FPMR: El Rumbo de Nuestra Política

Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Chile, a 12 de Junio, 2000. CHILE: FPMR: El Rumbo de Nuestra Política, http://www.fpmr.org

Para entender de mejor manera los aspectos más relevantes de la política y posiciones que tiene el rodriguismo en estos momentos, debe necesariamente contarse con una mínima comprensión del significado ideológico que ha tenido para nosotros el Proceso de Discusión Interna (PDI), además de las connotaciones prácticas que la propia reorganización del rodriguismo como concepto ha impreso al comportamiento interno y externo del FPMR.

En este pequeño extracto intentaremos hacer una síntesis al respecto, esperando que sean los documentos "Proceso" los que entreguen la posibilidad de transmitir en detalle los tópicos históricos, ideológicos y políticos que originaron nuestra realidad de hoy, para quien le interese ahondar en esto.

AVANZANDO HACIA UN NUEVO PROYECTO

El rodriguismo aun no cuenta con un proyecto político acabado. Como se sabe - y para los que no estén al tanto -, nuestra organización se encuentra en un proceso de debate que hemos denominado "Proceso de Discusión Interna" (PDI), que hoy está en su recta final, pero en el cual hemos estado inmersos por casi ocho años (desde 1992).

Con el objeto de concluir justamente, con un proyecto político y un tipo de organización que lo impulse.

Lo anterior no significa que en este momento no contemos con lineamientos y posiciones. Al contrario, la esencia de nuestra actual reconstrucción es justamente desarrollarnos en un marco teórico, político y práctico concreto.

Esa etapa la definimos como de "Reorganización del rodriguismo". En ella hemos condensado todas las constataciones, resoluciones y conclusiones que hoy dan pie al comportamiento y objetivos internos y externos que nos hemos propuesto impulsar.

En este sentido, el rodriguismo considera como pilares fundamentales de su reorganización, la construcción de proyecto político desde la base y en función de enfrentar al modelo social imperante desde y junto al pueblo (este es el sujeto del proceso, la organización política es sólo su instrumento); entendemos que no existe proyecto revolucionario posible, si no se cumplen estos principios básicos.

En cuanto a lo estratégico, nuestras perspectivas son a largo plazo, creemos en la necesidad de ir produciendo condiciones objetivas y subjetivas en todos los terrenos, para con la fuerza consciente, organizada y unida de los sectores marginados y explotados, se resuelva el futuro del poder y el tipo de sociedad a construir. Nosotros estamos apostando a un proyecto revolucionario, es decir, que como norte tenga el socialismo.

Sobre la construcción de fuerzas entendemos como de vital importancia el crecimiento de un gran movimiento popular, el que asumimos como estratégico. Para mayor comprensión de la idea, pues categorizarlo y hacer énfasis en esto no es sólo por establecer lugares comunes u acomodo de términos, Movimiento Popular para nosotros no es la sumatoria mecánica de organizaciones sociales, sino la conjunción de un proceso en donde la base social y política se va uniendo y alcanzando un nivel de calidad que se expresa en un discurso y plan de acción único, además de un importante grado de organización e incidencia (multifacético, consecuente y combativo). Con otro agregado, en el que quizás tengamos algunas diferencias no sólo conceptuales con otras instancias partidarias, es que el surgimiento de un movimiento de este tipo no es para nosotros fruto automático del quehacer social o político en frío y separado uno del otro (lo político y social en esto por lo menos es inseparable). Quizá sean las experiencias de luchas pasadas, sumado a los métodos y conceptos "utilitarios" que hasta hoy persisten en el partidismo de izquierda, lo que a vista y paciencia de todo el mundo lo ha convertido en polos opuestos. Lo que sí esta claro, es que el Movimiento Popular debe ser por lógica autónomo del Estado y desarrollarse a partir de la unidad de los organismos sociales y políticos de carácter anti-sistémico, en donde hay que respetar la independencia de cada cual (su propia identidad).

En resumen, creemos que hoy no existe movimiento popular en Chile como alguna vez existió, por lo tanto hay que aportar desde ya a su reconstitución.

Este es el marco que condiciona nuestra política social general, especialmente el de alianzas. Por eso, rechazamos la unidad por arriba, referentes sin base social, unidades partidistas y electoralistas, "coordinaciones a cualquier precio". Confiamos en la maduración de condiciones para que la unidad en la base y en la acción vaya consolidando un movimiento social y popular importante (transparente, honesto, inteligente y solidario). Para avanzar en esa dirección la unidad actual entre distintas fuerzas no sólo debe servir para salir a la calle a hacer acciones (cosas), la unidad debe tener como propósito la calidad por sobre la cantidad, la acción política.

Por último, en el trabajo de base nos interesa ir generando cada vez más espacios de participación y organización. Producir un buen equilibrio entre lo social y político, su relación intrínseca. En los territorios hace falta profundizar más sobre las nuevas condiciones existentes y las políticas de trabajo aplicadas.

La abismante incidencia del sistema, especialmente en el plano ideológico, nos exigen analizar el proceso y los métodos de construcción que se están desarrollando. Necesitamos ir abriendo paso a los nuevos conceptos de poder popular y defensa de los logros que vamos alcanzando. Demás esta decir que esto de ningún modo debilita nuestras posiciones de principio y valóricas, al contrario las fortalecen.

POLÍTICA SOCIAL O DE MASAS

Construcción desde la base, inserción social, trabajo territorial son algunos de los conceptos generales con los cuales hemos orientado nuestros pasos hacia la acción política-social en esta compleja etapa. Su importancia radica en que a partir de estos hemos podido valorar o desechar determinadas definiciones, objetivos y medios de trabajo, así como también ir modelando un pensamiento y una actitud que sin duda tendrá fuerte incidencia en el tipo de proyecto y organización que estamos edificando.

El desarrollo del Frente vinculado al quehacer social es el resultado lógico de nuestro ya largo proceso interno; en esencia esta fue una opción que siempre se reconoció más allá de una simple táctica para la supervivencia de la organización.

Desde que el FPMR dejó de ser un aparato hasta hoy, la dura realidad que ha tocado vivir a los sectores revolucionarios: la crisis de proyectos e ideas de la época anterior, el aislamiento y el aniquilamiento, hasta la dispersión y el alejamiento de la base popular obligaron al rodriguismo a considerar este aspecto no sólo como un factor de recomposición orgánica, sino fundamentalmente como una nueva interpretación político e ideológico acerca de la naturaleza de las transformaciones y el papel protagónico que le cabe en esto al movimiento social.

Aun cuando "hacer trabajo social o de masas" no es sólo una opción del Frente actual, - puesto que desde la Política de Rebelión Popular (PRP) junto al PC, hasta la Guerra Patriótica Nacional (GPN) como organización independiente lo incorporábamos (es más, hasta la derecha hace trabajo social)-, las definiciones políticas vigentes para nosotros surgieron luego del Encuentro por la Reorganización y quedaron medianamente expresado en el documento.

"Acerca de Nuestro Trabajo Político Social", donde se definen a grueso modo los siguientes puntos:

La construcción política se hará al calor del trabajo social, el Frente se reconstruirá con los sectores más activos y conscientes.

La capacidad orgánica se interrelaciona con la organización del pueblo, nuestra opción es aportar a la recomposición del movimiento popular.

El trabajo social es para enfrentar los efectos de las políticas neoliberales en los sectores poblacionales, estudiantiles y laborales.

Estos y otros puntos son los que rigen hasta el momento nuestra participación social en el marco de la Reorganización. Sin embargo, como ya ha quedado expresado, estos lineamientos aun siendo acertados como orientaciones generales, necesitan ser profundizados con el objeto de acercarse a las realidades sociales específicas en las que nos hemos ido desenvolviendo a raíz justamente de estas mismas orientaciones (tarea prioritaria del PDI en esta etapa); ejemplo: nuestra posición ante los distintos temas sociales locales y nacionales en la medida que las contradicciones generadas por el modelo van abriendo nuevas incógnitas a la construcción revolucionaria, las necesidades organizativas surgidas en el trabajo territorial, así como también la posibilidad cierta de que este proceso en cuanto a definiciones surja de la propia realidad y no de otra parte.

TRATAMIENTO DEL TEMA SOCIAL

Siendo la línea social una de las prioridades de esta etapa y que en propiedad cuenta con múltiples aristas, donde mejor se puede comprender y cuantificar es en la base social misma. Por ello debemos medir los alcances de las ya mencionadas políticas generales que nos han conducido hasta ahora, analizar en este contexto nuestra actual participación social y desarrollar de mejor forma el estudio, medios políticos y organizativos que nos permitan llevar a cabo de mejor manera esta labor. Los aportes a la finalización del PDI no pueden nacer sino de un trabajo que cuente con el sustento de un quehacer concreto en este sentido (colectivos rodriguistas insertos, trabajando y elaborando política desde la fuente).

Nosotros identificamos a los sujetos estudiantiles, poblacionales y laborales como los espacios principales hacia los cuales orientar nuestras prioridades en la construcción política; lo que no significa ir abordando desde ya otros temas de singular importancia para el desarrollo de un proyecto (cultura, DD. HH. militar, etc).

Para ello y otras tareas del proceso, hemos ido constituyendo equipos de elaboración para tratar estos temas. Están compuestos por compañeras y compañeros que se desenvuelven activamente en estos ámbitos. Su papel en detalle es investigar, elaborar y desarrollar para el intercambio con el conjunto de la organización, todo lo concerniente al área en la cual trabajan. Cada uno diseñará un programa que luego se incluirá dentro del plan general para esta fase, paralelo al itinerario de la finalización y los aportes que se requieran para el efecto.

Con esta iniciativa se pretende enriquecer los contenidos que guían nuestra construcción, corregir deficiencias y acercarnos a un quehacer político-social más adecuado a la actual realidad política en el que se desenvuelve la reorganización del rodriguismo. Aun cuando el resultado de esto incidirá en nuestra futura política social, en ningún caso se busca a través de este medio resolver por sí mismo dicho tema. La definición última sobre la política social del Frente será el resultado formal del PDI, donde además seguramente, se abordarán otros temas y otras líneas en un marco de mayor integralidad y coherencia.

La Reorganización es para nosotros un camino que no finaliza junto con el proceso de discusión, su función es permitir la continuidad de la reconstrucción del FPMR, por tanto, cualquier medida que aporte a cuantificar y cualificar el desarrollo del rodriguismo, en este caso la línea social, así como también luego se agregarán otras, son posibles, sin que esto signifique por supuesto ni entorpecer ni adelantarse a los resultados sustanciales del PDI.

En eso estamos. Trabajando una línea política, programa y políticas particulares; nuestro proyecto. Hoy por hoy, caminamos para dar cumplimiento a los objetivos que nos hemos trazado. Tarea que nos ha exigido ir tomando opciones: reorganizarnos, rescatar nuestra historia, hacer vida pública y construir en la base social para desde ahí luchar por los intereses populares.

LA IZQUIERDA Y SU PAPEL

Siendo que nuestra política no ha estado dirigida a sustentarse bajo este alero o unirnos con partidos tradicionales de la izquierda, sí hemos impulsado relaciones en prioridad con un amplio arco de organismos políticos, sociales y personas en las bases, de las cuales han surgido muy buenas expectativas. Esa ha sido nuestra principal forma de relacionamiento y trabajo.

Hemos decidido este camino de decantamiento para la unidad en contradicción a los típicos grandes referentes, porque pensamos que hasta el momento en los hechos han demostrado ser ineficaces y limitados para llegar a la generación de un movimiento de cambios realmente masivo y popular. Por eso apostamos a la generación de nuevos y mejores mecanismos para lograr estos fines, así como también para hacer una política que no caiga en los típicos vicios y deformaciones que han carcomido las confianzas y la seriedad que debiera tenerse en la lucha social, en la que incluso, como la experiencia lo indica, muchas compañeras y compañeros han entregados sus vidas para alcanzar estos ideales.

Es sorprendente como en este contexto histórico, las conceptualizaciones o visiones de lo que denotaba ser de izquierda o revolucionario se han desvirtuado (incluso de derecha).

Para nosotros lo que realmente mide a qué lado del arco político uno se encuentra es el comportamiento concreto. El sólo hecho que la socialdemocracia con nombre de Partido Socialista se asuma de izquierda, confunde a cualquiera; incluso llevar el debate hacia quien representa mejor a la izquierda es un desgaste. Lo que sí importa es que quienes estamos a este lado de la balanza, contra esta institucionalidad, por los intereses populares y en la lucha por el cambio social (cuestiones que alguna vez caracterizaron un proyecto de izquierda), estemos dispuestos a hacer lo que sea necesario por caminar en esa dirección.

Es más, todo lo representó la izquierda de antaño, su proyecto de país - carácter, contenido y organización -, ya no existe ni podría existir como existió. El pedestal sobre el que se construyó ese amplio arco de fuerzas y configurador de una gran alianza que incorporó inclusive, a la socialdemocracia y la pequeña burguesía (Frentes populares y Unidad Popular, por ejemplo), fracasó en sus objetivos o fue exterminado por la violencia de la realidad. Y hoy, quienes alcanzamos a formar parte de aquello, nos encontramos aun debilitados y buscando subsistir dentro de nuestros proyectos particulares aunque sea aislados por el momento. Suena duro, pero todo demuestra que así es, de lo contrario la historia sería otra.

Lo que no significa que no sea posible levantar otra plataforma de izquierda. De ello tenemos que dar cuenta más temprano que tarde, pero con los ojos y la mente bien puesta, la historia no se repite dos veces, las condiciones son distintas. Para nosotros lo que ha cosechado la izquierda en general hasta ahora, no es más ni menos que de su propia responsabilidad; lo criminal que fue la dictadura, la "inconsecuencia" de la Concertación y otros cuentos no justifica la magnitud de la crisis en la cual aun estamos. La entrega en bandeja de nuestro pueblo a la ideología y la institucionalidad vigente tenemos que asumirla todos.

Entre las causas del retroceso ideológico y orgánico del movimiento popular y revolucionario, como ya mencionáramos, se encuentran nuestras carencias en cuanto al trabajo de organización y fortalecimiento teórico y político en el seno del pueblo, carencias que también tienen relación con los mecanismos empleados, el estilo y la forma del discurso político tradicional de la izquierda confrontado a la realidad actual del mundo social, factores que en conjunto resultan de carácter estratégico para el desarrollo futuro de la lucha de clases en Chile.

Sobre esta base debe resurgir la izquierda, con transparencia, con principios y valores reforzados, con objetividad, unidad real, consecuente.

Rectificando, no renegando ni "renovándose".

¿El camino?, bueno el debate, con argumentos, métodos claros y democráticos.

Ahí veremos sobre lo que hay que llevar a la discusión. Ahí trataremos lo que se tenga que tratar. Con altura de miras por supuesto.

From: Comité Internacionalista Arco Iris ale.Ramón@numerica.it
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