Punto Final Encubierto por una Verborrea Inconsecuente

Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Chile, a de, 2000. CHILE: Punto Final Encubierto por una Verborrea Inconsecuente, por Sergio Ramírez. Assisi (Italia) 30 de Julio - 6 de Agosto, ¡NO A LA GLOBALIZACIÓN!, de Seattle a San Vicente, la rebeldía contra el imperio de la injusticia avanza!, info: Ale.Ramón@numerica.it

El presidente Lagos trazó una senda de amnistía a los violadores de los DD. HH actualmente procesados, al aprobar el espúreo acuerdo de la mesa de reconciliación: "No me cabe duda que llegado el momento se podrá establecer la data precisa de su muerte (de los desaparecidos). Y cuando ello ocurra, el Poder Judicial hará lo que corresponda conforme a derecho". La ley de impunidad dictada por la dictadura está vigente. Aplicarla es premiar a asesinos y responsables del genocidio. Para ello cuenta con el apoyo de la Concertación, la derecha y el mando castrense.

En el discurso de agradecimiento que Lagos pronunció al recibir el acuerdo de la Mesa de Diálogo, definió su posición frente a las violaciones de los DD. HH. En efecto, sin hacer una referencia explícita a la Ley de Amnistía de 1978, abrió la puerta para su aplicación en el caso de los detenidos desaparecidos, en el entendido de que aún sólo se entregue la información sobre la fecha de sus asesinatos: "No me cabe duda que llegado el momento se podrá establecer la data precisa de su muerte. Y no me cabe duda de que cuando ello ocurra, el Poder Judicial hará lo que corresponda conforme a derecho", dijo. Así, determinaba la eliminación del principio de la doctrina que aplica el juez Juan Guzmán, respecto de que la no aparición de los cuerpos permite configurar el delito de secuestro calificado -que es de ejecución permanente- Al establecer el paradero de los desaparecidos o "la data de su muerte", se permite tipificar el delito como homicidio calificado y amnistiar a los responsables. El punto final, encubierto por una verborrea inconsecuente, está establecido en el párrafo del convenio que le pide a la Corte Suprema la "designación de Ministros en Visita para instruir causas cuyo único objeto es determinar el paradero de los detenidos desaparecidos". Ese es el objetivo: encuentro de restos o precisión de destino, porque tampoco es necesario que se encuentren restos, basta con fijar la fecha, "la data de su muerte", para aplicar la ley de amnistía, como lo han expresado públicamente Lagos y personeros de la mesa, como Claudio Teitelboim. En definitiva, se determina una denegación de justicia.

El texto contiene falacias que son atentados a la verdad y principios de DD. HH. No obstante, se ha pretendido presentarlo, mediante fabulosa campaña publicitaria, como si fueran grandes logros. Así, el preámbulo del acuerdo contiene una falsedad histórica monstruosa e inaceptable. Señala que fue "la espiral de violencia política de los años 60" (¿gobierno de la derecha con Alessandri y del PDC con Frei Montalva?) la que culmina con el golpe militar y se traduce en las graves violaciones a los DD. HH. Lo que realmente existió fue un movimiento popular, democrático de reivindicaciones sociales, económicas y democráticas que el país necesitaba y que llevó a la presidencia a Salvador Allende. No fue "la espiral de violencia política" la que hizo que Allende fuera elegido Presidente. La única violencia política amenazante para las instituciones democráticas fue y ha sido siempre la de la extrema derecha. Esa violencia fascista es la que culmina con el golpe militar y la implantación del fascismo terrorista de la dictadura castrense. Además, ante la forma de reconocimiento histórico del golpe militar de 1973, Lagos expresó que el documento no constituye la historia oficial sobre lo ocurrido. "Este acuerdo no establece una historia oficial ni puede haber una historia oficial, porque nunca en nuestra historia ha habido una sola versión sobre los hechos del pasado. (...) ". Pero, a partir de la particular interpretación histórica negociada en la Mesa de Reconciliación, sancionada por el gobierno, el oficialismo y los mandos castrenses, Lagos justifica impunidad y determina punto final en violaciones de los DD. HH. durante el período dictatorial.

Lagos utilizó términos que no fueron considerados en el documento final por presión de los militares. Habló del compromiso de que "en Chile nunca más se asesinará ni se hará desaparecer opositores; que nunca más agentes del Estado ejercerán de modo sistemático tortura o asesinato u otras violaciones; que nunca más se podrá acceder al poder o pretender hacerlo por la vía violenta", en circunstancias de que el acuerdo de la mesa evitó cualquier insinuación respecto de una responsabilidad institucional de las FF. AA en las violaciones a los DD. HH. Incluso, el acuerdo acoge la tesis de que ellas no tienen información y que, por lo tanto, a lo único que se comprometen es al máximo esfuerzo posible para obtener tales antecedentes o bien precisar el destino de los detenidos desaparecidos.

ES UN ABUSO GROTESCO Y UNA FALTA DE RESPETO

La no participación de los familiares de las víctimas en la mesa y el rechazo que habían manifestado al acuerdo son hechos que Lagos trató de distorsionar en forma demagógica Hizo una mención especial a la ex presidenta de la AFDD, Sola Sierra, quien falleció el año pasado: "En ella quiero simbolizar a las víctimas y a quienes las sobrevivieron. Simboliza en cierto modo la tragedia que nunca debió ocurrir y que estoy cierto no ocurrirá más en Chile". Sus palabras recibieron la réplica indignada de Lenia Pizarro Sierra, hija de Sola Sierra y Waldo Pizarro: "Es una falta de respeto tremenda. Es un abuso grotesco, una utilización de su persona con que pretende confundir a la opinión pública. El la señala y dice que es lo que ella buscó toda su vida, por lo tanto para la gente queda pensar que si este acuerdo fue lo que Sola Sierra quería está bien, y está bien para los familiares y para todos los chilenos (...) Lo que el señor Lagos hace es una inmensa falta de respeto a su memoria, y no es la primera vez que lo hace. Cuando mi mamá muere, también dijo que ella lo único que buscaba era la verdad, por lo que debimos aclararle ese punto. (...) La calidad de Presidente de la República no le da derecho a hacer lo que hizo. Es una traición a la memoria de Sola Sierra, a los familiares y a todas las víctimas de la dictadura".

Lagos trataba de esconder la verdad. Omitía que Sola Sierra luchó por "nada más ni nada menos que verdad y justicia" y no por la aprobación de un mecanismos de impunidad a los asesinos, a partir de un acuerdo expúreo, presentado por la abogada Pamela Pereira (PS), con beneplácito presidencial. En efecto, las palabras que pronunciara Sola Sierra antes de su muerte en el Estadio Nacional (3 de junio 1999) son elocuentes al calificar y describir la actual realidad. Dijo: "Hoy el peligro más grave lo representan quienes intentan -en medio de las sombras del secreto y del silencio- imponer en nuestro país pactos espúreos que sellen la impunidad. Mientras el pueblo chileno y el mundo entero claman por verdad y justicia, hay quienes insisten en buscar acuerdos para imponernos una indigna renuncia a la justicia, a cambio de unas migajas de verdad. (...) Queremos decirlo con claridad una vez más: en Chile sólo habrá verdadera democracia cuando haya verdad y justicia, sean anulados los efectos del Decreto Ley de Amnistía, se haga el debido proceso civil a los acusados de violaciones a los DD. HH, se limiten las atribuciones de la Justicia Militar y los responsables sean sancionados.. (...).

Hay quienes nos ofrecen migajas y dicen que debemos conformarnos con parte de la verdad. Otros dicen que tenemos que reconciliarnos y, luego de saber esta parte de la verdad, lanzar algunas coronas de flores al mar (expresión del entonces candidato Ricardo Lagos). Serenamente les respondemos que sus palabras nos duelen. Tales ofrecimientos dañan y ofenden la dignidad nacional. Pero además dejan muy mal parados a quienes las formulan, porque reflejan posturas antidemocráticas y deshumanizadas. (...) Denunciamos la nueva operación política (...) que está en curso para cerrar los temas pendientes de DD. HH. (...) Queremos decirles desde aquí -con la fuerza de nuestra larga lucha y testimonio permanente- que no podrán sellar en Chile ningún pacto para la impunidad de los culpables. Una y otra vez se verán enfrentados a un pueblo digno que no renunciará a la verdad y la justicia, y recibirán la sanción moral de sus espúreos acuerdos".

HACER DESAPARECER A LOS DESAPARECIDOS

El contenido del acuerdo de impunidad, ratifica el verdadero rol de los abogados de la Concertación que lo suscribieron. Ellos, como Pamela Pereira (PS) o Héctor Salazar (PPD), han actuado como operadores políticos de sus partidos. Se han dedicado a través de la mesa de diálogo a "arreglarle los problemas" al gobierno y a los asesinos. Eso es lo real. El resto, son declaraciones demagógicas, sobre todo cuando han pretendido, en el colmo del cinismo, descalificar a las directivas de las agrupaciones, acusándolas de políticas, cuando si hay alguien que ha operado políticamente, dejando de lado la doctrina de los DD. HH, han sido ellos. También son repudiables sus manipulaciones para tratar de cooptar para este acuerdo a familiares que no estaban en la AFDD y las operaciones para legitimar su traición a través de familiares que no forman parte de la Agrupación.

Los "aportes" de la mesa de diálogo no facilitarán una solución de verdad y justicia sobre las violaciones a los DD. HH. El plazo de 6 meses, para que los militares entreguen información sobre el destino de las personas que hicieron desaparecer no tiene sentido: Ellos son responsables de todos los crímenes y violaciones a los DD:HH. y tienen plenos y concretos antecedentes de todos sus crímenes, que se han negado a revelar durante 20 años. Por lo cual, lo que las FF. AA no han hecho en 20 años no lo harán en tal plazo. Solo entregarán información sobre las osamentas de algunos desaparecidos y, sobre todo, las fechas de sus crímenes, elementos indispensables para cerrar los procesos que afectan a algunos de sus principales asesinos. Además, menos se va a resolver el problema de los desaparecidos, si se plantea la idea del secreto de tal información. Todo se reducirá a la entrega de restos y fechas de asesinatos. Así, además, se enfatiza un mensaje de impunidad a la Corte Suprema en circunstancias de que todavía se puede avanzar en pos de la justicia y, fundamentalmente, procesar a Pinochet. Es decir, el acuerdo de punto final sólo vuelve a hacer desaparecer a los desaparecidos, vuelve a asesinar a los ejecutados, a torturar a los ex presos políticos; vuelve a poner en primer lugar los intereses de poder de cúpulas políticas por sobre el de la mayoría de la sociedad que exige verdad y justicia.

Las falacias del acuerdo son destrozadas por la realidad. Si se quisiera saber dónde están los desaparecidos, dicen los jóvenes de la Funa, debieran preguntarle a Miguel Krassnoff Martchenko, que sigue trabajando en el Hotel Militar en Santiago; al doctor Alejandro Forero Álvarez, que sigue atendiendo en la Clínica Indisa; a Emilio Sajuria Alvear, que trabaja en el departamento jurídico de Telefónica; al desaforado Pinochet y al reo Manuel Contreras, a Espinoza y José Zará, a Cristoph Willike y Odlanier Mena. "Júzguenlos y sabrán dónde están, qué hicieron con sus cuerpos, sabrán cómo torturaron y ejecutaron a cientos de chilenos". Eso no se realizará. Lo único que busca este acuerdo es liberar de culpas a Pinochet y demás procesados. La única solución es la justicia y eso no va a haber en Chile. Sucedáneos de la justicia no se han dado en ninguna parte. Es una vergüenza que el gobierno y el oficialismo busquen por ese lado: el qué hacer en vez de justicia, para proteger a genocidas. En efecto, de acuerdo con información de Fasic se mantienen vigentes 82 autos de procesamiento contra militares en retiro y algunos agentes civiles de organismos represivos de la dictadura.. Entre los ex miembros de la CNI y de la DINA hay nombres que se repiten en varios procesos. Los procesados con mayor rango son Sergio Arellano Stark (caso Caravana), Carlos Forestier (desaparecidos de Pisagua), Manuel Contreras (secuestro de David Silberman), Ramsés Álvarez Sgolia (crimen de Tucapel Jiménez), el recientemente fallecido Humberto Gordon Rubio (Tucapel Jiménez y homicidios de septiembre de 1986), Hernán Ramírez Rurange (encubrimiento en caso Tucapel Jiménez), Hugo Salas Wenzel (encubrimiento "Operación Albania"). El resto son oficiales y suboficiales en retiro y una veintena de civiles, agentes de los organismos represivos de Pinochet.

LA JUSTICIA SE CONSIGUE POR OTROS MEDIOS

El tema del acuerdo de impunidad fue analizado por la Comisión Política del PS. Se logró un consenso a través de una ambigua declaración pública que dice que el PS "valora el compromiso y la voluntad política del Presidente, tendiente a lograr la verdad sobre los detenidos desaparecidos". Y, sumándose al acuerdo de impunidad, afirman: "rechazaremos cualquier maniobra de la derecha que pretenda mezclar, y peor aún, negociar temas de DD. HH v/s reformas políticas y constitucionales". Para llegar a este acuerdo. intervino el propio Lagos, quien conversó con dirigentes socialistas, entre ellos, el diputado Juan Bustos, Núñez y Escalona. Tales gestiones comenzaron cuando Carlos Ominami le alertó que la mayoría de la comisión política cuestionaba el acuerdo, incluso representantes del ala renovada, como José Antonio Viera-Gallo. En cambio, manteniendo inalterable su posición crítica a la Mesa de Diálogo y a sus conclusiones, la Secretaría General del PC, Gladys Marín, afirmó que el documento trata de imponer la denegación de la justicia respecto de la violación de DD. HH durante el régimen militar. Para ella, no basta con el hallazgo de las osamentas de los detenidos desaparecidos. Lo importante es que se haga justicia y se castigue a los victimarios. Su pensamiento es directo: "Nadie puede contentarse ni sentirse satisfecho sólo con el hallazgo de las osamentas porque si en definitiva existen osamentas, ello significa que alguien dio cuenta de las vidas de esas personas". Por consiguiente, no se puede relativizar el papel que debe jugar la justicia ante la cual deben comparecer "todos los responsables del terrorismo de Estado empezando por Pinochet".

La solución es verdad y justicia.

"Nada más ni nada menos".

Se trata de aclarar lo que sucedió y castigar a los culpables. Buscar soluciones al margen de la justicia es inconsecuencia y cobardía.

Encargarle a las FF. AA. que recaben la información es como solicitarle al asesino que investigue sus crímenes. No es posible creer en esto. "Justicia se consigue por otros medios, más decididos", afirma Radrigán, destacado director teatral.

From: Comité Internacionalista Arco Iris ale.Ramón@numerica.it
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