Posición pinochetista frente a los procesos judiciales

Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Chile, a 5 de Abril, 2000. Chl - Artículo del Mercurio que explica la posición pinochetista frente a los procesos judiciales. Equipo Nizkor. Derechos Human Rights. Serpaj Europa. Información.

ASÍ MUEREN LOS ESTADOS DE DERECHO

Todo está preparado para consumar, usando los tribunales y todos los resortes del Estado, una venganza política inconstitucional e ilegal contra el senador y ex Presidente Pinochet. La estrategia consiste en aprobar su desafuero, para declararlo después insano y presentarlo moralmente destruido ante el mundo y la posteridad. Es la venganza contra él de quienes trajeron la violencia armada a Chile y fraguaron un golpe totalitario, por haberlo impedido y convertido al país arruinado, violento y dividido que aquellos legaron, en una democracia estable, pacífica y próspera.

Esta venganza política se consuma atropellando flagrantemente la ley, la Constitución y principios básicos del derecho. La ley señala que todo juicio criminal debe fundarse en un "hecho punible". En los juicios contra el senador Pinochet tal hecho - secuestro de personas- simplemente no existe. Los jueces saben que no existe. Aunque hubiera existido, tampoco hay prueba de que Pinochet hubiera tenido parte en él. Y aunque hubiera tenido parte, estaría hoy exento de responsabilidad en virtud de la prescripción y la ley de amnistía. No hay una sola prueba de dicho secuestro, posterior a la amnistía. Al contrario, las hay numerosas - entre ellas, certificados de defunción- que prueban que tal secuestro no pudo físicamente existir.

La ley ordena a los jueces "investigar, con igual celo, no sólo los hechos y circunstancias que establecen y agravan la responsabilidad de los inculpados, sino también los que les eximan de ella o la extingan o atenúen". Pero el juzgador de Pinochet no ha hecho nada de eso. Aun sabiendo que el "hecho punible" no existe, obra contra la norma citada y contra hechos públicos y notorios, y demanda el desafuero del senador, lo que sólo procedería si existieran fundadas sospechas de que mantiene secuestradas a 19 personas.

Todo esto también viola la Constitución, que garantiza a todo chileno "un racional y justo procedimiento" ante los tribunales. Asimismo, la viola al no aplicar al afectado una ley posterior al supuesto delito que, si lo hubiera cometido, lo favorecería (principio pro reo).

A esto ha venido a sumarse la más insólita acción norteamericana, consistente en citar a declarar a personas - algunas fallecidas y otras sabidamente ajenas al caso Letelier- para agitar el clima anti Pinochet, y filtrando documentos ya analizados en ese proceso. Los norteamericanos saben que él no tuvo conocimiento de ese delito.

Juan Pablo Letelier, diputado e hijo de la víctima, ha declarado: "Lo que he dicho una y otra vez, porque me enseñaron a hablar con la verdad, es que no hay ninguna evidencia que fluya del proceso de miles de fojas que permita sostener que hay participación del Ejército ni de su Comandante en Jefe en el asesinato de OrlandoLetelier".

La política está matando al derecho y a la Constitución. No es la primera vez que la izquierda, con apoyo externo, lo hace en Chile. La diferencia es que la Carta de 1925 no tenía garantes y la de 1980 los tiene. Confío en que éstos sabrán cumplir su misión.
[Fuente: Diario El Mercurio, 5 abr 00]

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