TC: El Proyecto Político de Tercer Camino

Tlahui-Politic 9 I/2000. Información enviada a Mario Rojas, Director de Tlahui. Venezuela, a 4 de Abril, 2000. VENEZUELA: TC: El Proyecto Político de Tercer Camino. Enviado por el ex-comandante guerrillero Douglas Bravo, el que fuera dirigente durante las décadas de los 60-70 de las FALN de Venezuela.

PROYECTO POLÍTICO "TERCER CAMINO"

DECLARACIÓN

La herencia más cara de nuestra nacionalidad, heredada de los patriotas del siglo XIX, es sin duda alguna la soberanía de la patria. Junto a ella, el valor de la libertad en sus diversas expresiones, el ejercicio de los derechos ciudadanos, la democratización incesante del poder y el fortalecimiento de la dignidad humana, constituyen el fondo y la forma de nuestra manera de ser. Irreversiblemente, nuestro pueblo ha mostrado siempre una significativa capacidad de resistencia y de nobleza a lo largo de su historia. Gracias a esta condición, las fuerzas populares se levantaron el 27 de febrero de 1.989 en la más espléndida, legítima y radical insurrección del siglo XX venezolano. Este hecho inauguró un nuevo protagonismo del pueblo ya que la respuesta inmediata a la implantación del modelo globalizador neoliberal iniciado por Carlos Andrés Pérez.

Por tal razón el 27 de febrero del 89 se constituyó en el verdadero punto de partida de los nuevos cambios revolucionarios que hoy reclaman las mayorías empobrecidas de nuestro país. De tal manera que nos encontramos en el año XI de la nueva confrontación cultural, política, económica, social, religiosa y militar más importante de nuestra historia reciente, protagonizada por las fuerzas de la emancipación y la soberanía, de la religiosidad popular y el patriotismo digno y auténtico, de un lado; y las fuerzas de la globalización, de la opresión y la humillación, del otro. Esa es la verdadera realidad de fondo, el conflicto histórico fundamental de estos diez años, no resuelto aún y en virtud de lo cual nuestro país ha vivido, vive y seguirá conmocionado.

El presidente Hugo Chávez con una respetable habilidad que inexorablemente se le agotará en su propia dinámica de saltimbanqui, mantiene un doble discurso cada vez más descreído ante la opinión pública. De un lado, su apariencia redentora cuyos dividendos mejor valorados por él y sus asesores se reflejan en los niveles de aceptación popular, sensiblemente debilitados, que hasta ahora le revelan las encuestas y sondeos de opinión. Pero la verdad del plan político de Chávez la encontramos en los acuerdos con las multinacionales, con sectores antinacionales de la burguesía venezolana, como los Cisneros, y con los norteamericanos y la Banca internacional a quienes les ha garantizado continuidad en sus poderes para que sigan saqueando nuestras riquezas básicas, generando pobreza y limitando nuestra soberanía. El decreto de convocatoria del referendo para la Asamblea Nacional Constituyente, legalizó los acuerdos internacionales que afectan nuestra soberanía, celebrados por Caldera con las transnacionales en materia de apertura petrolera, minera y forestal, y que fueron impugnados ante la vieja Corte Suprema de Justicia, la cual emitió un fallo favorable a la apertura petrolera. Ahora, paradójicamente, con la mal llamada revolución pacífica del comandante, nuestras soberanías se encuentran - como dice el escritor Luis Brito García - despedazadas.

Pedacitos a pedacitos, hoy somos menos independientes y soberanos que antes. "El decreto con fuerza de ley de Protección de las Inversiones, faculta a los extranjeros para prohibirle a Venezuela cambiar las leyes tributarias que les convengan. El tratado contra la Doble Tributación autoriza a extranjeros a no pagar la mayoría de los impuestos que deben sobre las riquezas que obtienen en Venezuela. Ambas normas someten a la República Bolivariana de Venezuela al juicio de tribunales o juntas arbitrales extranjeras.

No podemos libremente darnos leyes, aplicarlas ni interpretarlas". Estos dos aspectos reseñados por Brito García, no son sino una muestra a la que podemos agregar la continuidad de las privatizaciones de las empresas básicas de Guayana, la legislación agrícola que consagra la entrega de las tierras a los grandes capitalistas de la agroindustria, y, en el plano militar, la aceptación de los sobrevuelos de las fuerzas del Norte con el cuento del combate al narcotráfico, tras lo cual se esconden los nuevos planes de ocupación estratégica de nuestros territorios. De nuevo citamos "Soberanía en pedacitos" de Luis Brito García": "Tras el sobrevuelo viene la base, tras la base personal de apoyo, tras éste la presencia militar continua; tras ella, las "maniobras conjuntas" y nuestra sujeción real a las estrategias de la potencia ocupante". (El Nacional 04 marzo 2000 pág. A.6).

En cuanto a la bandera más agitada por el actual Presidente, como lo es la lucha contra la corrupción, es evidente que no hay, hasta ahora, ni un solo corrupto importante preso. Los grandes capitalistas ladrones que endeudaron al país y tienen sus depósitos en los bancos internacionales ganando pingües intereses, siguen gozando de buena salud financiera y libre movimiento. Ni un solo de nuestro superdevaluado Bolívar ha sido recuperado de las arcas mal habidas de los grandes corruptos para reintegrarlo a los planes de recuperación económica de la nación o de protección social. En definitiva, nada significativo ha sucedido a no ser el simple cambio de una nomenclatura institucional del Poder Judicial y el desplazamiento de unos antiguos jueces y funcionarios estatales por otros que, no por neófitos, parecieran resultar, en general, menos decentes y más perversos. De tal manera que las grandes expectativas de los pobres y la clase media de Venezuela están siendo nuevamente burladas, por lo cual tendríamos que agregar un período más de descomposición y frustración. Pues, lo que se viene imponiendo es el modelo económico, social, cultural, político y militar de la globalización y la continuidad de la corrupción, lo cual se traduce, inevitablemente en la presencia crónica de la miseria con su espectro de desempleo, promiscuidad, hambre y criminalidad. La inflación, la falta de vivienda, la inseguridad, la desmoralización, el estrés y la neurosis colectiva, la desesperanza y la depresión anímica y espiritual comunicarán el panorama existencial de nuestro pueblo al verificar el nuevo fraude llevado a cabo por un liderazgo que no ha sabido rendirle honor ni siquiera a su propia primera imagen, de hijo rebelde de la República y heredero del ejército libertador bolivariano.

Frente a esta patética realidad, ciertos sectores de las fuerzas populares vienen dando señales de humo con signos de carácter alternativos. Concretamente, las luchas de las comunidades indígenas y campesinas por el rescate de la posesión de las tierras, cuyos conceptos de propiedad colectiva, uso conservacionista de los suelos y formas de convivencialidad, de organización y lucha, corresponden a visiones alternativas y aspiraciones de cambio de orden civilizatorio. Igualmente, en las diferentes ciudades del país, las comunidades organizadas de los barrios, sectores estudiantiles, gremios, trabajadores de las industrias, ecologistas y otros, ya no están esperando más y vienen librando luchas reivindicativas importantes. En el campo político observamos que las agrupaciones partidistas nuevamente se desgastan en desquiciadas pugnas burocráticas por la obtención de cuotas de poder en lo que viene siendo el más perverso reparto electoral. Y por otro lado, una parte de los sectores patrióticos y revolucionarios lucen un tanto confundidos al no tener claramente identificado al enemigo histórico fundamental de esta etapa. Es una realidad que el viejo pacto de Punto Fijo, conformado por AD y COPEI, ya no es el enemigo político fundamental, aunque estén allí todavía, como guardianes inescrupulosos y dispersos del capitalismo globalizado. De manera que es necesario clarificar que el enemigo principal del pueblo venezolano y de la soberanía de la patria es el proyecto de la globalización porque su única, absoluta y omnímoda ley es la ganancia y la acumulación desmedida de capital y poder, por lo cual su naturaleza es anti-popular y antinacional.

El presidente Chávez llegó y se mantiene en el Palacio de Miraflores precisamente porque se comprometió con ciertos sectores de las clases dominantes y viene ejecutando los planes básicos de la globalización. Y por ello cuenta con el respaldo de los grandes capitales multinacionales, con la jefatura militar conservadora de las Fuerzas Armadas y los sectores más esclarecidos del Pentágono. El pugilato prolongado con el puntofijismo es parte de la para- fernalia del Presidente, de su espectáculo político de bajo cuño con el cual pretende descalificar igualmente a los sectores desidentes revolucionarios catalogándolos como puntofijistas. Esa es una vieja estrategia de factura adeco-betancurista que estigmatizaba la disidencia con el mote del perezjimenismo, con lo cual neutralizaba a la oposición mientras avanzaba en la alianza con las petroleras y los norteamericanos, consolidando la democracia formal, corrupta y desmoralizadora, que luego arruinaron hasta la saciedad. Hoy estamos en presencia de una situación parecida, como si la fatalidad de la historia fuera un desideratum insoslayable. Pero debemos advertir que no es así. Que ahora existen vanguardias con un nuevo pensamiento emancipatorio mucho más maduro, con suficiente arraigo en sectores importantes de la población y la intelectualidad sensible a las manifestaciones del poder soberano de las comunidades organizadas.

Hoy, a diferencia del pasado, somos muchísimos los que entendemos, ahora, que la revolución es ante todo un proceso creciente de LUCHA DE VALORES CONTRA VALORES, en el cual se fragua y despunta UNA NUEVA CIVILIZACIÓN. Qué la contradicción principal de nuestra sociedad es entre EMANCIPACIÓN Y GLOBALIZACIÓN. Que los conceptos sobre los cuales se está edificando la nueva civilización son: la soberanía plena del pueblo frente a cualquier poder opresor extranjero o nacional, la autogestión económica y social para construir una economía propia y tecnológicamente independiente, el ejercicio directo del poder político, social y militar por parte de las comunidades organizadas, la preservación, cuidado y defensa de los recursos naturales y del ambiente, etc. Partimos de la convicción de que el aprendizaje de los pueblos no es estanco, sino dinámico, de incesante búsqueda y asimilación de experiencias e ideas, tan irreductible como silencioso, y por eso mismo explosivo, creador y sabio. Es oportuno recordar aquí, una vez más, el Credo del poeta Aquiles Nazoa para ratificar nuestra fe en los poderes creadores del pueblo. En torno a las llamadas megaelecciones es evidente que se ha desatado una despiadada competencia burocrática reveladora de la mediocridad política y las apetencias personalistas que imperan al interior de la dirigencia del Polo Patriótico y del MVR, organizaciones que han resultado ser especies de fotocopias certificadas de los originales AD, COPEI y asociados y similares. Y es precisamente por ello que ha flotado, como las heces en el agua, el lío de los comandantes, quienes han manipulado indebidamente a la opinión pública utilizando el mito del 4F para justificar lo que es precisamente su perdición y hundimiento histórico al entregarse a las viejas estructuras del poder para convertirse en los nuevos gestores del sistema capitalista globalizado. El comandante Francisco Arias Cárdenas y el grupo que lo siguen están, al igual que Chávez, bien lejos del programa y los postulados iniciales que el país interpretó del 04 de febrero del 92: Sus contradicciones expresan una desafortunada lucha, muy fea, por cierto, por el reparto del poder, lo cual los desluce en sus imágenes otroras de patriotas honestos. La dignidad deviene en fetiche vacuo en los discursos de estos nuevos representantes del viejo poder opresivo y corruptor.

Y como dice el dicho, LA LUCHA CONTINUA.

Corresponde pues, a los sectores y fuerzas de la emancipación asumir las decisiones, los compromisos y los riesgos que el momento nos exige. En primer término, retomar las consignas y las ideas para el rearme filosófico y político de las vanguardias populares. Desarrollar un plan de recuperación del movimiento popular a través de la organización de las luchas por sus propias reivindicaciones.

Impulsar todas las manifestaciones posibles, firmes y resueltas, por el rescate de la soberanía y la independencia de nuestra patria. Estimular, crear, apoyar, consolidar todas las formas de construcción de la nueva civilización, fundamentados en las milenarias aspiraciones de libertad, felicidad. Estamos en los tiempos en que los falsos mitos se caen por su propia falsedad y los verdaderos mitos reafirman en la paradoja de la existencia humana. Ni la democracia corrupta del viejo pacto de Punto Fijo ni el nuevo militarismo globalizado de Chávez garantizan le felicidad del pueblo. Un nuevo poder social, político, militar y cultural de las comunidades organizadas es el camino para reencontrar la utopía donde los sueños se amasen con la realidad y el pueblo sea dueño absoluto de su propio destino.

CHÁVEZ CAPITULÓ.
LA LUCHA CONTINUA
LUCHAR HASTA VENCER

PROYECTO POLÍTICO TERCER CAMINO
MARZO DEL 2000

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