Tlahui-Politic. No. 7, I/1999
Los talleres de SIPAZ
Información enviada al Director de Tlahui. México a 24 de Enero, 1999. Chiapas: Enfoque.
SIPAZ Informe Año 4 - Nº 1,
22 de enero de 1999.
Enfoque:
Los talleres de SIPAZ:
Aprender a desaprender para construir una nueva cultura de paz
http://www.nonviolence.org/sipaz/vol4no1/feats.htm.
Encuentro con Gandhi: un llamado a la imaginación
http://www.nonviolence.org/sipaz/vol4no1/gandhis.htm
Los talleres de SIPAZ:
Aprender a desaprendar para construir una cultura de paz
"Ella está en el horizonte.
Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos.
Por mucho que yo camine,
nunca la alcanzaré.
¿Para qué sirve la utopía?
Para eso sirve: para caminar."
(Fernando Birri)
El alto nivel de conflictividad a que se ha llegado en el estado de
Chiapas y las cada vez más violentas formas de resolver las
diferencias nos han llevado a crear en SIPAZ espacios de reflexión
para ayudar a los participantes a enfrentar las diferencias de una
manera distinta: la transformación de los conflictos y la no violencia
activa.
La situación de guerra que prevalece en el estado ha causado en
los últimos años centenares de muertos y heridos, así como miles
de desplazados (entre 15 y 20 mil según las fuentes). En los Altos,
la zona Norte y la Selva reina un clima de intolerancia y violencia
contra los más elementales derechos humanos.
Anteriormente, los diálogos de paz entre el EZLN y el gobierno
federal constituían un mecanismo que permitía reorientar las
tensiones existentes en las comunidades hacia un marco en el cual
podían ser tratadas constructivamente. Empero, con el
estancamiento del proceso de paz, los conflictos locales se ven
agudizados a consecuencia de las dimensiones estatal, nacional e
internacional del conflicto más amplio.
No es el papel de SIPAZ buscar resolver esos conflictos
secundarios. Sin embargo, ante su potencial explosivo, hemos
intentado apoyar a actores locales que tienen mayor capacidad
para poder destrabarlos eficientemente. De hecho, en su 'carta de
identidad', SIPAZ reconoce claramente que la "negociación,
mediación e iniciativas necesarias para alcanzar una solución al
conflicto" deben depender de la sociedad mexicana y subraya que
SIPAZ "busca jugar un papel facilitador que fortalezca el contexto
en el que los mexicanos están trabajando para resolver problemas
que son principalmente mexicanos."
Un elemento clave en nuestro esfuerzo para cumplir con esos
objetivos ha sido nuestra área de talleres, espacios que coadyuven
a la búsqueda de salidas pacíficas a la situación que hoy existe
tanto entre los actores principales del conflicto chiapaneco como a
nivel de las comunidades. A largo plazo, esperamos que estos
talleres puedan propiciar procesos de reconciliación a todos los
niveles y contribuir a que la sociedad chiapaneca vaya transitando
hacia una nueva cultura de paz.
Además, consideramos que es urgente echar a andar la
imaginación; pensamos que con la participación de todos, se
pueden encontrar nuevas formas de luchar y responder a las
complejas dimensiones del conflicto chiapaneco sin renunciar a
objetivos propios y sin pagar costos tan altos y lamentables. Un
miembro de SERPAJ (Servicio Paz y Justicia) que nos ayudó en la
facilitación de un taller subrayaba: "Muchas veces usamos los
mismos métodos (marchas, plantones, denuncia, etc.). Nos hace
falta creatividad. También tenemos tendencia a reaccionar, no a
tomar la iniciativa. Hay que accionar, no sólo reaccionar, tomar la
delantera".
Una cada vez más amplia gama de talleres
Desde 1996, SIPAZ comenzó a facilitar talleres sobre resistencia
civil, manejo del miedo, no violencia activa, etc. En 1998, se han
dado mensualmente y, en el promedio, han participado entre 15 y
40 personas miembros de ONG y de diferentes iglesias locales,
formando un grupo plural en el cual se está integrando cada vez
nueva gente. En 1998, el tema central del ciclo era la
"Transformación pacífica de los conflictos". Partimos de una
reflexión personal (Autoestima) antes de abarcar otros temas que
tienen que ver con las dimensiones interpersonal y grupal (Estilos
personales, Comunicación, etc.). Posteriormente abordamos
elementos que nos ayudan a enfrentar los conflictos (Manejo del
miedo en situaciones de violencia por ejemplo). Terminamos el
ciclo con algunas herramientas para analizar situaciones de
conflictos e identificar estrategias para la paz.
Nuestro ciclo de talleres se sustenta en una reflexión que empieza
desde dentro, como un reto cotidiano que nos invita a la
creatividad: "Se me quita cada vez más la idea de que ser no
violento es ser indiferente. Todo lo contrario: más bien significa
tener coraje por la vida, ser apasionado. Al final del día, me di
cuenta de todo lo que tengo que trabajar. Existen muchas formas
violentas recurrentes en mi todavía", comentó un participante de
nuestros talleres.
Lina María Obando de Justapaz, Colombia, en un taller que nos
ayudó a facilitar, también insistió: "No debemos concebir a los
actores violentos como 'externos'. Nosotros mismos reproducimos
la violencia (competencia con compañeros de trabajo por ejemplo)
o la toleramos (cuando el bienestar es un concepto que debería
alcanzar a todos)."
En este año, vamos a trabajar más a fondo el tema de la no
violencia. Cada 'etapa' tendrá como finalidad ayudar a los
participantes a profundizar en su conocimiento sobre el tema y a
constituir una especie de 'caja de herramientas' que puedan utilizar
diariamente para poner en práctica dicho conocimiento.
Paralelamente, abriremos un espacio de reflexión sobre el tema
'Análisis de conflicto y estrategias para la paz' con el fin de reforzar
las capacidades de los actores locales.
En uno de los talleres, una de las participantes de una ONG local
comentaba: "Hasta la fecha, no había pensado mucho en eso de la
no violencia. No me imaginaba que podríamos encontrar tantas
palabras para definirla. En el trabajo en grupos, nos dimos cuenta
de que en la sociedad civil, no hay claridad de por dónde avanzar.
Falta coherencia. Necesitamos echar más a andar la reflexión y el
análisis."
Por otra parte, en Chiapas, existen numerosas comunidades
divididas por la violencia y la desconfianza, y, frecuentemente las
diferencias se expresan en la dimensión religiosa: expulsiones de
grupos religiosos minoritarios en sus comunidades, cierre de
templos, detenciones ilegales y aun asesinatos. Ante esa creciente
situación, vimos la necesidad de buscar maneras de avanzar hacia
la paz y la reconciliación basándose en los actores religiosos...
Desde agosto de 1997, SIPAZ ha apoyado la facilitación de varios
talleres sobre resolución de conflictos y relaciones humanas en un
espacio ecuménico llamado Escuela Bíblica de Formación Integral
(EBFI). Los participantes - principalmente, maestros, pastores,
catequistas y promotores de salud - al poder convivir entre
personas de distintas iglesias luego pueden contribuir a que, en sus
comunidades, se favorezcan las condiciones para el diálogo, la
tolerancia y el respeto mutuo. También hemos facilitado este tipo
de talleres a jóvenes evangélicos y, en este año, vamos a dar un
ciclo de talleres con coordinadores de grupos de jóvenes católicos,
así también como a una congregación de religiosas.
Finalmente, aceptamos el reto de apoyar un proceso de
capacitación en espacios de educación formal, dando seguimiento a
la exposición de Gandhi (ver artículo en este informe) en algunas
escuelas, preparatorias y universidades, con talleres y pláticas
sobre valores importantes para crear una cultura de paz como son
el respeto, la tolerancia, la reconciliación, la no violencia, etc.
En constante aprendizaje
Actualmente, tres integrantes del equipo de SIPAZ están
asumiendo la facilitación de esos talleres. El equipo sigue
capacitándose, por ejemplo, dos de ellos participaron en el
'Summer Peacebuilding Institute' de la 'Eastern Mennonite
University' de los Estados Unidos en 1997 y 1998. También se
cuenta con el apoyo puntual de otras personas que pertenecen a
organizaciones mexicanas e internacionales (SERPAJ y el Comité
Central Menonita principalmente). Pertenecemos a la Red
Mesoamericana Menonita (México y Centro América) que
organiza talleres trimestrales sobre Transformación de Conflictos y
además participamos en los encuentros de Convergencia de
Organismos Civiles por la democracia en los cuales se reúnen
grupos de todo México y que comparten información y
experiencias. La misma naturaleza de nuestra coalición (muchas de
las organizaciones que la conforman tienen años de experiencia en
otras zonas conflictivas) es otra fuente de riqueza.
En nuestros talleres, utilizamos una metodología participativa y que
contempla herramientas de la dinámica grupal como son: técnicas
de concientización, análisis, sensibilización, comunicación,
sociodramas, videos, etc. Esto permite que los participantes sean
elementos fundamentales en la realización de los talleres. De esta
manera, recogemos su propia experiencia con la posibilidad de
regresar a sus trabajos y aplicar lo aprendido.
Un miembro de la diócesis de San Cristóbal valoraba lo
provechoso que puede ser esta posibilidad de socializar
experiencias en estos términos: "Estamos empujando un coche en
una 'subidita' y a lo mejor nos hace falta poner piedras en las
ruedas para que no se regrese. Tenemos muchas experiencias pero
no pensamos en sistematizarlas y compartirlas."
En uno de nuestros talleres, se pidió representar "¿qué es un
conflicto para mi ?" Uno de los participantes dibujó a dos personas
que no logran dialogar. En nuestra cultura y educación nos
enseñaron a descalificar y a competir más que a colaborar. Por
ello, en cierta medida, en nuestros talleres, estamos
'desaprendiendo' juntos, esos modelos que no promueven la idea
de 'con-vivir' con los demás.
En base a la dinámica que acabamos de mencionar, una persona
dibujó una piedra. Nos explicó después que había elegido este
símbolo porque "Es dura, puede herir, golpear. Puedo intentar de
lanzarla lejos de mi pero sigue existiendo. Es una fuente de
malestar, como una piedra en el zapato. Pero también es una carga,
como una responsabilidad tuya. Además gotas de amor pueden
provocar su erosión."
Primeros logros
Consideramos que nuestro trabajo en talleres constituye otra
'gotita' para seguir horadando las rocas, y que, en alguna medida,
está contribuyendo en la búsqueda de soluciones no violentas a los
conflictos que se viven en Chiapas. Una participante parte de una
organización de derechos humanos comentó: "Este taller me ayudó
a reflexionar y a darme cuenta que es posible transformar
situaciones de violencia en situaciones de no violencia. No todo es
negro o gris. Es como el ying y el yang. Al lado de la sombra existe
la luz. Hay luces de esperanza."
Un médico agregó: "A mi también este taller me ha despertado la
esperanza. La no violencia sí es algo que se puede alcanzar. Al
trabajar en grupos sobre las manifestaciones de la violencia en
Chiapas, nos dimos cuenta que existen muestras de actores que
respondieron con acciones no violentas."
Nuestro impacto busca ser tanto personal (el proceso de cambio
empieza cuando uno se hace responsable de su propio estado de
ánimo, sus sentimientos y acciones) como social. Un sacerdote
católico nos compartió: "Me ha ayudado mucho tener este espacio
de reflexión en donde en plenitud puedo oxigenarme,
retroalimentarme, afirmar mi propia identidad. Es como un pozo en
donde beber. (...) Además, nos están ofreciendo un espacio para
seguir cultivando un carisma de la reconciliación y la mediación.
Nos ayuda tener todos esos elementos en forma sistematizada. Me
sirve en mi servicio de acompañamiento en los conflictos entre
agentes pastorales o en algunas comunidades divididas."
Otro logro tiene que ver con la constitución de un grupo plural y de
apoyo. La no violencia es un proceso que nos lleva a ver y desafiar
pautas de violencia e injusticia. Nos fortalece tener un espacio con
personas que también busquen transformar su propia violencia y la
que existe alrededor de ellos.
Y todavía mucho camino por andar
Por no poder responder a todas las demandas que se han venido
multiplicando, estuvimos buscando otras formas para ampliar la
participación de las organizaciones que pueden servir de
'multiplicadores' en su zona de influencia. Algunos de los
participantes ya están reproduciendo el contenido de nuestros
talleres en otros lugares y con otra gente. Es el caso de una
organización de educación para la paz que ha empezado con este
trabajo gigantesco con autoridades comunitarias, regionales y con
promotores de derechos humanos en la llamada zona de conflicto.
Asisten aproximadamente 80 personas de 28 comunidades que a
su vez se comprometen a reproducir los talleres en sus propias
comunidades.
Algunos miembros de esta organización de educación nos
comentaron: "Reconocemos que las comunidades,
tradicionalmente, tienen sus propias formas de resolver los
problemas en los cuales las autoridades y los catequistas asumen el
papel de mediadores. Sin embargo, ante la coyuntura actual,
constatamos que se han intensificado y agudizado los conflictos
internos o intracomunitarios. Por eso vimos la necesidad de abrir
espacios para que las autoridades y los promotores de derechos
humanos identifiquen y reafirmen valores tales como la
cooperación, la comprensión, la solidaridad, la comunicación y la
igualdad. También vimos la importancia de hacer una reflexión
sobre los procedimientos propios de la resolución de conflictos, así
como de conocer algunos otros elementos que pueden
complementar y hacer más eficaz la resolución evitando llegar a la
violencia."
Al dar el paso al México de las comunidades indígenas, los
aspectos culturales -como el idioma- hacen el trabajo difícil:
encontramos que hay que traducir todos los contenidos y adaptar
las herramientas. Nuestra experiencia en éste ámbito (con mujeres
indígenas en Yajalón por ejemplo) nos llevó a las mismas
conclusiones que CEPAZ: "La forma de pensar de los indígenas es
más integral y concreta, lo que dificulta trabajar un problema de
manera fraccionada o abstracta. Vemos necesario trabajar más a
través de ejercicios y con problemas reales en las comunidades."
Aun cuando los talleres son abiertos, todavía hay muchos sectores
que no están representados. Creemos que su palabra no sólo es
importante sino necesaria para avanzar en la continuación de la
cultura del respeto y la tolerancia a todas las formas de vivir, creer
y pensar. Buscamos ampliar su participación al apoyar la Escuela
Bíblica y al dar talleres en espacios de educación formal.
Al dar a los actores locales algunas herramientas analíticas y
prácticas para responder a situaciones conflictivas, SIPAZ
contribuye a ampliar los espacios en los cuales se puede dar un
diálogo y aumentar las posibilidades de que se de una resolución no
violenta de dichos conflictos. Lograr resolver o reducirlos a nivel
local se traduce en vidas salvadas y en comunidades más seguras,
lo cual influye directamente sobre las expectativas en cuanto al
proceso de paz.
From: Ricardo Carvajal. Coordinador de SIPAZ Chiapas sipaz@igc.org
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