Sin Pueblo no hay Revolución

Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Venezuela, a 26 de Enero, 2000. Sin Pueblo no hay Revolución, por Juan Contreras.

Está de moda hablar de revolución casi por repetición de las palabras del Presidente de la República Bolivariana de Venezuela. Antes, pronunciar esa palabra, significaba espíritu de rebelión, característica de subversivo, disposición de alteración del orden público, y un intento de derrocamiento radical del poder burgués para implantar la dictadura del proletariado.

El Presidente Hugo Chávez Frías habla de la revolución pacífica que implica una gran cuota de sacrificio, conlleva a esfuerzos que deben ir paso por paso sin proponerse saltos bruscos, y lo que es muy importante, es necesario tener conciencia que los logros revolucionarios no se conquistan de la noche a la mañana, sino que requieren del tiempo indispensable para cristalizar en la realidad.

Toda revolución y fundamentalmente si es pacífica, tiene muchos y difíciles obstáculos en el camino. Las sociedades que han sido construidas con un hermetismo burocrático, corroen tanto las bases que se hace largo el proceso de depuración para limpiarlo y darle paso a las luces que iluminen con claridad los diversos senderos y órdenes de la vida económico-social. Toda la historia de Venezuela, desde el momento en que se hizo República, ha estado signada por ese burocratismo que enquistó, tanto el caudillismo como los partidos políticos, hasta los tuétanos de las distintas expresiones organizativas de la administración pública y privada. Y ese burocratismo ha generado, entre tantos males trágicos y superdañinos, la corrupción que ha dilapidado la mayor parte de la riqueza que ha debido ser invertida en fuentes productivas, porque son las que realmente generan beneficios de carácter social.

Lamentablemente, muchos que se muestran partidarios del Presidente Hugo Chávez Frías han entendido el concepto de revolución como un proceso para obtener beneficios personales y cuando más amplio, familiar. Muchos no han comprendido que los más comprometidos con el programa de gobierno del Presidente, deben ser los primeros a la hora del sacrificio, los primeros al momento del trabajo creador y los últimos en devengan beneficios particulares.

Es necesario tener conciencia, en este interesante proceso histórico que vive el país y entendiendo la tragedia que ha enlutado a toda la nación, que el pueblo es realmente el soberano como lo expresa el primer mandatario de la República Bolivariana de Venezuela. A él debemos todo nuestro pensamiento y nuestra acción para que conquiste su sueño, ese sueño por el que dieron la vida los más ilustres hombres y mujeres de nuestra historia, y a cuya cabeza nunca brilló nadie más alto que el Libertador Simón Bolívar.

El Presidente Hugo Chávez Frías es el primer timonel del proceso, es el líder que recoge las verdaderas aspiraciones del pueblo, y por consiguiente, los dirigentes que le acompañan deben tener claridad que un pueblo organizado y concientizado es la fuerza más propulsora de los auténticos cambios que proyectan el progreso y el bienestar común. Por consiguiente, no es alejándose de los sectores populares para incrustarse detrás de oficinas como se debe hacer la política revolucionaria en procura de apoyo y solidaridad con las ideas de redención propuestas por el Presidente Hugo Chávez Frías. Es, más bien, metiéndose en los municipios, en las barriadas, en las urbanizaciones, en los caseríos, en los sitios donde haya pueblo, para que hablando con las comunidades se ventilen sus distintas problemáticas, se busquen las soluciones y se pueda llegar a compaginar armónicamente su práctica revolucionaria con las proposiciones y políticas económicas y sociales del Gobierno Central.

No puede ser que para muchos compañeros la Revolución Bolivariana encabezada por el Presidente Chávez, se convierta en sólo buscar una participación burocrática en la administración pública y resolver sus problemáticas particulares, descuidando la realidad y las dificultades que padecen las comunidades mayoritarias de la población. La burocracia va en perjuicio de la organización popular, de la educación de las masas, de las movilizaciones del pueblo, y de las reales esperanzas que han motivado a los venezolanos a romper con el denigrante pasado del bipartidismo para enfilarse, con firmeza, por el programa de cambios que ha ofrecido el Presidente de la República. El pueblo venezolano está clarísimo en que se trata de ampliar y perfeccionar la democracia participativa, y que la representativa ya jugó su papel y perdió completamente su vigencia en el nuevo proceso histórico de la Quinta República.

Es la hora de dar pasos hacia delante, mirar el futuro con fe pero también saber que el presente nos depara dificultades que deben ser superadas con el fervor y la solidaridad del pueblo venezolano con sus máximas autoridades. De lo contrario, el Presidente irá por un lado, mientras muchos de sus allegados marcharán en contra vía obstaculizando su proyecto de justicia propuesto al pueblo venezolano. Si no se da un salto cualitativo contra el burocratismo, como fuente permanentes de males que dificultan los procesos revolucionarios, no entenderemos jamás que el proyecto del Presidente Hugo Chávez Frías debe contar, en primera instancia, con el apoyo de un pueblo que ya no es capaz de retroceder en sus anhelos de justicia social.

Es la hora del sacrificio colectivo, no para pensar en el beneficio particular, sino en el bienestar que se conquistará para un pueblo que lleva toda su historia sometido a la miseria, y que ya está harto de los falsos ofrecimientos de gobiernos anteriores, y que espera, por eso brinda su mayoritario apoyo al actual Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, que en el menor corto tiempo posible, sin mayores traumas, pueda disfrutar de mejores y más dignas condiciones de existencia humana.

From: Comité Internacionalista Arco Iris ale.ramon@numerica.it
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