Tlahui-Politic. No. 7, I/1999


Oficial argentino entrevistaba a víctimas de violencia en la Embajada Alemana.

Información enviada al Director de Tlahui. Argentina, a 9 de Marzo, 1999. Arg/Deu - Oficial de inteligencia militar entrevistaba a las víctimas alemanas en su embajada. Un oficial del batallón de inteligencia 601 entrevistaba a las víctimas alemanas en su embajada con autorización del Gobierno Alemán. Su nombre es Carlos Antonio Españadero, tiene 67 años y sirvió en el 601 Retrato de un espía en la embajada alemana Para él fue "una función más de las tantas tareas oficiales que realicé". Era el hombre que recibía a familiares de desaparecidos que iban a buscar ayuda a la embajada de Alemania en los años del Proceso y los interrogaba. El presidente alemán recibió a los parientes de desaparecidos alemanes en su visita a Buenos Aires. El mandatario prometió investigar por qué había un agente de inteligencia militar del Proceso en su embajada.

El oficial que los familiares conocieron como "mayor Peirano". Eleonor Lüdden lo reconoció en esta foto de Carlos Españadero. Por Victoria Ginzberg.

El "mayor Peirano" tiene nombre y apellido. Se llama Carlos Antonio Españadero, tiene 67 años y es mayor retirado del Servicio de Inteligencia del Ejército. "Fue una función más de las tantas tareas oficiales que realicé", confirmó a este diario él mismo en relación a su desempeño en la embajada alemana, donde interrogó a familiares de desaparecidos durante la dictadura. Eleonor Lüdden, una de las madres que se reunió con Españadero, reconoció la foto que le acercó Página/12. La entrevista que tuvo con el "mayor Peirano" alcanzó para que su rostro le quedara grabado. "Me acuerdo de él porque su cara me impresionó, nunca me inspiró confianza", afirmó segura.

Tras una larga y exhaustiva pesquisa, este diario se comunicó ayer con un teléfono de la zona de Avellaneda y habló con Españadero, oficial retirado de la inteligencia del Ejército que cumplió funciones en el oscuro Batallón 601. Esta persona reconoció haber entrevistado a familiares de desaparecidos en la embajada alemana y negó haber recibido dinero a cambio del cuerpo de Elisabeth Kaeselmann.

-Sabemos que usted fue la persona que estuvo en la embajada alemana durante la dictadura. ¿Quiere hacer un descargo?

-preguntó Página/12.

-Yo no tengo nada que descargar. Era una misión oficial.

-¿Cuál era su función?

-No le voy a aclarar nada más.

-¿Me puede decir quiénes eran los funcionarios que lo habían conectado?

-En absoluto... Bueno, ustedes lo publicaron en el diario.

-¿Viola? -Bueno, yo ni lo conocía a él, pero era la cabeza institucional. Además, piense que si la embajada estuvo diciendo que había hablado con Viola no creo que haya mucha duda.

-¿Cuántos familiares entrevistó en la embajada?

-No sé, pero creo que la embajada puede tener el detalle. Fue una función más de las tantas que realicé en cumplimiento de órdenes.

-¿Cuáles fueron las otras?

-Eso no tengo por qué decirlo. Yo soy una persona que estuvo cumpliendo sus funciones legalmente y por supuesto no tengo que rendirle cuentas a nadie. Si usted pagaba los impuestos también estaba cumpliendo órdenes del Gobierno. ¿Sabe dónde estaba el gobierno argentino en ese momento? Representado en las Naciones Unidas. Si nosotros estamos en una institución y esa institución depende del gobierno nacional, que es aceptado por todas las naciones del mundo, no creo que alguien pudiera decir que uno no estaba acatando órdenes del gobierno. Al margen de que se pueda calificarlo como quiera, porque para mí fue peor que una dictadura.

-Usted habla de impuestos, pero una cosa es pagar los impuestos y otra secuestrar personas.

-Yo jamás secuestré a nadie.

-¿Usted supo algún dato sobre los desaparecidos familiares de las personas que lo fueron a ver a usted?

-Usted quiere forzar mi libertad y mis derechos.

-Yo quiero aclarar algunas cosas que siguen sin aclararse como su identidad y el destino de miles de personas.

-Usted tendría que conocer que los miembros de los servicios de inteligencia tienen una ley secreta que les obliga a utilizar nombres distintos a los reales. Cuando yo ingresé a los servicios eso ya existía y creo que en este momento también existe. Esa persona hasta cobra un sueldo con un nombre distinto.

-Usted cobraba con el nombre de Peirano.

-No le tengo por qué decir eso.

-¿Qué sabe sobre el destino de las personas que están desaparecidas?

-No sé nada de eso.

-También se lo acusa de haber cobrado plata por entregar el cuerpo de la estudiante Elisabeth Kaeselmann.

-Eso es una barbaridad. Es demencial y lo tengo que tomar como una difamación. El 6 de enero, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania reconoció que un oficial de inteligencia atendía, durante la dictadura, a los familiares de desaparecidos que iban a pedir ayuda a la embajada. Las declaraciones se hicieron en una carta dirigida a los miembros de la Coalición contra la Impunidad, organización alemana que impulsa el juicio contra 41 militares argentinos que están siendo investigados en la fiscalía de Nuremberg, y se conoció el jueves 25 de febrero. Los abogados de esa organización habían mencionado al "Mayor Peirano" como la persona que recibía las denuncias de las víctimas cuando solicitaron acceder a los archivos sobre la época que estaban en la embajada Argentina. En un primer momento las autoridades germanas negaron la existencia de Peirano, pero los familiares que se habían entrevistado con él siguieron insistiendo hasta que decidieron reconocerlo.

"El tal mayor Peirano nunca ha sido miembro de la embajada alemana en Buenos Aires, pero es correcto que el entonces gobierno argentino recomendó a un mayor Peirano como contacto de toda confianza", afirmaron las autoridades germanas en la carta dirigida a los miembros de la Coalición. El gobierno alemán aseguró que "la embajada no puede determinar su verdadera función, ni tampoco si Peirano era realmente el nombre oficial o se trataba de un seudónimo". El asunto Peirano dominó la visita a la Argentina del presidente alemán, Román Herzog, que estuvo en el país del 1º al 4 de marzo. En la conferencia de prensa que brindó la comitiva germana el miércoles pasado, el viceministro de Relaciones Exteriores, Ludger Volmer, aseguró que en 1985 el gobierno de su país trató de averiguar la verdadera identidad de este mayor sin obtener resultados y que durante la última visita no habían indagado sobre este tema.

Eleonor Lüdden se entrevistó con Españadero en 1978, quería saber qué había pasado con su hijo Federico, desaparecido en City Bell el 30 de noviembre de 1976. "Lo vi poco tiempo, porque no me inspiraba confianza. Le dije que no veía a mi hijo desde mucho antes de que lo secuestraran y que no sabía quiénes eran sus amigos", dijo Lüdden. La mujer, alta y flaca, miró la foto sobre la mesa. Se levantó de la silla, buscó sus lentes grandes de ver de cerca, y sonrió. "Es la persona de la embajada", afirmó. Otras madres que se entrevistaron con Peirano no pudieron confirmar del todo su identidad. "Es muy parecido, pero no puedo asegurar que sea", fue la reacción de Idalina Tatter, que también vio a "Peirano" en la embajada. [Fuente: Diario Pág 12 de Buenos Aires de 7 mar 99]

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