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Informaciones de la Revista Resistencia
Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Colombia, a 30 de Marzo, 2000. COLOMBIA: Informaciones por Resistencia. Desde: "Revista Resistencia"
RESISTENCIA
Revista Trimestral del Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP
WEB: www.resistencianacional.org E-MAIL:
nuevacolombia@resistencianacional.org
RETENES EN LA VÍA
Si usted va por una carretera colombiana y se encuentra con un retén
militar, lo primero que ve es a alguien uniformado y con fusil en mano
haciéndole señas para que se detenga.
Con su primera impresión seguramente usted no podrá distinguir si el retén
es de soldados, o de guerrilleros, pues los uniformes quizá sean similares
y los fusiles y botas de igual manera. La verdad sea dicha: aunque
generalmente la guerrilla utiliza uniformes verde oliva y calzado de
caucho, prendas que parchan y remiendan con esmero en aras de la austeridad
que debemos tener como ejército revolucionario de los pobres y
desfavorecidos, muchas veces se adquiere indumentaria similar a la del
ejército del Estado explotador.
La diferencia entre uno y otro ejército, entre el ejército del pueblo que
es la guerrilla y el ejército del régimen representado en los soldados,
suboficiales y oficiales encopetados, la podrá notar el transeúnte del
retén, en el trato que le da el guerrillero, que es muy distinto al que
siempre le ha dado el ejército oficial.
El guerrillero lo trata como compañero, el soldado lo trata como sospechoso
despectivamente o como enemigo. Y esto sucede, así últimamente el ejército
oficial este tratando de mostrarse hipócritamente amistoso, porque más allá
de las armas y los uniformes está la verdadera diferencia que se ubica
precisamente en la conciencia y en los sentimientos que alberga cada cual.
El guerrillero es un hombre, hijo del pueblo, que se ha levantado en armas
contra la injusticia que imponen los ricos, los oligarcas y su régimen de
gobierno explotador y criminal. Al guerrillero lo motivan en la ejecución
de sus acciones profundos sentimientos de amor al pueblo sufrido,
sentimientos de consideración, respeto y fraternidad hacia la gente humilde
que vive en la miseria y entre las necesidades que le hacen padecer los
explotadores. El guerrillero es una persona, hombre o mujer, alentado por
la idea de luchar a costa de su vida misma por conquistar la justicia para
todos sin ningún interés particular, egoísta. Por eso los guerrilleros
integran el ejército del pueblo.
El soldado por el contrario, a pesar de ser en la mayoría de los casos
también hijo de campesinos, obreros y gente pobre en general, actúa con su
alma envenenada por el odio que les siembran en los batallones y cuarteles
contra su propio pueblo. Él, sin darse cuenta, -creyendo que pelea por una
patria, un himno, una bandera y un escudo-, expone su vida por los
intereses de los ricos. Ellos, -los soldados- cuidan las fábricas,
empresas, minas etc., pero no para que eso beneficie a todos los
colombianos. No. Quizás eso sea lo que les dicen, pero en realidad están
cuidando la tranquilidad de los ciudadanos ricos y de todos los oligarcas
que se roban los recursos de la nación. Sin darse cuenta entonces el
soldado apunta su fusil contra su mismo pueblo, contra sus mismos hermanos
de clase.
Así el soldado trata al pueblo como su enemigo, pero en la mayoría de los
casos sin tener conciencia de ello. Por eso, cuando en un combate la
guerrilla lo rinde, no lo mata sino que lo captura y tramita su entrega
procurando que entienda su engaño y salga de él.
Esta reflexión debe conducirnos a todos a realizar todo tipo de esfuerzos
para que los hijos, hermanos, primos, parientes que estén en el ejército
entiendan que están engañados y se decidan a retirarse o a desertar sin
perder tiempo. No es justo que sigan enfrentados al pueblo, a la guerrilla,
es decir a quienes deben ser sus verdaderos compañeros de combate contra
los explotadores.
Por otro lado, a quienes les toque prestar el servicio militar obligatorio,
no lo hagan, ejerzan la desobediencia patriótica junto a sus familias,
opónganse a hacer parte de una fuerza que se ha descompuesto y se ha
criminalizado. Y si ya no se puede evitar ir a pagar el servicio porque la
ley burguesa así lo impone a los pobres, mejor busquen contacto e ingresen
rápido a las FARC-EP. nuestro ejército revolucionario tiene abiertas las
puertas del honor y del amor al pueblo para que cada joven colombiano tome
las ideas y los fusiles bolivarianos y con dignidad entre a luchar por la
Colombia Nueva, ingresando a la guerrilla.
Por un mejor futuro para Colombia: ingresa a las FARC-Ejército del Pueblo!
41º frente de las FARC-EP
Bloque Caribe
A LOS SOLDADOS DE COLOMBIA
Como integrantes del nuevo ejército del pueblo que habrá de garantizar en
el futuro próximo la paz de la patria, nos dirigimos a ustedes para
enviarles, desde las montañas, nuestro cálido saludo de hermanos.
Luego de los duros combates librados en el sur, en el oriente, noroccidente
y otros puntos de Colombia, luego de la captura en combate de unos 400
soldados y policías, prisioneros de guerra, es evidente que el conflicto
armado en Colombia ha escalado hoy nuevos niveles. La solución militar a la
rebeldía popular solo ha cosechado fracasos. Y seguirá fracasando porque
las oligarquías no quieren una solución política que implique
redistribución del ingreso. Siguen empeñados contra el curso de la historia
en acabar a tiros la inconformidad.
Estamos seguros que ustedes entienden que no se podrá derrotar el hambre ni
perpetuar la injusticia con nuevas brigadas y batallones móviles, ni con
modernos helicópteros y aviones bombarderos, ni con la intervención
norteamericana con sus asesores militares, aviones de inteligencia técnica
y sus satélites de detección.
"Esta guerra no es de mi muchacho", dijo hace algún tiempo la madre de uno
de los soldados de El Billar. Y tiene razón. Si esta guerra no es de los
pobres sino de los oligarcas en defensa de sus privilegios, que peleen
entonces ellos su propia guerra.
Las fuerzas militares de Colombia están utilizando a los soldados como
carne de cañón. Los están obligando a defender con su pellejo, o
ilusionados con un sueldo de soldado voluntario, las enormes riquezas de
Julio Mario Santodomingo, Carlos Ardila Lulle, Luis Carlos Sarmiento Angulo
y del sindicato antioqueño, riquezas amasadas con la explotación de todo un
pueblo.
Pero lo más indignante es que esta misma oligarquía no quiera ahora mover
ni un solo dedo para aprobar la Ley de Canje permanente que permita la
liberación de soldados y policías prisioneros, de esos soldados y policías
que vieron morir a sus compañeros en combate, y arriesgaron ellos mismos
como ninguno su vida, para defender los intereses económicos de unos avaros
y las instituciones podridas de un Estado desagradecido. Oligarquía
miserable que solo paga como paga el diablo. ¿Oyeron a los generales?
Tampoco están de acuerdo con la Ley de Canje. ¡Claro! A los generales del
ejército de los ricos qué les va a importar la suerte de unos pobres
soldados. Con sus sueldos multimillonarios, clubes y buenas casas, ¡que
lleven del bulto los soldados, los suboficiales y hasta algunos oficiales!
Que nada ni nadie, ni siquiera los famosos lavados de cerebro en los
cuarteles, les hagan olvidar, que guerrilleros, soldados y policías somos
hijos del mismo pueblo. Los órganos de puntería deben orientarse
correctamente: pero en dirección a los responsables de la tragedia
colombiana, a aquellos que prefirieron declararle la guerra al pueblo antes
que hacer justicia social, a aquellos que desde el poder convirtieron cada
día de millones de colombianos en una angustia para conseguir el pan, la
educación, el techo. La solución está en nuestras manos. Ustedes y
nosotros, junto al pueblo volcado en las calles, seremos la gran fuerza
capaz de revolcar este país y ponerlo al derecho como tiene que ser. Si
queremos que las cosas cambien, tenemos que montar un nuevo gobierno. Un
gobierno dirigido por nosotros mismos.
¿Cómo empezar? por ahora recomendamos lo siguiente:
*
Si están próximos a terminar su servicio militar, no se vinculen a ninguna
de las brigadas móviles.
*
Con sus "lanzas" de más confianza y que entiendan la situación, realicen
sabotajes a depósitos de explosivos, armas y municiones, combustibles y
otras dependencias de su cuartel.
*
Deserten con sus armas, planos de la base o batallón y dispositivo de
seguridad y busquen el contacto con nosotros.
*
Denuncien la presencia de militares gringos en el conflicto interno de
Colombia.
*
Suminístrenos los nombres y datos concretos de generales y coroneles que
disfrazan a sus tropas de paramilitares o que trabajan en llave con ellos.
*
En caso de combate con la guerrilla no dude ni un minuto en entregarse.
*
Si en algún operativo, retén o allanamiento, descubren algo que tenga
relación con la guerrilla y la rebeldía de la gente, no han visto nada.
Háganse los de la vista gorda.
*
Nunca disparen sus armas de dotación contra los campesinos y la gente de
los pueblos.
Bloques José María Córdova y Caribe de las FARC-EP
VOZ DE LA RESISTENCIA
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