Organización criminal asesina a un desplazado de Cacarica

Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Colombia, a 28 de Marzo, 2000. Col - Miembros de una organización criminal asesinan a un desplazado de Cacarica. Equipo Nizkor, miembro del Serpaj Europa, Derechos Human Rights (USA) y del GILC (Global Internet Liberty Campaign). Solidaridad Urgente.

PARAMILITARES ASESINAN A UN DESPLAZADO DEL CACARICA.

Otra vez, a menos de 24 horas de nuestra última Constancia Histórica y Censura Moral, solo nos resta decir de lo que hemos dejado testimonio, de lo que hemos visto, de lo que damos fe, que se está desarrollando una acción sistemática de asesinatos contra las comunidades desplazadas del Cacarica que se encuentran en Turbo.

El 26mar00 a la 1: 00 p.m. en el "Ubert Quintero", uno de los tantos barrios, en que han intentado sobrevivir cientos de miles de víctimas de la guerra, quienes silenciosa y activamente, han logrado enfrentar la acción del paraestado en Turbo, se produjo el tercer asesinato, en menos de tres días, de un desplazado del Cacarica. Ahora se trata de ANTONIO HINESTROZA MOSQUERA. De 21 años de edad, ANTONIO junto con su esposa, una hermana y una hija, acompañaba el lavado de la ropa en un pequeño riachuelo. Al lugar llegó un hombre de tez trigueña y estatura media, con un arma oculta entre su vestimenta preguntando por ANTONIO. Al no encontrarlo regresó unos 20 minutos más tarde cuando el joven ya había regresado. Luego de pronunciar el nombre de ANTONIO le interrogó, por espacio de diez minutos, acerca de su condición de desplazado, si estaba vinculado al proceso del Coliseo, si era del Cacarica, y preguntó por varios de los integrantes de la comunidad desplazada. Al terminar el interrogatorio, el paramilitar le disparó en el rostro y la cabeza. Varios tiros cegaron la vida de ANTONIO. El victimario, luego de disparar por primera vez, se regresó y lo remató.

ANTONIO es la tercera víctima, asesinada en menos de 36 horas.

Para nadie es un secreto que los generadores del desplazamiento, que actuaron en coordinación con las Fuerzas Militares en un operativo por aire, agua y tierra, hace tres años, continúan actuando y moviéndose entre Turbo - Necoclí, Necoclí- Riosucio; y por el río Atrato desde Turbo hasta Quibdó.

Hoy su criminal actuación no se estaría presentando si los causantes del desplazamiento y de los 70 asesinatos y desapariciones hubieran sido perseguidos, castigados, sancionados y se hubiera iniciado un proceso de reparación a sus víctimas. Hoy quienes han gozado y gozarán del privilegio de la impunidad, estructurada desde el inicio del desplazamiento en el Estado, persistirán en su actuación, en este momento desplegada en Turbo; porque en estos 37 meses, quiénes fueron víctimas del Estado, no han logrado que este mismo Estado que ha desarrollado una barbara ejecución de estrategia contrainsurgente, la haya desmontado.

Los autores materiales del desplazamiento se encuentran en Turbo. Desde el Puerto de Turbo o en las calles de Turbo están vigilantes para asesinar. Vicente, quien guió el operativo militar al lado de los militares, se encuentra en las calles de este municipio; los paramilitares conocidos como "El Indio", "El Cholo", "El Gringo", siguen señalando, siguen merodeando, siguen operando con sus nuevos victimarios. Los paramilitares en los alrededores de Turbo, entre los corregimientos de "El Dos" y "El Tres", en el sitio "La Caleta" donde arrojan sus víctimas, siguen operando, y nada, absolutamente nada se hace, se hizo, y tal vez se hará.

Mientras avanza la ronda paramilitar, los retenes policiales en los alrededores del Coliseo y de los Albergues no existen, no hay medidas adoptadas serias y eficaces. Reconocidos paramilitares entran al Coliseo de Turbo en motos, a pie, con radios, y la policía ni siquiera los requisa ni les interroga. No se responde humanitariamente con el agua que requieren las familias y estas se ven obligadas a exponerse más fácilmente a sus victimarios. En Turbo por los barrios hoy se censa diferenciando quiénes son o no desplazados. Se desconoce a los encuestadores. En Bocas del Atrato, las familias que allí se encuentran viven prisioneras del terror porque ven deambular por el río pangas de paramilitares, algunos de los pobladores han visto como las embarcaciones han sido retenidas, saqueadas y sus propietarios intimidados, como ocurrió hace tres días. Y en la Hacienda "El Cacique" en Bahía Cupica, sobre el Pacífico, la situación es cada vez más preocupante: allí las familias que fueron repatriadas ilegalmente desde hace tres años, perciben el permanente y creciente movimiento de sus desplazadores.

En este escrito consignamos un destello del profundo dolor que embarga a la comunidad del Cacarica, de la honda afección de su proceso de Retorno, del terror interiorizado, y el nuevo destierro que se ve venir: ahora, tal vez nunca, puedan seguir el camino de su retorno, el sueño de volver a su propia tierra, ajena de este lugar, donde sus victimarios han intimidado, han amenazado . Pero hoy no solo se trata de eso, hoy asesinan como en el comienzo, cumpliendo sus bárbaros y repudiables crímenes, de hombres que han decidido construir un Proyecto de Autodeterminación, Vida y Dignidad. Crímenes y atentados que se hubieran podido haber evitado. Daños que aún pueden ser evitados que se repitan en el Cacarica donde las comunidades llevan 25 días de haber iniciado su primera fase de retorno.

A ustedes nuestra Constancia y expresión de Censura Moral con la única esperanza que el futuro nuestro erosionado Estado de Derecho, logre reconstruirse. Con profunda preocupación,

COMISIÓN INTERCONGREGACIONAL DE JUSTICIA Y PAZ

FUNDAMENTACIÓN DEL EQUIPO NIZKOR:

Los paramilitares están efectuando un exterminio planificado de población civil.

1) Según el Estatuto del Tribunal Internacional de Nuremberg y las sentencias posteriores reafirmadas por el Tribunal ad doc de la Ex Yugoslavia en julio de 1999 en el caso TADIC, la responsabilidad de los comandantes militares y dirigentes civiles que controlan la zona donde actuaron los paramilitares son responsables de no impedir la actuación de los paramilitares con las mismas responsabilidades penales individuales que si hubieran dirigido las operaciones en la zona de su comando.

Los comandantes de la zonas militares que son responsables en la cadena de mando de la que dependen los batallones y los jefes de los batallones son responsables de no impedir la actuación de las organizaciones criminales que componen los grupos paramilitares, no es suficiente las alegaciones de subordinación territorial ante la comisión de delitos de esta naturaleza.. Estas responsabilidades deben ser depuradas ante un tribunal bajo el criterio de que "no sólo deben saber, sino que están obligados a saber" lo que ocurre en sus zonas de comando, como ha reafirmado en sentencia de 3 de marzo de 1999, en el caso TIHOMIR BLASKIC, el Tribunal Penal Internacional de la Ex Yugoslavia.

2) La actuación de los paramilitares en Colombia recoge un patrón de instrumentación de operaciones militares encubiertas que hacen responsables a los cuerpos militares y al estado mayor del ejército de Colombia de crímenes de guerra, secuestros, desapariciones forzosas y demás delitos constituidos en la figura de crímenes graves contra la humanidad. Estos delitos ni prescriben, ni son amnistiables tal cual ha dictaminado la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en los informes que afectan al Batallón Atlacatl en El Salvador. Lo mismo ocurriría si sus responsabilidades fueran depuradas con los parámetros utilizados por los Tribunales Penales Internacionales y la doctrina actual sobre el Derecho Internacional Humanitario.

3) Los paramilitares deben saber que según los convenios de Ginebra los mercenarios no tendrán derecho al estatuto de combatiente o de prisionero de guerra y que además serán juzgados por ser integrantes de una organización.

4) Es evidente que se están utilizando forma de exterminio de población civil que siguen perfiles de modelos de análisis y control social con la utilización de técnicas de simulación por ordenador que determinan las listas de personas que son "nodos" de activismo civil político, social y cultural y que son: a) son fijadas como blanco; b) son amenazadas como forma de determinación del blanco a las unidades paramilitares; c) son despejadas las áreas geográficas de actuación paramilitar en zonas rurales o fijadas zonas de cobertura de seguridad en zonas urbanas; d) son otorgadas facilidades de comunicaciones y coordinación y finalmente se determina el momento de la ejecución.

Estos hechos son constitutivos de la figura de organización criminal y planificación sistemática de exterminación de población civil. Según la Comisión Colombiana de Juristas, durante 998 de un total de 1656 incidentes registrados el 81, 8 por ciento fueron cometidos por paramilitares y por las fuerzas de seguridad del estado. Entre 1994 y 1998 las violaciones graves de paramilitares y militares se han más que doblado.

5) El exterminio es un crimen contra la humanidad, y por lo tanto punible bajo el Derecho Internacional. El exterminio es reconocido como crimen contra la humanidad en el artículo 6(c) del Estatuto de Nuremberg; artículo II(1) (c) de la Ley Núm. 10 del Consejo Aliado de Control, órgano supremo de los aliados en Alemania, ocupada después de la II G.M.; artículo 5(c) del Estatuto de Tokio y Principio IV(c) de los Principios de Nuremberg. Se incluyó también en los estatutos de los tribunales penales internacionales para la Antigua Yugoslavia (artículo 5) y Ruanda (artículo 3), así como en el Proyecto de Código de Crímenes contra la Paz y la Seguridad de la Humanidad [1954: artículo 2, párr. 11 y 1996: artículo 18(b)].

6) Tomamos nota y apoyamos en todos sus términos, la Declaración Pública del Comité Permanente de Relaciones Exteriores y Comercio Internacional del Parlamento Canadiense de 16oct99 que dice expresamente "Hace un llamado al Gobierno de Colombia a intensificar tanto la investigación de la masacre de Barrancabermeja como también todas las actividades orientadas a reducir y prevenir la violencia, la violación de los derechos humanos en el país y a que ponga fin a la impunidad especialmente respecto a los crímenes de lesa Humanidad".

En concordancia con esta Declaración solicitamos a otros gobiernos que adopten similares posturas y que revisen las relaciones diplomáticas y económicas con el gobierno Colombiano que ha demostrado ser insensible a sus obligaciones frente al Derecho Internacional de los Derechos Humanos y al Derecho Internacional Humanitario, para ello creemos se debe utilizar como cláusula de condicionalidad el cumplimiento irrestricto de la doctrina emergente de los dictámenes e informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos cuyo incumplimiento por parte del estado colombiano es evidente.

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