PCV: Proceso de la Revolución Bolivariana en Venezuela

Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Venezuela, a 21 de Marzo, 2000. VENEZUELA: PCV: Proceso de la Revolución Bolivariana en Venezuela. Desde: Partido Comunista de Venezuela, Secretaria de Relaciones Internacionales

PROCESO DE LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA EN VENEZUELA
(CARACTERIZACIÓN DEL ACTUAL MOMENTO POLÍTICO VENEZOLANO)

(Trabajo de investigación política para ser presentado en el encuentro Juarista Bolivariano a realizarse en la ciudad de México, D.F., el día 24 de marzo de 2000)

La dinámica del actual proceso político venezolano está caracterizado por la confluencia de fenómenos y particularidades de los cambios estructurales en marcha que conforman los soportes de apoyo y la base del proceso bolivariano revolucionario pacífico iniciado en 1998 con el masivo triunfo electoral del legendario Comandante Hugo Chávez Frías, ideólogo y jefe indiscutido de la insurgencia militar del 4 de Febrero de 1992.

LOS ACONTECIMIENTOS POLÍTICOS Y SOCIALES SE HAN PRECIPITADO DESDE EL TRIUNFO DE CHÁVEZ EL 6 DE DICIEMBRE DE 1998 Y LA TOMA DE POSESIÓN EL 2-F-99. LA PERDIDA DE LA GESTA POPULAR Y REVOLUCIONARIA DEL 23 DE ENERO DE 1958.

La velocidad de los cambios operados desde el gobierno y con la presencia del pueblo en la calle ha sido tal que a partir del 2 de febrero de 1999, es decir 13 meses de proceso revolucionario en marcha, han significado el predominio de la lucha política en términos macros como una estrategia previa para el proceso de refundación de la Patria y construcción de la V República que ha puesto en evidencia la participación masiva de sectores sociales como nuevos actores sociales.

No puede suponerse un proceso político de tales magnitudes sin la confrontación clasista de los actores del proceso social, los enfrentamientos y desgarraduras de los sectores que aún detentan el poder económico pero que han perdido todo el poder político nacional y están a punto de perder el poder político regional, municipal y local.

Naturalmente, el año transcurrido de inicio de un peculiar proceso revolucionario fue posible gracias al dislocamiento y virtual desaparición de los actores políticos y soportes del modelo neo colonial de la seudo democracia que se inicia a partir de febrero de 1959, después que, un año atrás, fue derrocado por una insurgencia cívico-militar el gobierno dictatorial y tiránico de la administración militar-policial de Marcos Pérez Jiménez, entronizado en la dirección del país durante 10 años, cuando es derrocado el escritor y educador Rómulo Gallegos en 1948 en un golpe de Estado. Desviado por las cúpulas derechistas de AD, COPEI y URD de sus objetivos libertarios el proceso revolucionario y popular del 23 de Enero d 1958, segregados los comunistas y otros sectores revolucionarios del naciente proceso democrático; impuestas unas elecciones inoportunas por los sectores de la derecha de AD y los otros dos partidos, de la oligarquía y de imperialismo, tras imponerse el macartismo y el anti comunismo de los gobernantes norteamericanos propio de la Guerra Fría.

Truncado el proceso social revolucionario, distorsionados los instrumentos que podían permitir la formación organismos de poder popular paralelos como lo era la Junta Patriótica que dirigió las luchas finales por el derrocamiento de la dictadura y que había apuntalado el gobierno cívico-militar provisional; producidos errores de la vanguardia revolucionaria (Partido Comunista de Venezuela, izquierda de AD y URD) que admiten congelar las luchas obreras por los nuevos contratos colectivos y por las mejoras sociales y salariales, igualmente admiten unas elecciones sin que antes se produzca un proceso constituyente y una nueva Constitución que aboliera la Constitución militar vigente aún en aquellos momentos; le fue relativamente fácil al imperialismo, a la oligarquía y a las cúpulas dirigentes derechistas de AD, COPEI y URD imponer una elecciones que ganaron con relativa facilidad y donde comenzó a entronizarse el fraude electoral que se perfeccionaría durante 40 años.

Del control del gobierno y del naciente parlamento nació una Constitución, con elementos de avanzada pues el movimiento revolucionario tenía una cuota parlamentaria de cierta importancia y aún el radicalismo del movimiento popular se hacía sentir en el país, que le fue impuesta al pueblo; una Carta Magna que no nació de la consulta popular, que retrocedió incluso con relación al proceso constituyente de 1946 impulsado por AD desde el poder. El Congreso nacido de las elecciones de diciembre de 1958 se auto proclamó constituyente y asumió unas funciones que el pueblo no le había otorgado, y a partir de allí nace una democracia representativa cojitranca, chucuta que fue el mascarón de proa del neo colonialismo y el freno del desarrollo nacional y soberano de la economía independiente del país y la realización de la siempre postergada justicia social.

DEL REFERÉNDUM CONSULTIVO A LA ASAMBLEA
CONSTITUYENTE Y A LA CONSTITUCIÓN BOLIVARIANA

Sin conocer la dinámica de la política venezolana y sus intrínsecas peculiaridades, sin hacerle un seguimiento, por ejemplo, al proceso que genera el estallido insurreccional popular del 27 de febrero de 1989 por el hambre y la miseria de las mayorías nacionales por las políticas anti populares y pro imperiales y oligárquicas de los gobiernos de los años precedentes, y como respuesta a las políticas shock del paquete neoliberal que impuso el FMI, la oligarquía nacional y el gobierno de Carlos Andrés Pérez y su partido AD. Sin el conocimiento de esos y otros elementos no puede entender el proceso venezolano actual.

¿Cuáles han sido los más importantes elementos de este primer año del proceso revolucionario?

El llamado hecho por el Presidente Chávez el día de su toma de posesión a un referéndum consultivo para ver si el pueblo quería un cambio de constitución o no y si quería una asamblea nacional constituyente. Se comienza así a poner en práctica lo expuesto en el programa de gobierno durante la campaña electoral de 1997-98 de llamar a un referéndum para consultar si se quería cambiar la Constitución y elaborar una nueva que fuese aprobada por el pueblo o rechazada en otro referéndum aprobatorio o revocatorio.

El 25 de Abril de 1999 se realizó el Referéndum y la absoluta mayoría de los votantes aprobó convocar a una Asamblea Nacional Constituyente para redactar un nuevo Contrato Social. Esa votación significó una segunda gran derrota para los partidos del status: Acción Democrática, COPEI, Proyecto Venezuela. Ya antes, en diciembre de 1998 y en las semanas previas, se había producido el más insólito y absurdo proceso de errores y desaciertos políticos de los factores políticos y económicos de poder que tres días antes de las elecciones le son quitados las candidaturas presidenciales a Alfaro Ucero, de AD, e Irene Saez, de COPEI para apoyar a un oligarca de extrema derecha que siempre los despreció e ignoró, Salas Römer, en la ilusa creencia de que podrían frenar el triunfo arrollador del pueblo a través del Comandante Chávez. Vencido Salas, arrastró consigo a los viejos partidos al foso de los trastos inservibles y comienza una nueva etapa para Venezuela.

Aprobada en el Referéndum la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente se inicia el proceso electoral donde nuevamente la derecha tradicional es derrotada en términos aún mayores que las dos anteriores, eso puede medirse en que de 130 constituyentes elegidos, apenas 7 representaban a la derecha, el resto obedecía al movimiento bolivariano y compendiaba un gran espectro de revolucionarios de distintas épocas, no sólo militantes del Movimiento Quinta República (MVR) sino de un espectro mayor: militantes comunistas, bolivarianos, ex militares de los procesos insurgentes del 4 de Febrero y del 27 de Noviembre de 1992; independientes progresistas, empresarios, periodistas, defensores de los derechos humanos, ecologistas, escritores y poetas, obreros y campesinos hasta los representantes de las minorías indígenas, hecho absolutamente novedoso en la política venezolana y un atrozmente atrasado acto de justicia social. En síntesis, comenzó a ponerse en práctica, por vez primera con conciencia, que la soberanía residía en el pueblo.

CONSTITUYENTE, CONSTITUCIÓN Y LUCHA POLÍTICA

Un hecho digno de comentar y resaltar en ese proceso que nace con el Referéndum del 25 de abril de 1999, es el referente al debate nacional que se inicia en las comunidades, centros de estudio y de trabajo, plazas públicas, cuarteles y todo lugar donde existan núcleos humanos mínimamente organizados, incluso sin estarlo. En los anales de la república venezolana no se había dado nunca una participación tan masiva y monumental en el proceso de discusión y elaboración de un nuevo texto constitucional como el que se produjo desde esa fecha hasta mediados de diciembre, cuando el nuevo texto constitucional aprobado es sometido nuevamente a un referéndum aprobatorio.

Educadores, artistas y trabajadores culturales, profesionales, militares activos y retirados, grupos de trabajadores, estudiantes, empresarios progresistas, clero, grupos protestantes y de otras órdenes religiosas, grupos femeninos, grupos por los derechos humanos, ecologistas, etnias indígenas, sectores de la tercera edad, niños y jóvenes, presidiarios, partidos políticos de la derecha, de la izquierda revolucionaria; absolutamente todos los sectores se incorporaron al proceso de discusión del nuevo texto constitucional o hicieron nuevas propuestas ajustadas a los intereses que representaban; aún los más apáticos e indiferentes participaron, tal era el fervor que creó el proceso constituyente. Jamás la democracia se había manifestado en Venezuela con tanta fuerza y nunca el pueblo había sido tan consultado y había opinado sobre algo tan importante y trascendental como lo era crear una nueva constitución. Era el pueblo soberano en acción.

Miles de propuestas de la sociedad civil organizada, de personalidades e individualidades llegaron a la Asamblea Nacional Constituyente y sirvieron de soporte en las discusiones, enriquecieron los debates e hicieron que la gente participara. Claro, no llegó a concretarse el proceso de organizar al soberano, el pueblo en procesos constituyentes de abajo hacia arriba. El concepto del nuevo poder no significó depositar de manera total ese poder en el soberano en el sentido que la constituyente se organizara como poder popular desde abajo, de la célula fundamental de la sociedad: la comunidad, la parroquia, el municipio, la región o Estado; en cierto modo reprodujo aspectos del viejo orden en el sentido de una Constituyente, especie de Congreso pero sin los atributos del poder constituido sino supra constitucional, pero con vínculos parciales con el pueblo, no totales, eso evidentemente limitó el paralelismo o la dualidad de poderes como lo querían muchos sectores que no tenían ni organización ni fuerza suficiente para que se diera en esos términos.

Sin embargo el proceso constituyente fue ampliamente democrático, participativo; los debates en su seno se trasmitieron públicamente por lo menos en dos canales de TV (VTV Canal 8, del Estado, y Globovisión, Canal 33); pero además se organizaron decenas de videos-conferencias entre las diferentes Comisiones de la ANC y grupos comunitarios para discutir aspectos específicos, escuchar las opiniones y planteamientos de las comunidades organizadas y debatir con éstas. No podrá decirse nunca, entonces, que el pueblo venezolano no participó en el proceso de elaboración de la nueva Constitución, mucho menos negar que hizo aportes fundamentales al punto que esa participación fue decisiva en el proceso de elaboración del nuevo texto constitucional que refleja en mucho la composición social y clasista de los nuevos actores del proceso social venezolano.

LA CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

Carlos Leal

I

El pueblo venezolano aprobó el pasado 15 de diciembre de 1999 un nuevo texto constitucional que regirá su vida política. Esta experiencia, única en su género en la historia republicana, tiene factores dignos de ser mencionados.

El proceso constituyente, es un mecanismo que utiliza toda sociedad como un medio para resolver la crisis que la afecta, (institucional, legitimidad, política, social, económica) en el mismo se involucran diferentes fuerzas (políticas, sociales, económicas, religiosas, etc.), en un intento por canalizar, orientar y resolver la crisis presente en el cuerpo social.

El desarrollo de las luchas entre las diferentes fuerzas, producirá modificaciones en el cuerpo social, siendo marcadas éstas por la concepción político-filosófica de la fuerza triunfante. El escenario natural de estas luchas es la llamada Asamblea Nacional Constituyente y su resultante puede ser: 1. Un Nuevo Estado (si se trata de una revolución) 2. Una Nueva Constitución que no altere en su esencia la estructura político-económica-social.

Podemos esquematizar los planteamientos anteriores de la siguiente manera: Sociedad -" Crisis -" Poder Constituyente -" Asamblea Nacional Constituyente -" Constitución Nacional o nuevo Estado -" Comienza nuevo ciclo de lucha política de las clases por el control y mantenimiento del poder político.

II

Considerada como la más profunda crisis estructural que haya padecido el capitalismo mundial, caracterizada con un resentimiento del sistema financiero y depresión de los aparatos productivos, con su consiguiente incrementos en el desempleo y las tasas de inflación y los procesos de fusión de grandes masas de capitales, se ha expresado con mayor fuerza en América Latina como en ningún otro momento histórico.

En Venezuela, la rebelión popular del 27-F de 1989, fue la expresión de rechazo a la política antipopular y neo liberal que en ese instante implementaba el gobierno de CAP, siguiendo orientaciones del F.M.I. Una serie de acontecimientos políticos y sociales (donde se desarrollaron aproximadamente 4.000 manifestaciones y hechos de masas de diferentes índole) culminó con la destitución de CAP de la presidencia de la República, y marcó la fase de desarrollo de la crisis económica, política y social de Venezuela y activó el Poder Constituyente del pueblo venezolano. El levantamiento militar del 4-F de1992 liderizado por el actual presidente, Hugo Chávez; la acción civico-militar del 27-N del mismo año; el breve paseo presidencial de Octavio Lepage y el interinato de Ramón J. Velázquez para culminar el período presidencial del CAP, además del triunfo del Caldera, fuera del marco del puntofijismo, sentenció a muerte al bipartidismo adeco-copeyano que gobernó a la sociedad venezolana en los 40 años precedentes.

III

La Constituyente como propuesta política se presenta en el escenario electoral la cual, logra polarizar al país en dos grandes bloques: sus defensores y sus oponentes. La oposición bipartidista, defensora de los 40 años de gobiernos antidemocráticos (AD-COPEI) cierra fila con la candidatura de Salas Römer para enfrentar a Hugo Chávez Frías. El adelanto de la elecciones parlamentarias (Nov. 98), mostró el desespero de los opositores de la Constituyente para cerrar el paso a esta propuesta política. La aceptación popular a la Constituyente propinó una derrota al bipartidismo, que completó el 6 de Diciembre de 1998 con el triunfo de Chávez a la presidencia. A partir de ese momento la idea de la Constituyente se convierte en política oficial del gobierno, culminando el pasado 15 de Diciembre con la aprobación mediante referéndum de la Constitución Bolivariana.

IV

Durante el proceso de elaboración y aprobación de la Constitución Bolivariana, se levantó la lucha de clases de manera irrevocable, de un bando los explotadores y saqueadores de la nación. Del otro el pueblo en general. Desde la denominación bolivariana, pasando por el derecho a la información veraz y oportuna fueron criticados numerosos artículos que lesionaban los intereses económicos de los sectores y grupos económicos venezolanos.

A diferencia de la Constitución del 61, la cual el bipartidismo adeco-copeyano se encargó que el pueblo desconociera, la aprobada el 15 de diciembre tuvo una masiva difusión popular.

Veamos algunos artículos de la Constitución Bolivariana. Artículo 1. Define la república como bolivariana. Al efecto, asume la doctrina política y filosófica del libertador.

Artículo 2. Venezuela se constituye en un Estado, a diferencia de la Constitución del 61 que no definía quien se constituía en Estado. Artículo 5. Acerca de la Soberanía, la cual reside intransferiblemente en el pueblo, a la cual están sometida todos los órganos del Estado que emanan de ella.

Artículo 45. Referido a la desaparición forzada de personas. Este artículo prohíbe la política de desaparición que se aplicó como instrumento represivo durante un lapso bastante largo del bipartidismo. Artículos 62 y 168. Posibilitan el ejercicio del poder por parte de las comunidades organizadas.

Capítulo V De los Derechos Sociales y de la familia.
Capítulo VI De los Derechos Culturales y Educativos.
Capítulos VIII y IX Derechos de los pueblos indígenas y Derechos ambientales respectivamente.
Artículos 72. Sobre la revocabilidad de los cargos públicos.

LOS PUEBLOS INDÍGENAS Y LA CONSTITUCIÓN BOLIVARIANA
Esteban Emilio Mosonyi

Venezuela estrena una nueva Constitución, la Constitución de la República Bolivariana del año 1999, la cual -entre otros elementos progresistas- significa un sustancial avance en materia de derechos humanos, y de derechos indígenas en particular. Venezuela es un país con un historial muy accidentado en lo referente a las llamadas "políticas indigenistas". Para resumir, hemos sido un país extremadamente etnocida hasta el año 1960. No obstante, a mediados de los sesenta surge una corriente de opinión muy fuerte en apoyo de las etnias y comunidades indias, la cual se debe a la conjugación del esfuerzo de los primeros movimientos propiamente indígenas de reivindicación socioeconómica y cultural, y de participación política, por un lado; con un arduo trabajo, primero intelectual y luego cada vez más comprometido, de un sector de profesionales ligados mayormente a las ciencias sociales y vinculados con la Universidad Central de Venezuela. El movimiento que reseñamos siempre ha hecho hincapié en el valor y significado intrínsecos de las sociedades y culturas amerindias como tales, inclusive sus respectivas lenguas e identidades. Ha habido, además, un énfasis permanente en la autogestión y autodeterminación étnicas, sin que ello significase su separación del contexto nacional y latinoamericano ni su estancamiento como culturas inmóviles, detenidas en el tiempo y en el espacio. Podría argüirse el progresivo insurgir de iniciativas similares en el resto del escenario latinoamericano y mundial, pero los congresos y encuentros internacionales -y no solamente la reunión de Barbados de 1971- atestiguan a plenitud el papel de vanguardia desempeñado por el indígena venezolano y sus aliados más consecuentes.

Sin embargo, el oscurantismo subsiguiente que se impuso en los dos últimos decenios finiseculares provocó una rémora terrible, transcurrida entre peleas con las misiones evangélicas 'Nuevas Tribus', de corte fundamentalista; diatribas con presidentes y ministros reaccionarios, petulantes, represivos; enfrentamientos muy peligrosos con fuertes intereses económicos tanto nacionales como transnacionales.

Afortunadamente, tanto el indio como sus aliados contaron siempre con el apoyo de la Iglesia Católica, incluyendo sus más altos niveles jerárquicos. De esta forma, la palabra "indio" fue haciéndose tabú -al menos para Lusinchi- y la noción de pueblos indígenas se diluyó en el limbo de la invisibilidad y cuasi inexistencia jurídica. Hasta que apareció en escena el nuevo régimen del Comandante Hugo Chávez Frías.

La Asamblea Constituyente, anunciada por el Presidente de la República desde antes del triunfo electoral, se avocó con carácter bastante prioritario a la redefinición del estatus de los pueblos en el marco político nacional. Para ello tuvo que superar terribles obstáculos, pues ni siquiera los partidarios acérrimos del Comandante estaban todos de acuerdo en favorecer a las comunidades aborígenes. Menos aún lo estuvo la débil pero vociferante oposición cuyos planteos recibieron un trato privilegiado en los medios.

En términos muy compactos, podemos afirmar que la nueva Constitución recoge el carácter oficial, a la vez que patrimonial, de las lenguas indígenas (Art. 9); la legitimidad de las sociedades y culturas autóctonas (Art. 119); la obligación por parte del Estado de consultar a los indígenas sobre el uso de los recursos naturales en sus hábitats (Art. 120); su derecho a una educación propia, intercultural y bilingüe (Art. 121); el compromiso oficial de brindarles una salud integral respetando su medicina tradicional (Art. 122); la promoción de prácticas económicas basadas en la reciprocidad, solidaridad e intercambio (Art. 123); la garantía de la propiedad intelectual de sus conocimientos y tecnología (Art. 124); y su participación política (Art. 125).

Quienes hemos involucrado en estas luchas hace largos años podemos percatarnos de que este articulado recoge la mayor parte de las aspiraciones y reivindicaciones de los pueblos indígenas, sin entrar en contradicción con la integridad, seguridad y soberanía de Venezuela o de cualquier país latinoamericano si tal fuere el caso. Está, además, alineado con los principios del Convenio No. 169 sobre Pueblos Indígenas y Tribales, emanado de la Organización Internacional del Trabajo en el año 1989. Este avance constitucional es fuente de grandes esperanzas y expectativas para toda la población indígena del país, cada día más organizada y con mejor representación ante las instancias públicas y privadas. Más, al mismo tiempo, resulta evidente que un texto constitucional tiene que ser convenientemente instrumentado a través de leyes y reglamentos específicos. El presidente Chávez ha demostrado de manera fehaciente su excelente disposición para con los pueblos indios y su intención de resolver sus problemas y atender a sus aspiraciones. Pero aun con la mejor voluntad política harán falta varios años para notar un mejoramiento perceptible en todas las esferas de la problemática indígena.

Olavarría, Franceschi, Randolph Brewer Carías, Claudio Fermín y otros han difundido la especie de que la nueva Constitución le regala más del 50% del territorio a las comunidades indígenas. Tal exabrupto es notoriamente irreal no sólo porque en ninguna parte del texto constitucional aparece algo que pudiera interpretarse como la renuncia del Estado a su plena soberanía en las zonas indígenas, sino por cuanto hasta hoy no se ha hecho nada concreto por mensurar y delimitar los respectivos hábitats. A este respecto conviene comentar que en el supuesto negado de que los indígenas hubiesen decidido declarar su independencia total y crear su Estado propio -algo que no está previsto en sus culturas ancestrales- no habrían tenido que esperar la aprobación de esta Constitución, que ciertamente no les brinda ese derecho, ni mucho menos pedir permiso al Estado venezolano para declararse en rebeldía y secesión.

Finalmente, cabe otra advertencia. Como todos los gobiernos anteriores, también el de Chávez parece tener su propia política de conquista del Sur, vale decir, la intervención de la selva pluviosa amazónica con su secuela de deforestaciones, minería biodegradante, erección de ciudades y grandes obras de ingeniería altamente desarrollistas. Los planes del gobierno no revisten hasta ahora un carácter rígido e irreversible. Si de rectificar el rumbo se trata, el movimiento indígena y sus aliados tienen mucho que decir, y sobre todo hacer, al respecto.

LAS MEGA ELECCIONES, ÚLTIMA ETAPA PARA DESMONTAR
EL VIEJO ESTADO Y COMENZAR A CONSTRUIR LA V REPÚBLICA

El proceso de cambios estructurales ha permitido ir desmontando el viejo Estado neo colonial nacido de la desviación del proceso revolucionario y de la gesta heroica del 23 de Enero de 1958. Así fue totalmente desmontado el sistema judicial corrupto que había dejado a Venezuela sin estado de derecho. Igualmente fue disuelto el parlamento nacional y los parlamentos regionales; se cambió el nombre de Congreso Nacional por el de Asamblea Nacional y quedó abolida la Cámara Alta o Cámara del Senado, siendo el nuevo congreso unicameral. Esa política de desmontaje produjo la movilización de los sectores de la derecha desplazados del poder para tratar de bloquear las iniciativas populares y de la Asamblea Nacional Constituyente. Contaron con el apoyo abierto y desenfadado de todos los medios de comunicación social en donde, puede decirse, radica la oposición en Venezuela pues los partidos tradicionales quedaron literalmente desmantelados.

Por decisión de la Asamblea Nacional Constituyente está planteada la democratización, a través de elecciones por las bases, de la Central de Trabajadores de Venezuela, dominada por la socialdemocracia mafiosa y corrupta de los partidos AD y COPEI y que le ha servido a los partidos del sistema, a la oligarquía y el imperialismo para mantener frenada a la clase trabajadora en sus luchas históricas, apuntalando el sistema de dominación neo colonial.

Pero el desideratum de todo el proceso de cambio, transformación y refundación de la Patria y de relegitimación de los poderes nacidos del proceso constituyente en lo que se ha llamado las megaelecciones, así denominadas porque deberá ser elegido nuevamente el Presidente de la República, los Gobernadores de 23 Estados, la Asamblea Nacional, las Asambleas Legislativas, los Concejos Municipales y Alcaldías, la Alcaldía Mayor (la ANC al crear la figura de Alcalde Mayor para Caracas y el área Metropolitana eliminó la figura del Gobernador que era nombrada por el Presidente de la República), las Juntas Parroquiales.

Designado el 28 de mayo para la realización del último gran proceso electoral o las megaelecciones, de nuevo las fuerzas políticas y sociales venezolanas se han puesto en tensión para tratar de alcanzar las mayores cuotas de poder. La iniciativa política la tiene el Jefe del Estado, Comandante Hugo Chávez Frías, su partido, el Movimiento Quinta República y algunos de los partidos que conforman el Polo Patriótico: Movimiento Al Socialismo (MÁS), Partido Comunista de Venezuela, Movimiento Electoral del Pueblo (MEP) y otras fuerzas menos significativas políticamente. Un factor importante del Polo, el partido Patria Para Todos (PPT) quedó al margen de la alianza en muchos Estados y lanzó con su solo apoyo sus tres candidatos elegidos en las elecciones de noviembre de 1998.

Las desavenencias entre el PPT y el MVR se vienen produciendo desde hace unos meses atrás, agudizándose en parte a raíz de la tragedia del Estado Vargas donde gobierna un miembro del PPT: Alfredo Laya. Pero aún yendo el partido azul sólo en casi todas las circunscripciones, conservan intacto el apoyo al Presidente Chávez. Ese contarse solos electoralmente puede resultarle adverso al PPT.

El proceso mismo ha traído un conjunto de enfrentamiento entre los sectores bolivarianos por las nominaciones a los cargos de elección, así dirigentes del MVR y ex constituyentes incluso, al no ser nominados abandonaron las filas partidarias y presentaron sus nombres a diversos cargos con otras siglas, grupos de electores o iniciativa propia.

Pero el elemento más sorpresivo, si se quiere, de todo el proceso lo constituye la aparición en escena de un opositor a Chávez surgido de sus propias filas, el Comandante golpista y Gobernador del riquísimo Estado petrolero del Zulia, Francisco Arias Cárdenas, uno de los fundadores, junto al actual Presidente, del Movimiento Bolivariano Revolucionario (MBR 200). La maniobra constituye una política de alto vuelo cocinada a nuestro juicio en el Departamento de Estado norteamericano, en el Pentágono y en la CIA.

FRANCISCO ARIAS CÁRDENAS: ¿CANDIDATO DEL PUEBLO O DE LA OLIGARQUÍA?

La dinámica de los acontecimientos políticos en las últimas semanas en Venezuela ha tenido tal velocidad que los desenlaces parecen sorpresivos pero, en rigor, obedecen a una estrategia cuidadosamente montada no en las oficinas caraqueñas de la oligarquía política y económica, sino, con toda seguridad, en la de los estrategas derechistas y gobernantes norteamericanos, de sectores financieros preocupados por el desenlace que los acontecimientos venezolanos vienen alcanzando dentro del proceso revolucionario bolivariano. La estrategia petrolera y el aumento del barril, por ejemplo o el enfrentamiento al neoliberalismo lo que ha significado un freno en seco a las políticas privatizadoras y de libre mercado que venían implementándose desde 1989 durante el segundo mandato de Carlos Andrés Pérez.

Si se le hace un seguimiento a lo acontecido desde la renuncia del Comandante Urdaneta a la jefatura de la DISIP (policía política venezolana) hasta el destape de Arias Cárdenas; desde la información sobre presuntas irregularidades administrativas y corrupción en el gobierno, teniendo buena parte de las mismas como norte de sus ataques al Canciller José Vicente Rangel y el legendario revolucionario Luis Miquilena, siendo el primer objetivo político separarlos de la jefatura revolucionaria y del Comandante Chávez, y el otro cercar y aislar a Chávez en un espectro conservador, reaccionario y derechista.

¿Por qué José Vicente ha sido uno de los centros de ataque de los Comandantes? Llama ciertamente la atención -y allí es donde se le ve la oreja a los norteamericanos- que el ataque más despiadado de Urdaneta ha sido dirigido al líder político que con mayor firmeza y dignidad ha defendido la soberanía venezolana y enfrentado precisamente la prepotencia, la ingerencia y la soberbia de los gobernantes norteamericanos. Desde la no aceptación de los vuelos norteamericanos de reconocimiento dentro de nuestro espacio aéreo hasta las respuestas al Pretor-CIA, embajador Jhon Maisto, y a cuanto funcionario del Departamento de Estado norteamericano ha osado provocar la dignidad venezolana.

Nunca se había visto en Venezuela defender la dignidad, la soberanía y el honor de su pueblo como lo ha hecho el actual gobierno, y le ha correspondido a José Vicente Rangel, hábil político y firme patriota y bolivariano llevar esas banderas del decoro nacional más allá de nuestras fronteras.

Pero es que prácticamente todo el primer año de gobierno ha sido de ingerencia abierta o velada de funcionarios norteamericanos en los asuntos venezolanos, matices más, matices menos siempre los poderosos socios crean situaciones, vienen hasta diputados republicanos a decirnos que los norteamericanos pueden hasta invadirnos con sus marines, y siempre ha sido José Vicente Rangel quien les ha dado la firme y contundente respuesta. A esa voz de la dignidad -antimperialista en su génesis- es contra quien el trío de apóstatas enfiló sus baterías ¿casualidad? Por supuesto que no; el pensamiento de los Comandantes es rígido, conservador, anti comunista y se inserta en una estrategia supra nacional, ultra reaccionaria y derechista que ellos no controlan sino que ésta los controla a ellos. El discurso anti comunista evidencia que cedieron a la tentación o a las presiones exógenas o les hacen el juego.

Fue igualmente brutal el ataque contra Luis Miquilena, revolucionario de vieja data, con quien podemos coincidir o no en muchas de sus opiniones, pero es difícil discrepar de su dignidad y honradez y de su espíritu bolivariano y venezolanista. El ataque, burdo por lo demás, no es porque expresen el puntofijismo o las prácticas políticas empleadas por los partidos del estatus -que realmente no lo representan- sino por sus posiciones de defensa de la integridad y la soberanía nacional. No pensaba nacer ninguno de los Comandantes y ya el viejo Luis tenía un largo camino andado en la defensa de la clase trabajadora y del pueblo y no fueron pocos sus aportes al proceso liberador venezolano, incluso en el presente. Pero ese fue el pretexto inicial --ya casi ni se acuerdan de eso- el objetivo de Arias Cárdenas, Joel Acosta Chirinos (un pésimo organizador político que casi destruye el MVR cuando lo dirigió) y el Comandante Urdaneta Hernández (ex director de la Disip) era y es Chávez y la Revolución Bolivariana. Una estrategia largamente preparada por la reacción norteamericana y sectores de la oligarquía para intentar desviar el proceso de sus objetivos iniciales, frenarlo, truncarlo, destruirlo y retornar de nuevo al pasado con nuevas caras, tal y como lo expresa el programa conservador, godo de los tres Comandantes, dado a conocer; agotado como está el liderazgo de la derecha. La búsqueda está en inflar, fabricar un liderazgo nacional, el de Arias Cárdenas, inexistente en cuanto a su inserción en el seno del pueblo. Las consejas de la contrarrevolución mayamera encontraron eco en las ambiciones del Comandante que hizo suyo el vil discurso anti Fidel Castro, Anti revolución cubana.

El ambicioso ex Gobernador como que piensa en serio que puede ganarle a Chávez electoralmente o por otra vía. Ya puede verse el espacio que se le está dando en los medios y los apoyos de los Petkoff y los Andrés Velásquez, renegados de la revolución y enemigos de Chávez, los mismos que aquel 4 de febrero se abrazaron al cadáver de CAP, contra quién Arias estaba insurgiendo junto a Chávez. Ya la derecha encontró un vocero. "Cosas verdes Sancho".

Veremos una campaña de mentiras, de irrespeto con el Presidente; pero nada de eso servirá, igual va a perder ante la fuerza de la V República, de la Constitución Bolivariana y del proceso en marcha; de nada servirá el anti comunismo decimonónico y trasnochado de típica factura yanqui, y un anti cubanismo y anti fidelismo que pone al desnudo a la mafia mayamera apoyando al Arias; todo ello se estrellará contra el muro de pueblo que apoya y apoyará a Chávez a la presidencia, al proceso de cambio y de revolución social.

La temeridad de Arias Cárdenas se llama suicidio en primavera. En las paredes de todas las ciudades de la provincia venezolana y en su capital, Caracas, puede leerse: "Arias Cárdenas: Judas", "Arias Cárdenas: traidor". El pueblo lo percibe como un vulgar traidor que se vendió a la derecha, le sirve de instrumento en su cruzada contrarrevolucionaria y ha hecho suyo un discurso anti comunista totalmente desfasado y obsoleto. Pese a que cada vez tiene mayor apoyo de los poderosos medios de comunicación y de que la derecha política desplazada del poder, de grupos oportunistas le está sumando adeptos, se percibe claramente la precariedad de una candidatura artificial y que representa el pasado, independientemente de que utilice en su lenguaje elementos o clichés revolucionarios.

Una peculiaridad de este grupo es que todos sus candidatos a las diferentes gobernaciones son ex militares. En todo caso, el proceso de decantación y depuración del proceso revolucionario bolivariano, una de las características venezolana de la lucha de clases, se ha ido dando en la medida en que la revolución nacionalista, latinoamericana y caribeña ha dado pasos en las políticas del gobierno y en la creciente participación del pueblo en el proceso; que se han perfilado las políticas económicas y sociales que dinamizan la revolución.

El proceso de fortalecimiento de nuestra identidad nacional y latinoamericana y caribeña y del sentido de pertenencia se han fortalecido; un lento proceso de reencuentro del hombre y la mujer venezolana consigo mismo y con su propio destino, marca un novedoso proceso donde el Ejército ha salido a las calles a empuñar picos y palas, manejar máquinas excavadoras para construir carreteras, y desarrollar planes médico-asistenciales a través del Plan Bolívar 2000. Los militares tienen ahora derecho al voto aun cuando no pueden postularse para los cargos de elección popular, si alguno piensa hacerlo -como ocurrió en un caso- deberá renunciar previamente a sus funciones militares.

Tres héroes y pensadores del siglo pasado son los autores intelectuales de este formidable proceso: Simón Bolívar, El Libertador; Simón Rodríguez, el ideólogo de la revolución de independencia y maestro de aquel; Ezequiel Zamora, el genio militar de la Batalla de Santa Inés durante la Guerra Federal, que inició el proceso de igualdad social entre los venezolanos en 1865. Sus enseñanzas políticas para la construcción de la patria nueva, contemporanizadas en la realidad del nuevo milenio, unidas a lo más avanzado del pensamiento universal, marcan el hito del camino político venezolano actual.

Dentro de esa estrategia encaja la anfictionía o unidad verdadera, bolivariana de nuestros pueblos americanos y caribeños. "Para nosotros la Patria es América" dijo una vez el padre de nuestra Patria. Bajo la revolución bolivariana en marcha en Venezuela, cobra mayor vigencia aquel sueño. Una integración entre pueblos y naciones hermanas, sin ingerencias norteamericanas o de otras potencias. Los pueblos unidos del continente en la búsqueda de mercados que potencien sus economías, integrados en lo económico, lo político y lo social; en la solidaridad y la hermandad. En la lucha por la paz en la hermana Colombia y contra la ingerencia norteamericana en ese país o cualquier intento por invadirlo para tratar de frenar el triunfo de las fuerzas revolucionarias insurgentes.

Venezuela en la actualidad, su peculiar proceso revolucionario, es un gran ejemplo y una gran esperanza para los pueblos de América Latina y el Caribe. Seguir de cerca ese proceso es fundamental porque de su seno van a salir muchos de los cambios que hoy requiere el continente. No dejar solo a su pueblo también es fundamental. Levantar las banderas de la solidaridad con la revolución y el pueblo de Venezuela es básico en estos momentos. Los enemigos seculares de nuestros pueblos, los imperialistas norteamericanos, los grandes monopolios conspiran de diversas formas para tratar de abortar y frustrar ese proceso; el manejo y la manipulación de la candidatura de Arias Cárdenas tiene ese objetivo, por eso es fundamental que los hermanos de México nos den, como ayer, su apoyo solidario y fortalezcan, junto a las ideas de Juárez y la pléyade de próceres y magníficos conductores civiles y militares revolucionarios de los siglos XIX y XX, al ideario bolivariano que ha cobrado tanta fuerza y vigencia en estos últimos años.

Hermanos mexicanos, el pueblo venezolano en revolución los saluda.

* Humberto Gómez García (Caracas-Venezuela, 26-08-42), periodista, escritor, analista político, miembro fundador de la Asociación Civil Congreso Anfictiónico Bolivariano e integrante de su Comité Ejecutivo. Autor de diversas obras de poesía, narrativa, ensayos: "El Oasis del Tiempo", "La Dimensión de los Espejos", Magia de Luna Roja", poemas. "La Mascarada", "Los Cuatro Caminos del Cielo", cuentos. "Cuba: Socialismo de América para todos los tiempos", "Hugo Chávez Frías: del 4 de Febrero a la V República", "Teodoro Petkoff: Dos épocas del oportunismo de derecha", ensayos.

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