La lucha popular y revolucionaria continua

Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Ecuador, a 1 de Febrero, 2000. La lucha popular y revolucionaria continua (por Sergio Ramírez).

EL LEVANTAMIENTO POPULAR EN ECUADOR ALCANZO NIVELES Y OBJETIVOS SIGNIFICATIVOS. SUS ACCIONES ESTREMECIERON EL SISTEMA DE DOMINACIÓN. LA TRAICIÓN DE SECTORES CASTRENSES Y LA PRESIÓN NORTEAMERICANA Y DE SUS GOBIERNOS TÍTERES IMPIDIÓ, MOMENTÁNEAMENTE, LA INSTALACIÓN DE UN PODER POPULAR. LA LUCHA CONTINUARA POR LA SENDA MARCADA POR LA RECIENTE MOVILIZACIÓN POPULAR.

Ecuador se debate en medio de la crisis política, financiera, económica y social más grande de su historia. Los escándalos políticos, la corrupción y entrega de miles de millones de dólares de su reserva monetaria y de los ahorros del pueblo ecuatoriano a los banqueros en quiebra, terminaron con la escasa credibilidad del pueblo en las instituciones del Estado y en la clase política burguesa. El fracaso de las políticas neoliberales aplicadas por Jamil Mahuad, así como las medidas de ajuste dictadas por el FMI y el Banco Mundial, agudizaron el empobrecimiento de las capas media y la pauperización de millones de pobres, hasta superar el impresionante 78% de la población que se encuentran bajo la línea de miseria. En 1999 Ecuador registró una inflación del 60,7%, una recesión del 7,5%, padeció una devaluación de la moneda de 67%, y debió disponer una moratoria de la deuda externa de más de 13.000 millones de dólares.

La popularidad de Jamil Mahuad, quien había alcanzado en octubre del 98 un apoyo del 74% (luego de la firma de paz con el Perú), disminuyó drásticamente a un 9% en el último trimestre del año pasado. Sus declaraciones y falsas promesas (no se subirá el precio del gas en su gobierno, se firmará un acuerdo con el FMI, no se salvará a los corruptos, no se incautarán las cuentas bancarias, se reactivará la economía, etc) no lograron detener su caída. Ella se precipitó a partir del9 de enero reciente, al anunciar la dolarización de la economía ecuatoriana.

Determinación ratificada en su informe al Congreso (16.01.2000). Hecho que provocó el rechazo inmediato de los movimientos indígenas y sociales y de un amplio sector cuidadano representado en el Parlamento Nacional de los Pueblos del Ecuador. La dolarización no beneficia al pueblo ecuatoriano. Los sectores medios y empobrecidos percibirían salarios reales de entre 40 y 80 dólares, mientras la canasta básica de subsistencia ascendería, por la dolarización de los precios, a 168 dólares y a 320 dólares, registrándose un aumento de un 60% a 80% en los productos de primera necesidad.

La tasa impuesta de dolarización (1USD=25000 sucres), fue inconsulta y orientada a beneficiar a quienes adquirieron dólares, a comienzo de la administración de Mahuad, a un precio de 5200 sucres. Es decir, los grupos económicos quintuplicaban sus inversiones especulativas, mientras los sectores populares, mayoritarios, veían reducidos sus ingresos en un 20%, como consecuencia directa del incremento de la tasa al Dolar (la más alta de América Latina). Además, el Banco Central dejaba de ser emisor de moneda y rector de la política monetaria Estados Unidos sería quien emitiría las monedas. Ecuador no contaría con circulante. Tendría que tener la autorización de Estados Unidos para realizar hasta la más mínima transacción. Además, no era una medida que se orientara a la reactivación del aparato productivo sino, únicamente, a beneficio exclusivo del capital especulativo. También era inaplicable en el país, pues sus ingresos por divisas representan apenas el 15% del Producto Interno Bruto, lo cual significa que la dolarización provocaría una profunda recesión económica. Ella representa la muerte de la economía ecuatoriana. Pero, eso no era todo. En el informe citado, Jamil Mahuad se definió defensor de las empresas petroleras transnacionales. Pretendía entregarles el 80% de las reservas de crudo liviano de la región amazónica, con un valor de 80 mil millones de dólares. Además, liberarlas de todo impuesto. Esta política entreguista estaba orientada a despojarle al Estado de su más importante patrimonio como son las reservas petrolíferas.

LA FUERZA DEL LEVANTAMIENTO POPULAR

Desde octubre de 1998, se han registrado 4 movilizaciones populares en contra del gobierno y del modelo neoliberal que aplicaba. De ellas, el levantamiento indígena "Por la vida contra, el hambre" (julio de 1999) impuso una etapa de diálogos entre el movimiento indígena y sectores sociales con el gobierno. Proceso que fue roto por el propio régimen por sus engaños y manipulaciones. Los temas fundamentales acordados nunca fueron abordados (modelo económico, reactivación del aparato productivo, capitalización de la empresa pública de petróleos, etc). El levantamiento de julio, que logró congelar los precios del gas y de los combustibles de uso doméstico hasta julio del 2000, fue planteado por los sectores populares como de carácter permanente hasta evaluar los resultados del proceso de diálogo. En el último trimestre del año 99, no sólo la evaluación negativa del proceso sino, también, una política de entrega de campos petroleros sin licitación y de amenazas a los derechos colectivos de los pueblos indígenas amazónicos, así como la certeza pública de la incapacidad del gobierno de Mahud para resolver los problemas nacionales, detonó el rechazo popular. Las organizaciones y movimientos sociales y el movimiento indígena, al comprobar el grado de corrupción de la clase política, decidieron impulsar los procesos de democratización que venían construyendo desde la base social.

Más de 20 mil indígenas y campesinos arribaron a Quito, a pesar de la represión de la que fueron objeto por parte de militares y policías. Después de sortear la represión del régimen, se les prohibió el libre tránsito en todas las carreteras, no se les dejó movilizarse en automotores y fueron reprimidos por los uniformados, utilizando gases lacrimógenos y alambrados. Lograron eludir el cerco represivo en pequeños grupos, escondidos entre los víveres que transportaban los automotores. Así, ni la inteligencia militar ni policial pudieron detectar la estrategia que las comunidades implementaron para cumplir con su objetivo.

La Confederación Única Nacional de Afiliados Al Seguro Social Campesino, La Coordinadora Nacional Campesina, comerciantes minoristas, estudiantes y universidades se unieron al levantamiento. Las provincias quedaron prácticamente paralizadas, al igual que las regiones de la costa y la amazonía ecuatoriana. Mientras se preparaba el paro petrolero y aumentaba el cierre de las carreteras, el gobierno de Mahuad mentía e intentaba confundir a la opinión pública sobre los alcances de la movilización popular que exigía su salida, el cierre del Congreso Nacional y de la Corte de Justicia y reclamaba un cambio profundo de las funciones del Estado y un ejercicio real de la democracia mediante los Parlamentos locales, provinciales y el Parlamento Nacional de los Pueblos del Ecuador. El levantamiento popular era incontrarrestable. Miles de indígenas, apoyados por alrededor de 500 militares (oficiales, coroneles de la Politécnica Nacional y mandos medios que participaron en la Guerra del Cenepa), lograron tomarse El Congreso Nacional. Paralelamente a esta acción el Frente Patriótico, integrado por el Frente Popular y la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales libres (CEOSL), se apoderaron de la sede de la Corte Suprema de Justicia.

MANIOBRAS PARA DETENER EL AVANCE POPULAR

Se conformó la denominada Junta Popular de Salvación Nacional, integrada por el Coronel Lucio Gutiérrez (proclamado nuevo Presidente de Ecuador), Antonio Vargas, actual presidente de la CONAIE como vicepresidente. Ella determinó desconocer los tres poderes del Estado, solicitar el arraigo del ex presidente Jamil Mahuad y sus más cercanos colaboradores y expresar que las FF.AA. y el pueblo debían mantenerse unidos con el fin de erradicar a los políticos corruptos que habían sumido al país en la peor crisis social, económica y moral de su historia. Minutos antes, el Comando Conjunto de las FF.AA, retiraba su apoyo a Mahuad y le solicitaba la renuncia, para llamar, posteriormente, a la unidad de las FF.AA. en torno a la Constitución. Con este acto se diseñaba la respuesta del imperialismo, de gobiernos reaccionarios de la región y la oligarquía ecuatoriana, que se habían pronunciado en defensa de Mahuad: en conjunto con el mando castrense rechazaban a la Junta de Salvación Nacional. La traición de los uniformados permitió detener el proceso. En efecto, en una reunión entre el Comando Conjunto de las FF.AA y la Junta de Gobierno, el coronel Gutiérrez fue reemplazado por el Jefe del Comando, general Carlos Mendoza. En la misma madrugada, Mendoza anunció que declinaba el cargo recién asumido, y que las fuerzas castrenses habían decidido entregar el mando al Vicepresidente. Se cumplía la aspiración de la oligarquía. Ella se había pronunciado "por la defensa del orden instituido", mediante "una salida constitucional" que dejara el poder en manos del ex-Vicepresidente de la República. En el mismo sentido, se produjeron numerosas presiones desde la Casa Blanca, la OEA, la Unión Europea y gobiernos como el de Perú, Colombia, Chile, Bolivia y otros. Desde el Departamento de Estado norteamericano se amenazó con aplicar medidas de bloqueo económico similares a las impuestas contra el heroico pueblo de Cuba, si en Ecuador se rompía el "orden Constitucional".

El contubernio de las fuerzas reaccionarias designó a Gustavo Noboa como el nuevo Presidente, quien así se erige como un gobernante ilegítimo, antipopular, que continuará con la acción privatizadora y antinacional del gobierno derrocado. Se producía un simple reemplazo oligárquico en la conducción del gobierno. Noboa asumió la presidencia con el apoyo de las FF.AA. y el respaldo de Jamil Mahuad. "Nunca voy a ser un obstáculo para que Gustavo Noboa ejerza la presidencia", dijo Mahuad en un mensaje al país. "Quiero pedirles a todos que juntemos el hombro para ayudarle a gobernar: las horas que le vienen al presidente (Noboa) son muy duras", agregaba.

El líder indígena Antonio Vargas declaró que el general Mendoza "desgraciadamente nos traicionó porque él juró delante de nosotros". Además prometió "seguir luchando, lo estamos haciendo en todas las provincias, invitamos al pueblo ecuatoriano a seguir luchando en las calles". Y, consultado si reconocía a Noboa como nuevo jefe de estado, respondió: "Nosotros desconocemos, porque para nosotros era importante que todo el gobierno se vaya".

EXPERIENCIA DE LUCHA, UNIDAD Y MOVILIZACIÓN DEL PUEBLO

Noboa declaró que asumía el poder con el mismo programa de Mahuad: privatizaciones, dolarización, Estado de Emergencia y represión para restablecer la gobernabilidad oligárquica. Para lo cual, expresó: "Cuento con el apoyo de las FF.AA. y la policía nacional". En efecto, lo primero que hizo al recibir el poder de manos militares fue el ratificar el proceso de dolarización iniciado el 9 de enero, cuando Mahuad fijó una paridad de 25.000 sucres por dólar. "El proceso de dolarización continuará, ceñido a los parámetros que imponen los principios de la técnica económica y las demandas de la realidad ecuatoriana", dijo Noboa.

El pueblo que luchó contra Mahuad, lo hizo contra ese programa y no apoyará a un presunto gobierno que pretende continuar esa línea de acción. Por tanto, más temprano que tarde, la lucha popular recrudecerá. La toma de los tres poderes del Estado y gobernaciones es un símbolo que orientará hacia una lucha más vigorosa por la toma del poder. Grandes sectores del pueblo saben hoy que no sólo pueden derribar a 2 gobiernos (Bucaram y Mahuad), sino que es posible que el pueblo decida la creación y existencia de un gobierno de nuevo tipo.

El Frente Patriótico continuará la lucha por su Programa. La salida de Mahuad era uno de los objetivos, pero no se buscaba sólo un recambio personal. Las fuerzas de izquierda y populares plantean terminar con el programa neoliberal y dar paso a un programa anticrisis que castigara a los banqueros corruptos, expulsara las bases yanquis de su territorio e impulsara un desarrollo nacional independiente y popular. La clase obrera, los indígenas, la juventud, los pequeños comerciantes, las mujeres, los pobladores, conquistaron una importante victoria: derrocaron a Mahuad y avanzaron significativamente en sus objetivos. Las acciones del levantamiento popular alcanzaron una importante magnitud, consiguieron sensibilizar a un sector de oficiales de las FF.AA. que se sumaron al pueblo., alcanzaron la constitución de la Junta de Salvación Nacional.

El Levantamiento Popular, constituye una gran experiencia de lucha, unidad y movilización del pueblo ecuatoriano y sus organizaciones. Proceso en el cual el Congreso del Pueblo, el Frente Patriótico, los Parlamentos Indígenas, la CONAIE, el PCMLE y otras fuerzas impulsaron las acciones para que Mahuad se vaya y con él sus medidas antipopulares y su política al servicio del imperialismo y la burguesía. Constituyen hechos importantes la movilización masiva y combativa, el paro de los trabajadores petroleros y de otros sectores, el cierre de las carreteras, la conformación de las Juntas Patrióticas de gobierno en diversas provincias, la toma de las gobernaciones y el reemplazo de los funcionarios del régimen neoliberal, por personas democráticas elegidas por las asambleas populares.

Los sectores populares y revolucionarios comprometidos con la necesidad del cambio social no pueden sino declarar su oposición frontal y activa a los planes del sucesor de Mahuad, que encabeza un régimen que sólo significa mayor explotación, opresión, hambre y miseria para las mayorías nacionales. El pueblo continuará el combate a través de una abierta oposición a la dolarización de la economía; no pago de la deuda externa; rechazo a las privatizaciones del patrimonio nacional; alza de sueldos y salarios, que permitan a los trabajadores mejorar sus condiciones de vida; combate y sanción a la corrupción; defensa de la soberanía nacional, salida de las bases y tropas norteamericanas del país; respeto de los DD.HH., sindicales y de las libertades públicas. La organizaciones populares y revolucionarias continuarán en su lucha incesante para que el pueblo asuma el poder, por vía revolucionaria; para construir un nuevo Ecuador sin explotación, justo y solidario. Todos los sectores interesados en el cambio social, persistirán en la lucha, fortalecerán la unidad, consolidarán sus organizaciones, para continuar en la senda del combate antiimperialista, antioligárquico y contra el gobierno continuista de Noboa. Continuarán su lucha, por todas las formas y medios, por la instauración de un Poder Popular, única garantía para conquistar su auténtica libertad.

From: Comité Internacionalista Arco Iris ale.ramon@numerica.it
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