Mario Rojas
Tlahui, No. 2, II/1996
La Campana de Piedra
Un día del que no quisiera acordarme,
Por doquiera la busqué, hasta encontrarla perdida en la montaña.
Cuando la traje al poblado, el párroco, las resanderas, el sacristán
el cura y los parroquianos me pidieron una campana.
Era una enorme campana de piedra muda forjada por el eco histórico de la cañada,
y por los mil recuerdos de antaño que habían encontrado refugio en la roca.
e incluso el monaguillo, habían olvidado la encomienda.
Nadie la escuchó. Pero todos la vieron,
incluso los sordos.
Nada siguió igual.