Tlahui-Politic. No. 7, I/1999
¿Patriotas o terroristas?
Información enviada al Director de Tlahui. Puerto Rico 11 May 1999. Re: Help for our patriots family. ¿Patriotas o terroristas?, martes, 11 de mayo de 1999. Héctor Reichard Cardona, El Nuevo Día.
Los quince puertorriqueños que están cumpliendo condenas de cárcel en los
Estados Unidos por delitos federales son el objeto de una agitada polémica:
unos piensan que deben ser excarcelados por ser unos patriotas y otros que
están bien sentenciados por ser unos criminales, unos terroristas.
El amor a la patria, hacia un Puerto Rico libre es lo que justifica -dicen
algunos- el robar para financiar con el producto de tal hazaña la causa de la
independencia. El preparar, tener y estar prestos a utilizar en un momento
dado material explosivo y armas de fuego para volar o atacar propiedades
estratégicas y así adelantar la causa de la independencia, piensan algunos,
es actuar como un patriota.
Los que así piensan argumentan que Puerto Rico es una nación ocupada: Puerto
Rico fue invadida en 1898, y por ende, se justifica la fuerza para repeler al
invasor. Se preguntan: ¿qué diferencia hay, después de todo, entre repeler a
los ingleses en la revolución de los Estados Unidos y repeler en Puerto Rico
a los norteamericanos?
Al otro lado del espectro del pensamiento político, se cuestiona en términos
morales y políticos lo esbozado anteriormente, que sostienen ciertos
separatistas. Son terroristas, dicen algunos; criminales comunes, dicen
otros, y no faltan los que le llaman tal y como se recoge en la excelente
sátira política y social que expone el "analista neutrar'' (sic) don
Eleuterio ("Sunshine'' Logroño).
Personas de la talla de don Carlos Romero Barceló rechazan hacer distinciones
entre estos quince convictos por delitos federales y cualquier otro también
convicto porque -correctamente- no hay delitos políticos en el sistema legal
norteamericano. No es menos cierto también que la motivación para la comisión
de los delitos por parte de los presos, desde el punto moral y ético -
aclaro, no legal- hace la situación distinguible, aunque inaceptable para una
sociedad constituida bajo el régimen del imperio de la ley.
No empecé lo dicho hasta el momento, a favor o en contra de la liberación,
llámense patriotas o terroristas, la realidad es que un corte transversal de
nuestra sociedad puertorriqueña, un grupo significativo de nuestra sociedad
civil, apoya la excarcelación de nuestros conciudadanos. Gente de la talla de
don Luis A. Ferré, de los señores Obispos de las Iglesias Cristianas, así
como pastores y sacerdotes de distintas denominaciones, han declarado su
apoyo a la liberación de estos puertorriqueños presos.
Hasta el momento, la manera en que se ha solicitado la liberación ha sido
mediante cartas suscritas por miles de puertorriqueños, dirigidas al
Honorable William (Bill) Clinton pidiendo la excarcelación. En esencia, lo
que las personas están reclamando es que el Presidente considere que con el
tiempo que las personas confinadas han vivido tras las rejas y, en muchos
casos, la forma en que han vivido y se les ha tratado, resulta suficiente
castigo por el delito cometido. Visto desde otra perspectiva, lo que se pide
es que se evalúe el caso de cada uno de ellos y se determine si ya cumplieron
su deuda para con la sociedad: si ya han pagado su culpa.
Hay base jurídica para el examen caso a caso de los expedientes de estas
personas confinadas. Está comprobado por múltiples estudios llevados a cabo
en Estados Unidos por personas y entidades responsables que el sistema
criminal produce sentencias relativamente más severas en contra de negros e
hispanos que en contra de anglosajones blancos. Hay experiencias ampliamente
documentadas de que el confinamiento de los negros e hispanos en los Estados
Unidos es más severo, opresivo y de más limitaciones y de menos privilegios
que el de confinados blancos en situaciones similares. Este discrimen por
parte doble que aquí presentamos no es algo nuevo, por el contrario, es
información que está fácilmente disponible.
En vista de lo anteriormente dicho, el examen caso a caso que sugerimos es
algo que nadie puede objetar porque se trata de hacer justicia por igual para
todos. No hacerlo es cerrar los ojos a la realidad mientras se rehuye una
obligación moral. El resultado de ese examen dictará lo que en justicia se
deba hacer y por lo que se conoce, debe haber suficiente tela de donde
cortar.
El presidente Clinton, otrora Secretario de Justicia del estado de Arkansas,
acogería muy bien un planteamiento de la naturaleza que sugiero, puesto que
es la forma en que de ordinario se tramita una solicitud de clemencia
ejecutiva.
Esta forma de dirigir el pedido en favor de estas quince personas debería
recibir el apoyo abrumador de todos los sectores de la sociedad civil, lo que
abonaría en favor de una rápida consideración por parte del señor Presidente
y ensancharía su posibilidad de éxito. Sin duda, un Puerto Rico unido
lograría los objetivos que se proponga.
¿Patriotas o terroristas? Cada cual decidirá según su criterio, pero no
dejemos que una definición evite que se haga justicia, porque al fin y a la
postre, lo importante es que brille la justicia y brille la verdad.
El autor es un ex secretario de Justicia.
From: National Committee to Free Puerto Rican Prisoners prpowpp@aol.com
Más información - Further information - Plus d'information
|