablemente subsiguió como parte del plan de la CIA de "secuestrar" a este estricto líder militar constitucionalista.

LAS ACCIONES ENCUBIERTAS DURANTE LOS AÑOS DE ALLENDE, 1970-1973.

Después de que Allende llegara a la presidencia, la política de los Estados Unidos se dirigió a maximizar las presiones sobre el Gobierno. Además de financiar a los partidos políticos, la CIA apoyó a El Mercurio, el periódico de mayor tirada del país y el canal más importante de propaganda anti-Allende. Para la CIA, estos esfuerzos jugaron un papel significativo en la preparación del escenario para el golpe militar de 11 de septiembre de 1973.

Mientras todas estas operaciones se desarrollaban, comparecía ante el Senado norteamericano un portavoz de la administración que negaba cualquier esfuerzo en contra de Allende. El 9 de septiembre de 1970 Kissinger dijo que probablemente Allende establecería un gobierno comunista.

Se diseminaron noticias alarmistas de inteligencia sobre amenazas infundadas: de presencia militar soviética; la "exportación" de la revolución de Allende y de otras. Estos exagerados temores de inteligencia activaron la política del gobierno.

Dos tercios de las acciones de este período eran encubiertas; el tercio restante era la presión económica para dañar la economía chilena. Los Estados Unidos retiraron la ayuda económica, denegaron créditos y definieron la lista de instituciones financieras internacionales y firmas privadas que cooperarían. Este estrangulamiento se vio exacerbado por desgarradoras huelgas.

Los Estados Unidos mantuvieron contactos con los militares para "valorar" la posibilidad de un golpe. Hacia septiembre de 1971, la Estación había creado una red de agentes entre los militares chilenos y recibía informes casi a diario sobre conspiración para el golpe.

La Estación suministraba información, en parte fabricada por la CIA, para convencer a oficiales veteranos del ejército de que un grupo, con la aprobación de Allende, estaba actuando con la inteligencia cubana (DGI) en una conspiración para matarles a ellos. En diciembre de 1971 la CIA entregó un paquete de material, incluida una carta fabricada, a un oficial del ejército chileno.

A finales de 1971 y principios de 1972, la CIA devino más activa y financió un panfleto de noticias antigubernamentales, compiló listas de arresto y condujo su operación de decepción para con el Gobierno de Allende.

LAS TÉCNICAS DE LAS ACCIONES ENCUBIERTAS:

La CIA financió el Partido Demócrata Cristiano (PDC), el Partido Nacional (PN) y varios grupos escindidos. El PDC y el PN usaron parte de esos fondos para comprar sus propios periódicos y estaciones de radio. Todos estos grupos instaron a los ciudadanos a mostrar su oposición a Allende.

El informe de campo de la CIA en 1971 y 1972 alegó que el gobierno estaba intentando cerrar la cadena de El Mercurio. De hecho, la prensa seguía siendo libre. Los alarmantes informes de campo estaban reñidos con los análisis de inteligencia. Sin embargo, la cuestión de la libertad de prensa era el tema más importante en la campaña de propaganda internacional en contra de Allende. La mayor organización de investigación de la oposición produjo libros y panfletos, uno de los cuales apareció en octubre de 1972 en la reunión de la Asociación Interamericana de Prensa, etiquetando al Gobierno chileno como una amenaza a la libertad de la prensa.

El proyecto de propaganda principal de la Agencia financió varias revistas y un gran número de libros y estudios especiales. Colocó sus materiales en la cadena de El Mercurio; periódicos de los partidos de la oposición; dos semanarios; todas las emisoras de radio controladas por los partidos de la oposición; y en varios shows televisivos en tres canales. La CIA también financió una organización de investigación de la oposición que redactó muchas de las propuestas legislativas de los parlamentarios.

APOYO A LAS ORGANIZACIONES DEL SECTOR PRIVADO.

La CIA apoyó una "poderosa organización de empresarios" y asociaciones de grandes y pequeños empresarios y otros grupos. Parte de esos fondos se empleó en la orientación del voto y en la campaña de abstención.

Dada la turbulenta situación en Chile, eran muchas las interconexiones entre los partidos políticos apoyados por la CIA y las numerosas asociaciones mercantiles y grupos paramilitares proclives al terrorismo y la desestabilización por la violencia.

El más prominente de los grupos paramilitares de extrema derecha era Patria y Libertad. La CIA financió este grupo paramilitar para crear tensión y un pretexto para la intervención por parte de los militares chilenos. Patria y Libertad desfiló en marchas de la oposición en uniforme militar. Durante la huelga nacional de camioneros, sembró las carreteras de "miguelitos" (tacos de acero de tres cabezas) para detener el tránsito de mercancías. El 13 de julio de 1973 Patria y Libertad admitió públicamente su responsabilidad en un golpe abortado. Su líder anunció que su grupo iba a desatar una ofensiva armada total para derrocar al Gobierno.

HACER CRUJIR LA ECONOMÍA.

Helms, de la DCI, en una reunión mantenida en septiembre de 1970 con Nixon grabó que sus instrucciones incluían "hacer crujir a la economía". Más tarde, el Embajador Korry le dijo a Frei que "ni una tuerca ni un tornillo podrá llegar a Chile estando Allende".

Los Estados Unidos se valieron de su posición predominante en las instituciones financieras internacionales para desecar las líneas de crédito. Los créditos del Banco Export-Import de Estados Unidos bajaron hasta cero en 1971. El Banco bajó la clasificación de la solvencia de Chile de "B" a "D". Los créditos del Banco Interamericano de Desarrollo casi cesaron. El Banco Mundial no acordó nuevos créditos a Chile entre 1970 y 1973.

DESPUÉS DE 1973

Tras el golpe de estado de 11 de septiembre de 1973, la Junta Militar liderada por el general Augusto Pinochet, se movió con rapidez para consolidar el poder. Pinochet prohibió los partidos políticos, puso al Congreso en receso indefinido, instituyó la censura de la prensa, encarceló a los oponentes y canceló las elecciones mientras la CIA ayudaba a la Junta a ganar una imagen más positiva tanto dentro como fuera de Chile. Su organización de investigación ayudó al Gobierno en la implementación de nuevas políticas. Dos colaboradores de la CIA asesoraron a la Junta en la preparación del "Libro Blanco del Cambio de Gobierno en Chile", para justificar el derrocamiento de Allende. Se distribuyó ampliamente en Washington y otras capitales extranjeras.

ESTIMACIONES DE INTELIGENCIA Y OPERACIONES ENCUBIERTAS.

Entre 1969 y 1973 la CIA elaboró cinco Estimaciones de Inteligencia Nacional (NIEs) sobre Chile, además de varios Memorándum de Inteligencia y Notas de Inteligencia conjuntas. Ninguno de estos informes mencionaba las operaciones de la CIA en Chile, la realidad política determinante.

La Estimación de Inteligencia de 1970, preparada aproximadamente el mes antes de las elecciones de septiembre, formulaba la pregunta de lo que significaría la victoria de Allende. Esta Estimación declaraba, de manera firme, que una administración Allende equivaldría a un Estado Marxista-Socialista. La versión chilena de un estado comunista al estilo soviético de la Europa del Este. En esta Estimación de Inteligencia se manifestaba que si Allende resultaba elegido éste tomaría duras medidas contra los intereses comerciales de Estados Unidos y pondría en peligro las políticas de Estados Unidos en el hemisferio. La Estimación de Inteligencia expresaba la preocupación sobre la expansión de la presencia militar soviética en Chile.

La próxima Estimación de Inteligencia Nacional, de agosto de 1971, era menos estridente, al igual que las de junio de 1972 y septiembre de 1973.

Estimaciones y Operaciones Encubiertas.

Las Estimaciones de Inteligencia Nacional sobre Chile eran, o bien selectivamente usadas, en el mejor de los casos, o bien desoídas, en el peor de los casos, por los estrategas políticos norteamericanos. A medida que las NIEs sobre Chile eran menos escandalosas, los políticos autorizaron operaciones encubiertas de mayor calado.

POLÍTICA VERSUS INTELIGENCIA

Los analistas de las NIEs sobre Chile no tenían conocimiento particular de la información sobre las operaciones encubiertas de la CIA. Los analistas y los operadores se mueven en dos mundos separados. La información de la Dirección de Operaciones no está disponible para la Dirección de Inteligencia. Los que preparaban las estimaciones sobre Chile no tenían acceso a la información que hubiera cambiado sus informes de estimación. Esta veta era reveladora. Suponía, por ejemplo, que la evaluación de la duración de los sectores de oposición se redactó sin tener conocimiento de la financiación por parte de la CIA de precisamente esos sectores.

CONCLUSIÓN.

El informe del Comité concluye: "Dados los costes de las operaciones encubiertas, el recurso a las mismas sólo se justifica ante amenaza severa contra la seguridad nacional de los Estados Unidos. Está más que claro que el caso de Chile dista de ser esto".

FIN DEL INFORME SOBRE LA ACTUALIZACIÓN DE LAS OPERACIONES ENCUBIERTAS DE LA CIA.

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