La Izquierda del FSLN ante el Foro de Sao Paulo

Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Nicaragua, a 20 de Febrero, 2000. NICARAGUA: La Izquierda del FSLN ante el Foro de Sao Paulo. Desde la Izquierda del FSLN. A nuestros hermanos y hermanas de la Izquierda Latinoamericana y del Caribe.

Hermanos y hermanas:

Para los nicaragüenses, es un orgullo recibirlos en nuestro país, la patria del General de Hombres Libres Augusto C. Sandino. Ustedes, desde cada rincón de la América Indohispana, son también nuestra fortaleza en la lucha diaria por construir la Patria Grande de Bolívar y Martí, de Sucre y San Martín, de Torrijos y Zapata, de Allende y Fidel, de Carlos Fonseca y del Che.

La Izquierda del FSLN quiere aprovechar la presencia de nuestros compañeros y compañeras del Foro de Sau Paulo, para llamar la atención sobre los efectos que hasta ahora han tenido la globalización y el neoliberalismo como escenario natural y difícil en el que se desenvuelven los revolucionarios nicaragüenses.

Creemos en la necesidad de mantener, ampliar y consolidar el Foro de Sau Paulo, como una instancia analítica de lo que pasa en América y el Caribe, como un espacio que socialice el trabajo de oposición al sistema neoliberal, como un foro que construya en el quehacer teórico y práctico una alternativa estratégica de lucha al insoportable sistema dominante, como un escenario que promueva la democratización interna al interior de los partidos y de las organizaciones populares.

Queremos expresar nuestro entusiasmo por los grandes logros democráticos alcanzados por el Presidente Hugo Chávez en Venezuela y los éxitos electorales en Chile, Argentina y Uruguay; y desde luego instarles a seguir manteniendo como primer orden de nuestras prioridades, nuestro respaldo y solidaridad con el heroico pueblo de Fidel y del Che.

Nosotros, orgullosos militantes del Frente Sandinista de Liberación Nacional y de toda su historia, que somos o hemos sido combatientes, dirigentes populares, de sectores sociales, de barrios o distritos, departamentales y nacionales del partido, queremos ofrecerles una visión alternativa sobre la situación que atraviesa Nicaragua.

El neoliberalismo -gerenciado por el corrupto gobierno del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), encabezado por Arnoldo Alemán-- ha causado una verdadera hecatombe social, confiscando por la vía del mercado los derechos del pueblo a la salud, al empleo, a la educación, al bienestar social, a la tierra, al crédito, a la organización. Pretenden acabar con la pobreza, exterminando físicamente a los pobres. Las mujeres y los niños son las principales víctimas del sistema. Nicaragua ahora ocupa el penúltimo lugar del continente en índices de pobreza. Según cifras de Naciones Unidas, más de la mitad de la población vive en la miseria.

La crisis socioeconómica del país, es ahora mucho más grave, tras el paso del huracán Mitch. Desde Octubre de 1998, decenas de miles de familias campesinas damnificadas, están abandonadas a su suerte.

La libertad de organización y movilización, una conquista de la Revolución, es ahora apenas una declaración de intenciones. La juventud nicaragüense, otrora rebelde por las causas populares y orgullosa exponente de la identidad nacional, está ahora sometida a una ideología extraña a nuestra idiosincracia. Escuelas, colegios, universidades y medios de comunicación transmiten una versión falsificada de la historia nacional, burdamente manipulada, para sembrar en los jóvenes la sumisión y la obediencia ciega a los paradigmas del mercado.

Tenemos un gobierno neosomocista, que además de cumplir con todas las políticas económicas imperialistas, tiene como meta destruir totalmente al sandinismo como opción revolucionaria y, si observamos serenamente sus acciones, ha venido avanzando rápidamente en ese objetivo, sin encontrar mucha resistencia de nuestra parte.

Este gobierno se sigue aprovechando de nuestra debilidad para avanzar. Y su escenario ideal sigue siendo que nosotros abandonemos las calles, renunciemos a nuestros compromisos revolucionarios y nos quedemos negociando en el parlamento o subordinándolo todo a la esperanza electoral; prestos, quizás a compartir la administración de las políticas neoliberales, o aspirando migajas del poder.

Para la izquierda del FSLN la crisis de Nicaragua es de tal profundidad, que la única manera de resolverla es recuperar el poder político en todos los niveles (local, legislativo y nacional) para emprender un proceso de transformaciones estructurales que posibilite la reconstrucción del país sobre la base de la justicia social y la democracia participativa.

Identificamos como uno de los objetivos fundamentales del proyecto revolucionario en la Nicaragua del siglo XXI, reconstruir la economía nacional a partir de la consolidación y el desarrollo de las empresas asociativas de los trabajadores, de las cooperativas del campo y la ciudad, y de los pequeños y medianos productores, en cuyo derredor podemos construir un nuevo modelo de sociedad.

En ese sentido, un gobierno revolucionario debe privilegiar con sus políticas económicas a esos sujetos y recuperar la función social del Estado en los ámbitos de educación, salud y seguridad social.

Es también un elemento sustancial de un programa revolucionario, la defensa de las libertades democráticas y la lucha contra la corrupción. Nosotros, que hicimos el gobierno más honesto de la historia de Nicaragua, debemos hacer nuestro el clamor popular por acabar con el saqueo del erario público, el enriquecimiento ilícito de los gobernantes y el estilo nepótico y autoritario para ejercer el poder.

En los próximos 20 meses está previsto organizar en Nicaragua votaciones municipales --en noviembre próximo-- y comicios generales un año después. La Izquierda del FSLN estima que para un partido revolucionario, las elecciones son un proceso político para ganar la conciencia de los ciudadanos y su voto masivo a favor de las transformaciones estructurales que necesita el país. Y como parte de ese proceso, es indispensable asumir como propias las luchas de todos los sectores sociales y económicos atenazados por las políticas neoliberales.

Para la Izquierda del FSLN, ganar las elecciones es un requisito indispensable para acometer la transformación revolucionaria de nuestro país. Sin embargo, también es un requisito ganar con la mayor cantidad posible de respaldo ciudadano. No es posible resolver la crisis nacional, sin transformar el modelo estructural capitalista. Y no es posible emprender esa transformación sin ganar el voto consciente de la mayoría de los nicaragüenses.

Con la reformas políticas pactadas por la dirección del FSLN con el partido de gobierno, para ganar las elecciones es suficiente el 35 por ciento de los votos. Pero para emprender las transformaciones revolucionarias que necesita el país, los sandinistas necesitamos ganar con más del 50 por ciento del respaldo ciudadano.

Recuperar el gobierno con mayoría electoral pero minoría social, no sólo no nos permitirá realizar esas transformaciones, sino que además nos obligará a servir de gerentes del neoliberalismo.

Las reformas pactadas han significado un franco retroceso en las libertades democráticas. Es un verdadero contrasentido que mientras el FSLN hizo del pluralismo político uno de los pilares fundamentales de la Revolución Popular Sandinista, el pacto entre el gobierno del PLC y los dirigentes de nuestro partido, siente las bases para un sistema político bipartidista y excluyente, tal y como funcionó durante el somocismo.

Es también otro contrasentido, que mientras el 78 por ciento de los nicaragüenses se debaten en la pobreza como resultado directo de la aplicación de la restauración del capitalismo, la bancada parlamentaria del FSLN aprueba la reducción del presupuesto para salud y educación; propicia la condiciones jurídicas y políticas para liquidar las empresas de los trabajadores; y considera la posibilidad de respaldar los proyectos de ley del gobierno mediante los cuales se privatiza el sistema de pensiones, a pesar de la oposición unánime de todo el movimiento sindical.

El Frente Sandinista de Liberación Nacional, a nuestro juicio, tiene dos grandes objetivos a alcanzar en el corto y mediano plazo:

1. Organizar al pueblo para luchar contra el neoliberalismo, contra la pretensión de imponernos no sólo una economía de mercado, peor aún una sociedad de mercado, y contra la restauración neosomocista. Ello implica ejercer una sistemática política de oposición al gobierno de Alemán, desgastarlo incesantemente, sin hacerle concesiones y respaldar activa y decididamente, las reivindicaciones de todos los sectores sociales. En otras palabras, poner fin al pacto con los herederos del somocismo y poner en primer plano la lucha popular.

2. Disponer todo el tendido partidario territorial, municipal, departamental y nacional del partido en función de ganar las elecciones municipales del año 2000, las elecciones nacionales del año 2001 y las elecciones de la Costa Atlántica en el 2002. Entre otras cosas, eso significa recuperar a las decenas de miles de sandinistas alejados de nuestras filas, multiplicar las asambleas de base en todas las juntas receptoras de votos, conducir políticamente y de manera transparente el proceso de selección de candidatos y elaborar un plan de gobierno alternativo al neoliberalismo.

Es un requisito indispensable, para el éxito de ambas tareas, fortalecer la unidad del sandinismo y de los sandinistas, la cual es imprescindible para la victoria, bajo la premisa que la unidad no es obediencia ciega, pues se construye en cada momento, sobre cada posición y se ejercita en la acción. Compañeras y compañeros del Foro de Sau Paulo:

Una disyuntiva recorre a los partidos de izquierda de América Latina y del Caribe: emprender la democratización interna y buscar una estrategia alternativa de lucha, o sumarse a las fuerzas del mercado a través de un pacto con los representantes del capitalismo represivo y depredador.

La situación no es fácil para los partidos de izquierda, pero debemos establecer los límites de nuestro compromiso con las fuerzas del sistema. A raíz del colapso del bloque socialista y de la pérdida de identidad política, los partidos de izquierda latinoamericanos, seguimos adoleciendo de propuestas innovadoras que entusiasmen a las masas para hacer frente a los problemas históricos de la pobreza y el subdesarrollo.

Por el contrario, con frecuencia las fuerzas de izquierda ofrecemos la impresión que hemos aceptado las reglas del juego del sistema: disputar electoralmente el gobierno, pero no el poder; disputar la riqueza a través del mercado, pero no para los trabajadores, sino para las elites de la clase política.

El diálogo, la negociación, las políticas de alianza, han sido siempre instrumentos legítimos de la izquierda para apuntalar las opciones democráticas. A nuestro juicio, ese no es el caso del pacto con los herederos del somocismo.

Una cosa es establecer alianzas como las del Partido Socialista Chileno y otra es pactar con Pinochet o con el régimen somocista de Arnoldo Alemán. Una cosa es combinar el régimen parlamentario con la lucha popular, como se hace en Ecuador y otra cosa es cancelar la oposición al régimen de Arnoldo Alemán, como lo hace la dirigencia actual del FSLN.

Una cosa es combinar la alianza con los empresarios a partir de la alianza con los movimientos sociales, como se hace en Brasil y otra cosa es convertir a nuestra dirigencia en empresarios y hostigar a las organizaciones populares que luchan por su autonomía como lo hace la actual dirigencia del FSLN.

Somos optimistas. Tenemos confianza en nosotros mismos, en los sandinistas, en el pueblo nicaragüense. Estamos convencidos que sabremos encontrar las respuestas adecuadas para continuar unidos levantando las banderas de Sandino, así como también tenemos la certeza que nuestros hermanos y hermanas de la izquierda de todo el mundo, avanzarán en la medida de sus propias circunstancias, en la meta común de construir el socialismo.

¡Sandino Vive!
¡La lucha sigue!
Patria Libre o Morir

IZQUIERDA DEL FRENTE SANDINISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL

Managua, 18 de Febrero de 2000

From: Comité Internacionalista Arco Iris ale.ramon@numerica.it
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